sábado, 19 de diciembre de 2020

Es momento de estar en silencio

Es momento de estar en silencio, como María, esperando el anuncio, escuchando y aceptando las palabras del Ángel –el mensajero de Dios–, que trae la mejor noticia que jamás el hombre pudo imaginar. Es momento de aceptar la Noche Buena con oídos y corazón atento a lo que Jesús nos quiere manifestar en estos días.


domingo, 13 de diciembre de 2020

Hoy, 13 de diciembre, celebramos a Santa Lucía

 Cada 13 de diciembre, la Iglesia celebra la fiesta de Santa Lucía (Lucía de Siracusa), “patrona de la vista”. La relación de Lucía con los ojos viene de una antigua tradición, según la cual, como castigo por proclamar a Cristo, le habrían arrancado los ojos y, a pesar de semejante atrocidad, Dios le habría devuelto milagrosamente la vista.

De acuerdo a las “Actas de Santa Lucía”, ella nació en Siracusa, Sicilia (Italia), en el seno de una familia noble. Sus padres eran conversos al cristianismo y, por lo tanto, le dieron una educación en la fe. Después de la muerte de su padre, Lucía le pidió al Señor fortaleza para afrontar su inmenso dolor y se consagró a Él prometiendo, en secreto, virginidad perpetua. Su madre, Eutiquia, sin saber de su deseo, la animaba a contraer matrimonio con un joven pagano.

Eutiquia padecía de hemorragias y Lucía, con el propósito de que su madre la libere del arreglo matrimonial, le aconsejó que fuese a orar a la tumba de Santa Ágata de Catania para pedir su curación. Eutiquia lo hizo así y Dios, escuchando sus ruegos, le devolvió la salud. Entonces, la madre, en señal de gratitud, le ofreció a Lucía acceder a lo que le pida, y la joven le rogó que no la obligue a casarse, confesándole su deseo de consagrarse a Dios y repartir la fortuna familiar entre los pobres. Eutiquia, segura de cuál era la voluntad de Dios, le otorgó el permiso a su hija.

Sin embargo, el pretendiente de Lucía, furioso, la denunció ante el procónsul Pascasio por haberlo deshonrado, acusándola de ser cristiana. Eran los tiempos de la persecución de Diocleciano y la pena podía ser la muerte. El procónsul la amenazó si no desistía de su postura, pero ella le respondió: “Es inútil que insista. Jamás podrá apartarme del amor a mi Señor Jesucristo”. El procónsul, acto seguido, para alejarla de Dios mandó que sea prostituída, pero ella, sin dar un paso atrás, le dijo: "El cuerpo queda contaminado solamente si el alma consiente". Siglos más tarde, Santo Tomás de Aquino reconocía la fuerza moral que llevaban las palabras de Santa Lucía, puesto que corresponden con el principio moral de que no hay pecado si no se consiente el mal.

Los guardias romanos intentaron moverla a la fuerza hacia el prostíbulo, pero milagrosamente no pudieron. Entonces trataron de quemarla y tampoco pudieron. Por último, la tradición señala que le sacaron los ojos y después le cortaron el cuello. Aun así, en su agonía, Santa Lucía parecía seguir viendo y, mientras se desvanecía, mostrar una fuerza inusitada para exhortar a la fidelidad a Cristo.

En la Edad Media se invocaba su nombre contra las enfermedades de los ojos, tal vez porque su nombre significa “luz”. Esto reafirmó aquellos relatos en los que el tirano mandó a los guardias que le sacaran los ojos sin que ella perdiese la visión.

En 1894 fue descubierta una inscripción sepulcral en las catacumbas de Siracusa que llevaban el nombre de Santa Lucía, mártir del siglo IV.


ORACIÓN:

Oh Bienaventurada y amable Virgen Santa Lucía,

universalmente reconocida por el pueblo cristiano

como especial y poderosa abogada de la vista,

llenos de confianza a ti acudimos;

pidiéndote la gracia de que la nuestra se mantenga sana

y le demos el uso para la salvación de nuestra alma,

sin turbar jamás nuestra mente en espectáculos peligrosos.


Y que todo lo que ellos vean se convierta en saludable

y valioso motivo de amar cada día más a Nuestro Creador

y Redentor Jesucristo, a quien por tu intercesión,

oh protectora nuestra; esperamos ver y amar eternamente

en la patria celestial.


Amén.

domingo, 29 de noviembre de 2020

Bendición de la Corona de Adviento

Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad.


Oremos.

La tierra, Señor, se alegra en estos días, 

y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, 

que se avecina como luz esplendorosa, 

para iluminar a los que yacemos en las tinieblas 

de la ignorancia, del dolor y del pecado. 

Lleno de esperanza en su venida, 

tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque 

y la ha adornado con luces. 

Ahora, pues, que vamos a empezar 

el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, 

te pedimos, Señor, 

que, mientras se acrecienta cada día 

el esplendor de esta corona, con nuevas luces, 

a nosotros nos ilumines 

con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo, 

iluminará todas las oscuridades. 

Él que vive y reina por los siglos de los siglos.



R/.   Amén.

sábado, 21 de noviembre de 2020

Viva Cristo Rey (Lyric Video) - Jésed

Solemnidad de Jesucristo, rey del Universo


Con la solemnidad de Cristo, Rey del Universo -solemnidad que fue instituida por el Papa Pío XI, hace menos de 100 años-, la Iglesia celebra la soberanía de Cristo sobre todas las cosas creadas. Por eso, esta solemnidad se celebra el último domingo del Año Litúrgico, para indicar que Cristo es principio y fin. 

En el mundo actual hemos puesto al ser humano en el centro de todo, y esta fiesta nos recuerda que el centro de todo es Jesucristo, el Hijo de Dios, el rey, que se ha sometido y humillado para hacernos Hijos, Profetas, Reyes, Sacerdotes en Él. 

Nos recuerda también que la vida de la creación no avanza por casualidad, sino que procede hacia una meta final: la manifestación definitiva de Cristo, Señor de la Historia y de toda la creación. La conclusión de la historia será su reino eterno. 

