Entre los milagros que se le atribuyen está la resurrección de su hijo, cuando cae a un pozo. Las oraciones de los dos esposos, hacen que el Señor les devuelva a su hijo sano y salvo. Pero no será esta la única resurrección que haga, puesto que a la hija de su amo, ahijada suya, se la devuelve también con vida a sus padres. Después de una feliz ancianidad y de un matrimonio en la ejemplaridad cristiana, colmado de años, muere en olor de santidad.
Varias décadas después, fue descubierto su cuerpo, que se hallaba incorrupto, actualmente enterrado en la Colegiata, levantada en su honor. Beatificado por el Papa Pablo V en 1619, se fija el 15 de mayo como el día de su fiesta. Un retraso en la Bula de su canonización, debido a la muerte del Papa Gregorio XV, hace que sea finalmente Benedicto XIII el que le eleve a los altares. El Papa San Juan XXIII le declara Patrón de los agricultores y las gentes del campo.
Señor, te pedimos que labres tú mismo la tierra de nuestra pobreza y nos ayudes, en la oración y el trabajo de cada día, a dar frutos de vida eterna.
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