Proclamamos en esta solemnidad el texto evangélico de Mateo 25, 31-46, el famoso texto de «lo que hicisteis con uno de estos pequeños, conmigo lo hicisteis». El Señor explica cómo entraremos a encontrarnos con Él, el rey, en el reino de los cielos: habrá un juicio sobre el amor al prójimo. No se nos preguntará cuántas cosas hemos hecho o conseguido, no se nos pedirá el currículum, sino que se nos preguntará cómo hemos amado al prójimo. 

"Yo soy rey". Es evidente que Jesús nunca tuvo ambiciones políticas, pues para Jesús el reino es otra cosa: "Si mi reino fuera de este mundo, lo que están conmigo, habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos". Jesús quiere hacer comprender que por encima del poder político, hay otro mucho mayor, que no se consigue con medios humanos. Él vino a la tierra para ejercer este poder... que es el amor, dando testimonio de la Verdad. Se trata de la verdad divina, que en definitiva es el mensaje esencial del evangelio: Dios es amor. Y quiere establecer en el mundo su reino de amor, de justicia y de paz. Este es el reino del que Jesús es rey. Y que se extiende hasta el final de los tiempos.

El creyente está llamado a amar como Cristo, hasta el extremo, renunciando a sí mismo. El creyente sabe que no basta con la fe, o con rezar, o con tener una vida sacramental, sino que también son imprescindibles las obras de la fe, el poner la fe en acción. Lo que hagamos para el prójimo -especialmente el más necesitado- lo estamos haciendo para Jesucristo. Esta es la exigencia de nuestro Rey para que podamos entrar a su presencia. No es opcional: amar a Dios sobre todas las cosas, amar a Dios en el prójimo, amar como Dios ama. Este es el mandato de nuestro Rey: amar. 

Jesús nos pide hoy que le permitamos que se convierta en nuestro rey. Un rey que con su palabra, su ejemplo y su vida inmolada en la cruz nos ha salvado de la muerte. E indica este rey el camino al hombre perdido, da nueva luz a nuestra existencia marcada por la duda, por el miedo y por las pruebas cotidianas. Él podrá dar un nuevo sentido a nuestra vida. Jesús no vino para dominar pueblos y territorios, sino para liberar a los hombres de la esclavitud del pecado. Que la virgen María nos ayude a recibir a Jesús como rey de nuestra vida y a difundir su reino dando testimonio a la verdad que es Amor.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Nuevos aforos en las iglesias

En aplicación a la nueva normativa de la Xunta de Galicia, el aforo de las iglesias de Padrón, Iria y La Esclavitud se limita a 50 personas.

En Herbón y Ribasar, se mantiene el aforo en el límite de 25 personas. 



domingo, 1 de noviembre de 2020

Solemnidad de Todos los Santos, momento de comunión con toda la Iglesia

La Iglesia celebra el 1 de noviembre a Todos los Santos y el día 2, conmemora a los fieles difuntos.

Un momento particularmente sentido en comunión “no solo con la Iglesia extendida por toda la tierra, sino también con la Iglesia triunfante del cielo, los santos, y con aquellos cristianos, hermanos nuestros” que ya dejaron este mundo. Es el significado de la Solemnidad de Todos los Santos y de la conmemoración de los fieles difuntos que se celebra, respectivamente, el 1° y 2 de noviembre. 

Con respecto a la conmemoración de los difuntos: “rezar por los difuntos es tan antiguo como la misma Iglesia. Incluso anterior” y “ya en el Antiguo Testamento, conforme avanza la preparación para el misterio de Cristo, va aflorando la esperanza en la resurrección. La esperanza cristiana animará siempre a la oración”.

“Nuestra oración, especialmente unida a la eucaristía, servirá para ayudar a que el difunto, purificado de toda mancha de pecado, pueda gozar de la felicidad eterna.”

Existen varias tradiciones españolas para conmemorar a quienes ya no están, pero, la más sencilla y popular, es sin duda, “la visita al cementerio. Ahí rezamos por ellos y adornamos con flores el lugar donde están sepultados”.

De esta manera, “vivimos así, en lo personal, a nivel de sentimiento y devoción, lo que celebramos con toda la Iglesia”.

De ahí la invitación a participar en la misa de los difuntos porque “son dos celebraciones distintas, que nos ayudan a estar en comunión con la Iglesia entera, y es una realidad mucho más grande que los fieles que peregrinamos todavía en este mundo camino de la casa del padre, poseemos”.


Solemnidad de Todos los Santos, la fiesta del cielo


El día de Todos los Santos es una Solemnidad en la que la Iglesia celebra juntos la gloria y el honor de todos los Santos, que contemplan eternamente el rostro de Dios y se regocijan plenamente en esta visión. A nosotros, fieles, este día nos enseña a mirar a aquellos que ya poseen el legado de la gloria eterna.

Algunos la llaman también "Pascua de Otoño", la importante solemnidad que hoy celebramos como miembros activos de una Iglesia que una vez más no se mira a sí misma, sino que mira y aspira el cielo. La santidad, en efecto, es un camino que todos estamos llamados a seguir, siguiendo el ejemplo de nuestros hermanos mayores que nos son propuestos como modelos porque han aceptado dejarse encontrar por Jesús, hacia quien han ido con confianza trayendo sus deseos, sus debilidades y también sus sufrimientos.

El significado de la solemnidad

La memoria litúrgica dedica un día especial a todos aquellos que están unidos a Cristo en la gloria y que no sólo son indicados como arquetipos, sino también invocados como protectores de nuestras acciones. Los Santos son los hijos de Dios que han alcanzado la meta de la salvación y que viven en la eternidad esa condición de bienaventuranza bien expresada por Jesús en el discurso de la montaña narrado en el Evangelio (Mt 5, 1-12). Los Santos son también los que nos acompañan en el camino de la imitación de Jesús, que nos conduce a ser la piedra angular en la construcción del Reino de Dios.

La Comunión de los santos

En nuestra Profesión de Fe afirmamos que creemos en la Comunión de los Santos: con esto queremos decir tanto la vida como la contemplación eterna de Dios, que es la razón y el propósito de esta comunión, pero también queremos decir la comunión con las "cosas" santas. Si, en efecto, los bienes terrenales, en cuanto son limitados, dividen a las personas en el espacio y en el tiempo, las gracias, los dones que Dios hace son infinitos y de ellos todos pueden participar. Especialmente el don de la Eucaristía nos permite vivir ya ahora la anticipación de esa liturgia que el Señor celebra en el santuario celestial con todos los santos. La grandeza de la redención se mide por el fruto, es decir, por los que han sido redimidos y han madurado en la santidad. La Iglesia contempla en sus rostros su vocación, la condición de humanidad transfigurada en el camino hacia el Reino.

Orígenes e historia de la fiesta

Esta fiesta de la esperanza, que nos recuerda el objetivo de nuestra vida, tiene raíces antiguas: en el siglo IV comienza a celebrarse la conmemoración de los mártires, común a varias Iglesias. Los primeros vestigios de esta celebración se encontraron en Antioquía el domingo siguiente a Pentecostés y San Juan Crisóstomo ya hablaba de ello. Entre los siglos VIII y IX, la fiesta comenzó a extenderse por toda Europa, y en Roma específicamente en el siglo IX: aquí el Papa Gregorio III (731-741) eligió como fecha del 1 de noviembre para coincidir con la consagración de una capilla en San Pedro dedicada a las reliquias "de los santos apóstoles y de todos los santos mártires y confesores, y de todos los justos perfeccionados que descansan en paz en todo el mundo". En la época de Carlomagno, esta fiesta ya era ampliamente conocida como la ocasión en que la Iglesia, que todavía peregrina y sufre en la Tierra, miraba al cielo, donde residen sus hermanos y hermanas más gloriosos.

martes, 27 de octubre de 2020

domingo, 27 de septiembre de 2020

Fiesta de Nuestra Señora del Rosario en la parroquia de Santa María de Cruces (La Esclavitud)

 


Misas e intenciones de la parroquia de Iria Flavia

 


Importante discurso del Papa Francisco a las Naciones Unidas

El 25 de septiembre de 2020 el Papa Francisco se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas a través de un videomensaje con ocasión del 75 aniversario de la ONU. Se trata de un discurso particularmente importante porque permite apreciar los grandes temas que son de preocupación del Santo Padre en este contexto mundial.

Esos temas son: el sistema internacional y el multilateralismo; el derecho a la salud; el trabajo en el contexto de la robotización; el marco ético y la cultura del descarte; la persecución religiosa, incluso contra cristianos; las armas y su impacto humanitario; los refugiados; el modelo económico y la subsidiariedad; el problema de las naciones endeudadas; la arquitectura financiera internacional; el cambio climático; los niños; el aborto; la familia y los colonialismos ideológicos; la promoción de la mujer.

A continuación, ofrecemos un resumen del discurso a través de una selección de las principales frases:

Sobre el sistema internacional y el multilateralismo:

* [En esta crisis provocada por el Covid-19]... Nos enfrentamos, pues, a la elección entre uno de los dos caminos posibles: uno conduce al fortalecimiento del multilateralismo, expresión de una renovada corresponsabilidad mundial, de una solidaridad fundamentada en la justicia y en el cumplimiento de la paz y de la unidad de la familia humana, proyecto de Dios sobre el mundo; el otro, da preferencia a las actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento, dejando afuera los más pobres, los más vulnerables, los habitantes de las periferias existenciales. Y ciertamente será perjudicial para la entera comunidad, causando autolesiones a todos. Y esto no debe prevalecer.

* De una crisis no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores. Por ello, en esta coyuntura crítica, nuestro deber es repensar el futuro de nuestra casa común y proyecto común. Es una tarea compleja, que requiere honestidad y coherencia en el diálogo, a fin de mejorar el multilateralismo y la cooperación entre los Estados. Esta crisis subraya aún más los límites de nuestra autosuficiencia y común fragilidad y nos plantea explicitarnos claramente cómo queremos salir: mejores o peores. Porque repito, de una crisis no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores.

* La pandemia nos ha mostrado que no podemos vivir sin el otro, o peor aún, uno contra el otro. Las Naciones Unidas fueron creadas para unir a las naciones, para acercarlas, como un puente entre los pueblos; usémoslo para transformar el desafío que enfrentamos en una oportunidad para construir juntos, una vez más, el futuro que queremos.

Sobre el derecho a la salud:

* La pandemia ha puesto de relieve la urgente necesidad de promover la salud
pública y de realizar el derecho de toda persona a la atención médica básica. Por tanto, renuevo el llamado a los responsables políticos y al sector privado a que tomen las medidas adecuadas para garantizar el acceso a las vacunas contra el COVID-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para atender a los enfermos. Y si hay que privilegiar a alguien, que ése sea el más pobre, el más vulnerable, aquel que normalmente queda discriminado por no tener poder ni recursos económicos.

Sobre el tema del trabajo en el contexto de la robotización:

* ...pienso también en los efectos sobre el trabajo, sector desestabilizado por un mercado laboral cada vez más impulsado por la incertidumbre y la “robotización” generalizada. Es particularmente necesario encontrar nuevas formas de trabajo que sean realmente capaces de satisfacer el potencial humano y que afirmen a la vez nuestra dignidad. Para garantizar un trabajo digno hay que cambiar el paradigma económico dominante que sólo busca ampliar las ganancias de las empresas. El ofrecimiento de trabajo a más personas tendría que ser uno de los principales objetivos de cada empresario, uno de los criterios de éxito de la actividad productiva. El progreso tecnológico es útil y necesario siempre que sirva para hacer que el trabajo de las personas sea más digno, más seguro, menos pesado y agobiante.

Sobre el marco ético y la cultura del descarte:

* Este cambio necesita un marco ético más fuerte, capaz de superar la «tan difundida e inconscientemente consolidada “cultura del descarte”». En el origen de esta cultura del descarte existe una gran falta de respeto por la dignidad humana, una promoción ideológica con visiones reduccionistas de la persona, una negación de la universalidad de sus derechos fundamentales, y un deseo de poder y de control absolutos que domina la sociedad moderna de hoy. Digámoslo por su nombre: esto también es un atentado contra la humanidad.

Sobre la persecución religiosa, incluso contra cristianos:

* De hecho, es doloroso ver cuántos derechos fundamentales continúan siendo violados con impunidad. La lista de estas violaciones es muy larga y nos hace llegar la terrible imagen de una humanidad violada, herida, privada de dignidad, de libertad y de la posibilidad de desarrollo. En esta imagen, también los creyentes religiosos continúan sufriendo todo tipo de persecuciones, incluyendo el genocidio debido a sus creencias. También, entre los creyentes religiosos, somos víctimas los cristianos: cuántos sufren alrededor del mundo, a veces obligados a huir de sus tierras ancestrales, aislados de su rica historia y de su cultura.

Sobre las armas y su impacto humanitario:

* También debemos admitir que las crisis humanitarias se han convertido en el statu quo, donde los derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad personales no están garantizados. De hecho, los conflictos en todo el mundo muestran que el uso de armas explosivas, sobre todo en áreas pobladas, tiene un impacto humanitario dramático a largo plazo. En este sentido, las armas convencionales se están volviendo cada vez menos “convencionales” y cada vez más “armas de destrucción masiva”, arruinando ciudades, escuelas, hospitales, sitios religiosos, e infraestructuras y servicios básicos para la población.

* Debemos preguntarnos si las principales amenazas a la paz y a la seguridad como, la pobreza, las epidemias y el terrorismo, entre otras, pueden ser enfrentadas efectivamente cuando la carrera armamentista, incluyendo las armas nucleares, continúa desperdiciando recursos preciosos que sería mejor utilizar en beneficio del desarrollo integral de los pueblos y para proteger el medio ambiente natural.

* Es necesario romper el clima de desconfianza existente. Estamos presenciando una erosión del multilateralismo que resulta todavía más grave a la luz de nuevas formas de tecnología militar, como son los sistemas letales de armas autónomas (LAWS), que están alterando irreversiblemente la naturaleza de la guerra, separándola aún más de la acción humana.

* Hay que desmantelar las lógicas perversas que atribuyen a la posesión de armas la seguridad personal y social. Tales lógicas sólo sirven para incrementar las ganancias de la industria bélica, alimentando un clima de desconfianza y de temor entre las personas y los pueblos.

* Y en particular, “la disuasión nuclear” fomenta un espíritu de miedo basado en la amenaza de la aniquilación mutua, que termina envenenando las relaciones entre los pueblos y obstruyendo el diálogo. Por eso, es tan importante apoyar los principales instrumentos legales internacionales de desarme nuclear, no proliferación y prohibición. La Santa Sede espera que la próxima Conferencia de Revisión del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) resulte en acciones concretas conformes con nuestra intención conjunta «de lograr lo antes posible la cesación de la carrera de armamentos nucleares y de emprender medidas eficaces encaminadas al desarme nuclear».

* Además, nuestro mundo en conflicto necesita que la ONU se convierta en un taller para la paz cada vez más eficaz, lo cual requiere que los miembros del Consejo de Seguridad, especialmente los Permanentes, actúen con mayor unidad y determinación. En este sentido, la reciente adopción del alto al fuego global durante la presente crisis, es una medida muy noble, que exige la buena voluntad de todos para su implementación continuada. Y también reitero la importancia de disminuir las sanciones internacionales que dificultan que los Estados brinden el apoyo adecuado a sus poblaciones.

Sobre los refugiados:

* Además, muchos se ven obligados a abandonar sus hogares. Con frecuencia, los refugiados, los migrantes y los desplazados internos en los países de origen, tránsito y destino, sufren abandonados, sin oportunidad de mejorar su situación en la vida o en la de su familia. Peor aún, miles son interceptados en el mar y devueltos a la fuerza a campos de detención donde enfrentan torturas y abusos. Muchos son víctimas de la trata, la esclavitud sexual o el trabajo forzado, explotados en labores degradantes, sin un salario justo. ¡Esto que es intolerable, sin embargo, es hoy una realidad que muchos ignoran intencionalmente!

Sobre el modelo económico y la subsidiariedad:

* Esto incluye reconsiderar el papel de las instituciones económicas y financieras, como las de Bretton-Woods, que deben responder al rápido aumento de la desigualdad entre los súper ricos y los permanentemente pobres. Un modelo económico que promueva la subsidiariedad, respalde el desarrollo económico a nivel local e invierta en educación e infraestructura que beneficie a las comunidades locales, proporcionará las bases para el mismo éxito económico y a la vez, para renovación de la comunidad y la nación en general. Y aquí renuevo mi llamado para que «considerando las circunstancias […] se afronten — por parte de todos los Países — las grandes necesidades del momento, reduciendo, o incluso condonando, la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos más pobres».

Sobre el problema de las naciones endeudadas:

* La comunidad internacional tiene que esforzarse para terminar con las injusticias económicas. «Cuando los organismos multilaterales de crédito asesoren a las diferentes naciones, resulta importante tener en cuenta los conceptos elevados de la justicia fiscal, los presupuestos públicos responsables en su endeudamiento y, sobre todo, la promoción efectiva y protagónica de los más pobres en el entramado social». Tenemos la responsabilidad de proporcionar asistencia para el desarrollo a las naciones empobrecidas y alivio de la deuda para las naciones muy endeudadas.

Renovar la arquitectura financiera internacional:

* «Una nueva ética supone ser conscientes de la necesidad de que todos se comprometan a trabajar juntos para cerrar las guaridas fiscales, evitar las evasiones y el lavado de dinero que le roban a la sociedad, como también para decir a las naciones la importancia de defender la justicia y el bien común sobre los intereses de las empresas y multinacionales más poderosas». Este es el tiempo propicio para renovar la arquitectura financiera internacional.

Sobre el cambio climático:

* ...debemos admitir honestamente que, si bien se han logrado algunos progresos, la poca capacidad de la comunidad internacional para cumplir sus promesas de hace cinco años me lleva a reiterar que «hemos de evitar toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias. Debemos cuidar que nuestras instituciones sean realmente efectivas en la lucha contra todos estos flagelos». Pienso también en la peligrosa situación en la Amazonía y sus poblaciones indígenas. Ello nos recuerda que la crisis ambiental está indisolublemente ligada a una crisis social y que el cuidado del medio ambiente exige una aproximación integral para combatir la pobreza y combatir la exclusión.

* Ciertamente es un paso positivo que la sensibilidad ecológica integral y el deseo de acción hayan crecido. «No debemos cargar a las próximas generaciones con los problemas causados por las anteriores. […] Debemos preguntarnos seriamente si existe —entre nosotros— la voluntad política […] para mitigar los efectos negativos del cambio climático, así como para ayudar a las poblaciones más pobres y vulnerables que son las más afectadas».

Sobre los niños:

* No podemos dejar de notar las devastadoras consecuencias de la crisis del Covid-19 en los niños, comprendiendo los menores migrantes y refugiados no acompañados. La violencia contra los niños, incluido el horrible flagelo del abuso infantil y de la pornografía, también ha aumentado dramáticamente.

* Además, millones de niños no pueden regresar a la escuela. En muchas partes del mundo esta situación amenaza un aumento del trabajo infantil, la explotación, el maltratado y la desnutrición.

Sobre el aborto:

* Desafortunadamente, los países y las instituciones internacionales también están promoviendo el aborto como uno de los denominados “servicios esenciales” en la respuesta humanitaria. Es triste ver cuán simple y conveniente se ha vuelto, para algunos, negar la existencia de vida como solución a problemas que pueden y deben ser resueltos tanto para la madre como para el niño no nacido. Imploro, pues, a las autoridades civiles que presten especial atención a los niños a quienes se les niegan sus derechos y dignidad fundamentales, en particular, su derecho a la vida y a la educación. No puedo evitar recordar el apelo de la joven valiente Malala Yousafzai, quien hace cinco años en la Asamblea General nos recordó que “un niño, un maestro, un libro y un bolígrafo pueden cambiar el mundo”.

Sobre la familia y los colonialismos ideológicos:

* Los primeros educadores del niño son su mamá y su papá, la familia que la Declaración Universal de los Derechos Humanos describe como «el elemento natural y fundamental de la sociedad». Con demasiada frecuencia, la familia es víctima de colonialismos ideológicos que la hacen vulnerable y terminan por provocar en muchos de sus miembros, especialmente en los más indefensos —niños y ancianos—un sentido de desarraigo y orfandad. La desintegración de la familia se hace eco en la fragmentación social que impide el compromiso para enfrentar enemigos comunes. Es hora de reevaluar y volver a comprometernos con nuestros objetivos.

Sobre la promoción de la mujer:

* En todos los niveles de la sociedad las mujeres están jugando un papel importante, con su contribución única, tomando las riendas con gran coraje en servicio del bien común. Sin embargo, muchas mujeres quedan rezagadas: víctimas de la esclavitud, la trata, la violencia, la explotación y los tratos degradantes. A ellas y a aquellas que viven separadas de sus familias, les expreso mi fraternal cercanía a la vez que reitero una mayor decisión y compromiso en la lucha contra estas prácticas perversas que denigran no sólo a las mujeres sino a toda la humanidad que, con su silencio y no actuación efectiva, se hace cómplice.

domingo, 20 de septiembre de 2020

Comienza la Catequesis Parroquial

Estamos a punto de comenzar un nuevo curso catequético, marcado por la pandemia del COVID-19. Desde la parroquia os comunicamos que la catequesis dará comienzo el próximo domingo 18 de octubre, siendo este año SEMIPRESENCIAL, dadas las medidas que adoptaremos.

Para conocer cómo será este curso, esperamos a los Padres/Madres/Tutores de los niños de la catequesis, el domingo 11 de octubre en la Iglesia Parroquial a las 11:45 h. 

Agradeceríamos que se entregasen las fichas cubiertas de los niños/as lo antes posible para una mejor organización de la catequesis. 



Para descargar la ficha, pincha AQUÍ

lunes, 7 de septiembre de 2020

8 de septiembre: Fiesta de Nuestra Señora de la Esclavitud

Hoy, 8 de septiembre, celebramos la fiesta de Nuestra Señora de la Esclavitud, en la parroquia de Santa María de Cruces (La Esclavitud).

El horario de Misas será, por la mañana a las 9:00 h, 10:00 h, 11:00 h y 12:00 h; y por la tarde a las 18:00 h (seis de la tarde), 19:00 h (siete de la tarde) y 20:00 h (ocho de la tarde). 

Debido a la situación actual de pandemia que estamos viviendo, el aforo de la iglesia está limitado a 50 personas. Es obligatorio usar mascarilla y guardar la distancia mínima de seguridad y, no habrá procesión.

viernes, 31 de julio de 2020

¿Cómo se elige un nuevo obispo?

Tras la marcha del obispo auxiliar de Santiago, Don Jesús Fernández González, algunos chicos preguntaron cómo se hacía para nombrar un nuevo obispo.

Por ello, a continuación, te explicamos, de manera muy sencilla, cuál es el proceso para la elección de un obispo.


domingo, 26 de julio de 2020

26 de julio: Santos Joaquín y Ana



Oración por los abuelos de Benedicto XVI:

Señor Jesús, Tu que naciste de la Virgen María,
hija de San Joaquín y Santa Ana.
Mira con amor a nuestros abuelos de todo el mundo.
Protégelos: son fuente de riqueza para las familias,
para la Iglesia y para toda la sociedad.
Sostenlos: también en la vejez
continúan siendo para sus familias
pilares fuertes de fe evangélica,
custodios de los nobles ideales de la familia,
tesoros vivientes de sólidas tradiciones religiosas.
Haz que sean maestros de sabiduría y de valores,
que transmitan a las generaciones futuras
los frutos de su experiencia humana y espiritual.
Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad
a valorizar la presencia y el papel de los abuelos.
Que nunca sean ignorados o excluidos,
sino que encuentren siempre respeto y amor.
Ayúdales a vivir serenamente y a sentirse acogidos
por todos los años que tu les has concedido.
María Madre de todos los vivientes,
protege siempre a los abuelos,
acompáñales en su peregrinaje terreno,
y con tu oración de intercesión
haz que todas las familias
se reúnan un día en la patria celestial,
donde tu atiendes a toda la humanidad
por el gran abrazo de la vida sin fin. Amén.

viernes, 24 de julio de 2020

25 de julio: Solemnidad del Apóstol Santiago

Hoy, 25 de julio, solemnidad de Santiago Apóstol, con motivo de la pandemia que estamos viviendo, no subiremos al Santiaguiño. A las once de la mañana, saldrá la procesión con Santiago Apóstol (el Santiago Parrandeiro) por las calles de la villa, para a continuación, a las doce, celebrar la Misa solemne. 

Así mismo, a las 20:30 h volveremos a tener Misa dedicada a nuestro patrón.

jueves, 16 de julio de 2020

16 de julio, Fiesta de la Virgen del Carmen: Reina de los mares

El 16 de julio la Iglesia celebra la Fiesta de Nuestra Señora del Carmen, la advocación mariana a Santa María del Monte Carmelo.

Su denominación procede de su veneración en este monte ubicado en Tierra Santa, cerca de Haifa. Carmelo o Carmen derivan de la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir del hebreo como "jardín"; es pues Ella "la flor más bella del jardín de Dios". El fervor espiritual hacia esta advocación ha sido difundida en el mundo por la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, llamados carmelitas.

Encuentro con la Virgen en profunda oración
Según la tradición, un 16 de julio de 1251, San Simón Stock, superior en ese entonces de los carmelitas, se encontraba en profunda oración rogando por sus religiosos perseguidos cuando la Virgen se le apareció con el hábito de la Orden en la mano y le entregó el escapulario.

Tiempo después la devoción a la Virgen del Carmen fue floreciendo y la espiritualidad carmelita se extendió traspasando fronteras.

Símbolo de encuentro entre la Antigua y Nueva Alianza
La Fiesta de Nuestra Señora del Carmen, es además símbolo del encuentro entre la Antigua y la Nueva Alianza porque fue en el monte Carmelo donde el profeta Elías defendió la fe del pueblo escogido contra los paganos.

Se dice que Elías y Eliseo permanecieron en el Monte Carmelo y con sus discípulos vivieron de manera contemplativa, como eremitas en oración. A mediados del siglo XII de nuestra era, San Bertolo fundó la ermita de la Orden del Carmelo y varios sacerdotes latinos fueron a vivir al Carmelo en retirados completamente del mundo. 

Veneración a la Virgen del Carmen
Por el 1205 San Alberto, patriarca de Jerusalén, entregó a los eremitas del Carmelo una regla de vida, que fue aprobada por el Papa Honorio III en 1226. Ellos tenían la misión de vivir en la forma de Elías y de María Santísima, a quien veneraban como la Virgen del Carmen.

En el Siglo XIII, el Papa Inocencio IV concedió a los carmelitas el privilegio de ser incluidos entre las órdenes mendicantes junto con los franciscanos y dominicos. Desde entonces, los carmelitas han pasado por algunas reformas, siendo la más grande la que hicieron Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. A través de los siglos esta espiritualidad ha dado muchos santos a la Iglesia.

Con motivo de la festividad de "la Stella Maris, Patrona de los marineros", cada 16 de julio en varios países el pueblo honra con saetas, procesiones, ofrendas y rezos a la "Reina de los mares", pidiéndole protección y amparo en momentos de angustia y dificultad.





Hermann, un anciano con alzheimer durante la pandemia del COVID

«Hermann» es un corto con el que fácilmente se despiertan muchas emociones. La nostalgia, la ternura, el amor, la melancolía, la ilusión. Lo curioso es que si lo volviéramos a ver dentro de unos años, sentiríamos exactamente lo mismo.

Esta historia inspirada en la vida de Hermann Schreiber, un abuelito alemán con Alzheimer que vive en España, se convierte en un emotivo recuerdo de lo que este año nos ha hecho vivir. En realidad Hermann tocaba la armónica desde su ventana, pero fue Jordi García, director del corto, quien tuvo la idea de remplazar este instrumento por un violín (para erizarnos los pelos).

Tamara Sayar, la cuidadora de Hermann, le hizo creer que los aplausos que resonaban cada día desde las ventanas de sus vecinos, iban dedicados a él. Como era costumbre en España a las 8pm, la gente aplaudía como muestra de apoyo al personal sanitario. Luego de que el video original se hiciera viral y de que la gente conociera su historia, los aplausos fueron todos suyos.


domingo, 12 de julio de 2020

Vídeo de las ordenaciones sacerdotales y diaconales 2020

Vídeo de las ordenaciones sacerdotales y diaconales que tuvieron lugar ayer, sábado 11 de julio, en la iglesia del Monasterio de San Martín Pinario. Fueron ordenados por el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en una solemne Eucarístia. Tres fueron los nuevos diáconos: Carlos Camiño Lema, natural de Cambeda; Javier Carballo Mouzo, de Vimianzo; y Juan Sanjurjo Arias, natural de Arteixo; y dos los presbíteros Callistus Chidiebere Nwoye, natural de Nigeria; y Santiago Luis Núñez Fernández, de Moaña.

Ordenaciones 2020: de los cinco nuevos ordenados, cuatro estuvieron de pastoral en nuestra parroquia


Desde ayer sábado día 11 de julio la Archidiócesis de Compostela cuenta con tres nuevos diáconos y dos nuevos sacerdotes. Fueron ordenados por el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en una solemne ceremonia eucarística celebrada en la Iglesia de San Martín Pinario, que  contó con las limitaciones de aforo derivadas de las medidas de seguridad por la crisis sanitaria del covid 19.
Tres fueron los nuevos diáconos: Carlos Camiño Lema, natural de Cambeda; Javier Carballo Mouzo, de Vimianzo; y Juan Sanjurjo Arias, natural de Arteixo; y dos los presbíteros Callistus Chidiebere Nwoye, natural de Nigeria; y Santiago Luis Núñez Fernández, de Moaña.

De estos cinco ordenados, cuatro estuvieron de pastoral en nuestra parroquia: Callistus y Javier lo hicieron durante dos años cada uno; y Carlos y Santiago estuvieron en un campo de trabajo el verano pasado.

A continuación, rescatamos algunas de las ideas del señor Arzobispo durante la homilía de la solemne Eucaristía de las ordenaciones:

"(...) Ya os podéis imaginar, que esta tarde, querrían ser muchos más los que estuvieran presentes en esta celebración. Pero también a nosotros las circunstancias nos afectan. En la comunión de la Iglesia, estoy seguro que, tantas y tantas personas se unen a nosotros en este atardecer sosegado, en oración, pidiendo por el fruto de los nuevos presbíteros y de los nuevos diáconos. Esto me lleva a dar gracias a Dios con todos vosotros. Esta tarde, recibirán estos ordenandos unos el don del sacerdocio y otros el del diaconado... en la seguridad en que la semilla sembrada en tierra buena -y vosotros lo sois, queridos candidatos-, dará mucho fruto. Un fruto que Dios recogerá... y que repercutirá, sin duda alguna, en el bien de la Iglesia, y también, por qué no, en el bien de nuestra sociedad. La gracia de Dios es como la lluvia que fecunda la tierra y la hace germinar, da semilla al sembrador y pan al que come. (...) 

Queridos candidatos al diaconado, Carlos, Javier y Juan. Hoy es un día para vosotros de dones y de gracias, pero también de obligaciones y de compromisos. En este convencimiento, los diáconos debéis ser hombres llenos de espírtitu y de sabiduría. Porque la dianonía es un verdadero oficio espiritual que realiza un cometido esencial de la Iglesia, precisamente el del Amor a Dios bien ordenado al prójimo. Según san Policarpo habréis de ser sobrios en todo, misericordiosos, celosos, inspirados en la conducta por la verdad del Señor que se ha hecho siervo de todos. No salga de vuestra boca nunca, ninguna palabra ociosa y sin sentido. De toda palabra que salga de vuestra boca hemos de dar cuentas al Señor. Imitad a Cristo, que no vino a ser servido, sino a servir. Este es el fundamento de la espiritualidad del diácono, que es maestro porque proclama e ilustra la Palabra de Dios. ¡Qué palabra la del maestro! Pero que no puede ser llevada a cabo si perdéis vuestra capacidad de ser discípulos. El diácono que es santificador, porque administra los sacramentos del bautismo, de la Eucaristía y de los sacramentales. El diácono que es guía, porque es animador de comunidades de la vida eclesial (...) No andéis por las nubes. Las necesidades concretas, las vais a encontrar a ras de tierra y ante ellas, tenéis que inclinaros. Sabed siempre que lo que sois lo vais a ser, lo debéis ser para los demás. Esta es vuestra misión, esta es vuestra gracia y esta es vuestra tarea.

Queridos candidatos al presbiterado, Calistus y Santiago, tended siempre a la santidad, que es el rostro más bello de la Iglesia, no busquéis otra cosa, lo demás, se os dará por añadidura. El sacerdocio es un don, y no una función. No es un contrato de trabajo. La cultura en la que nos estamos desenvolviendo, puede llevaros a pensar en que es una función y cumplidas las horas de trabajo, ya lo demás no existe... No es así, queridos candidatos. Tenéis que vivir el sacerdocio a tiempo pleno a tiempo y a destiempo, oportuna e importunamente. Al ungir a los enfermos y a los bautizados recordad que estáis viviendo el hecho de compartir vuestra vocación y sobre todo vuestra vida. Cuando unjáis, tomad conciencia que estáis compartiendo vuestra vida. (...) La finura espiritual, evitará que os convirtáis en burócratas de la pastoral, sed curas cercanos que hablan con todos, que están pendientes de todos. Aquellos que os oigan y aquellos que no os oigan. Acompañad a las personas con misericordia en el camino de la reconciliación. La gente quiere a sus pastores, los necesita, confía en ellos (...) Nuestro tiempo, necesita que seamos artesanos de relación y de comunión, abiertos, confiados y expectantes de la novedad que el Reino de Dios quiere suscitar hoy. El Reino de Dios no es viejo, sigue siendo nuevo y nosotros tenemos que tratar de ofrecer esta novedad. Rezad sin cansaros y cuidad con audacia vuestra vida espiritual. Sed sacerdotes, jugarse la vida por el Señor y por los hermanos, llevando en carne propia la alegría y las angustias del pueblo, invirtiendo el tiempo para escuchar y sanar las heridas de los demás, ofreciendo a todos la ternura del Padre".

lunes, 6 de julio de 2020

Misa funeral por las víctimas del coronavirus en la Catedral de Madrid

En la Misa funeral por las víctimas del coronavirus, convocada por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) este lunes, 6 de julio, en la catedral de la Almudena, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha subrayado que en un tiempo en el que «parece que todo se ha oscurecido» como es este de la pandemia «no estamos solos, Dios nos acompaña y no nos deja».
Haciendo referencia al pasaje de la muerte de Lázaro proclamado en el Evangelio, el también vicepresidente de la CEE ha reconocido que «lo primero y más humano es llorar como ellas [Marta y María] y sentirnos solidarios con las lágrimas de miles de personas que ha perdido a sus seres queridos y que aún viven las consecuencias de un duelo tan complejo». Pero igual que Jesucristo consoló a las hermanas de Lázaro, también «nos visita a nosotros […] y nos dice hoy: “Tu hermano resucitará”».

En estos meses «nos hemos sentido frágiles y desorientados» pero Cristo, como hizo con los discípulos, nos invita a no tener miedo. «Estamos llamados a remar juntos, necesitamos confortarnos mutuamente», ha añadido el arzobispo de Madrid, en un momento en que «la humanidad necesita recordar dos sustantivos: hijos y hermanos». 
«Somos todos hijos de Dios y, por eso, hermanos entre nosotros. Olvidar estos sustantivos y vivir de adjetivos, como tantas veces hacemos, es un suicidio», ha puntualizado, antes de poner en valor a aquellas personas, creyentes y no creyentes, que han dado «una sencilla lección de solidaridad hasta dar la vida por cuidar la ajena» frente «al sectarismo, a la crispación y al enfrentamiento». 

El purpurado ha concluido su homilía destacando las tres llamadas que el Señor hace «a los que vivimos en comunión con Él»: defender el derecho a la esperanza, dar ánimos y no guardarse «el tesoro que es Jesucristo para nosotros».

Llamada a volver la mirada a Jesucristo

El cardenal Juan José Omella, presidente de la CEE, también ha querido mostrar la cercanía de la Iglesia que peregrina en España con las víctimas al hacer suyo «el dolor, el sufrimiento de los familiares de los difuntos». Un dolor profundo que ha provocado no solo su muerte sino «también las condiciones de su partida, lejos del contacto de sus familiares y amigos, sin poder cruzar palabra».

El mejor regalo que se les puede hacer, en palabras del también arzobispo de Barcelona, es «nuestra oración y acción de gracias por todos y cada uno de ellos». Recordando unas palabras de Calderón de la Barca, ha deseado que «todo lo vivido y sufrido sea acogido como una llamada a volver nuestra mirada y nuestra existencia hacia Jesucristo».

Presencia de los reyes y de familiares de víctimas

La Misa funeral, que ha sido concelebrada por más de 35 obispos y numerosos sacerdotes, ha contado con la presencia de sus majestades los reyes, la princesa de Asturias y la infanta Sofía, así como la vicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calvo, en representación del presidente del Gobierno; la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet; la presidenta del Senado, M.ª Pilar Llop; el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes; el jefe de Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villaroya; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el presidente del PP y líder de la oposición, Pablo Casado, entre otros.

Además, entre los asistentes, bajo la imagen de Santa María la Real de la Almudena, se ha situado un grupo de más de 70 familiares de fallecidos a causa de la pandemia, localizados a través de las vicarías de la diócesis de Madrid. Justo enfrente han estado los representantes de las Iglesias y de las confesiones, así como una representación de los agentes sociales y eclesiales que durante esta pandemia están trabajando en favor de los demás: personal sanitario, voluntarios de Pastoral de la Salud, de Cáritas y de la Orden de Malta, mIembros de las Fuerzas Armadas, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y miembros de los Bomberos.

Antes de concluir la Misa, el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, que estuvo ingresado por coronavirus, ha leído la oración ante la pandemia del Papa Francisco: «Oh, María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Confiamos en ti, Salud de los enfermos, que junto a la cruz te asociaste al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, salvación de todos los pueblos, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba».


sábado, 27 de junio de 2020

27 de junio: Fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

El 27 de junio se celebra la Fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, patrona de los Padres Redentoristas y cuyo icono original está en el altar mayor de la Iglesia de San Alfonso del Esquilino, en Roma.

Esta imagen recuerda el cuidado de la Virgen por Jesús, desde su concepción hasta su muerte, y que hoy sigue protegiendo a sus hijos que acuden a ella.

Se dice que en el siglo XV un comerciante adinerado del Mar Mediterráneo tenía la pintura del Perpetuo Socorro, aunque se desconoce el cómo llegó a sus manos. Para proteger el cuadro de ser destruido, decidió llevarlo a Italia y en la travesía se desató una terrible tormenta.

El comerciante tomó el cuadro en alto, pidió socorro y el mar se calmó. Estando ya en Roma, él tenía un amigo, a quien le mostró el cuadro y le dijo que un día el mundo entero rendiría homenaje a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Después de un tiempo, el mercader enfermó y, antes de morir, le hizo prometer a su amigo que colocaría la pintura en una iglesia ilustre. Sin embargo, la esposa del amigo se encariñó con la pintura y este no realizó su promesa.

Nuestra Señora se le apareció al hombre en varias ocasiones pidiéndole cumpliera, pero al no querer disgustar a su mujer, enfermó y murió. Más adelante la Virgen habló con la hija de seis años y le dio el mismo mensaje de que deseaba que el cuadro fuera puesto en una iglesia. La pequeña fue y se lo contó a su madre.

La mamá se asustó y a una vecina que se burló de lo ocurrido le vinieron unos dolores tan fuertes que solo se alivió cuando invocó arrepentida la ayuda de la Virgen y tocó el cuadro. Nuestra Señora se volvió a aparecer a la niña y le dijo que la pintura debía ser puesta en la iglesia de San Mateo, que quedaba entre las Basílicas Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Finalmente, así se hizo y se obraron grandes milagros.

Siglos después, Napoleón destruyó muchas iglesias, entre ellas la de San Mateo, pero un padre agustino logró llevarse secretamente el cuadro y más adelante fue colocado en una capilla agustiniana en Posterula. 

Los Redentoristas construyen la Iglesia de San Alfonso sobre las ruinas de la iglesia de San Mateo y en sus investigaciones descubrieron que antes ahí estaba el milagroso cuadro de del Perpetuo Socorro y que lo tenían los Agustinos. Gracias a un sacerdote jesuita conocieron el deseo de la Virgen de ser honrada en ese lugar.

Es así que el superior de los Redentoristas solicitó al Beato Pío IX, quien dispuso que el cuadro fuera devuelto a la Iglesia entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Asimismo, encargó a los Redentoristas que hicieran que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fuera conocida. 

Los Agustinos, una vez que supieron la historia y el deseo del Pontífice, gustosos devolvieron la imagen mariana para complacer a la Virgen.

Hoy en día la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se ha expandido por diversos lugares, construyéndose iglesias y santuarios en su honor. Su retrato es conocido y venerado en todas partes del mundo.