Los Obispos (Obispos y Arzobispos) usan los mismos ornamentos que el Sacerdote cuando van a celebrar la Santa Misa.
Fuera de estos ornamentos, el Arzobispo utiliza otros. Éstos son:
EL PALIO ARZOBISPAL: Banda de lana blanca en forma de collarín, adornada con seis cruces de seda negra. Es la insignia exclusiva de los arzobispos residenciales o metropolitanos. Es semejante a una estola y se utiliza a modo de escapulario. Es de tela blanca salpicada de cruces, que les envía el Papa como distintivo de su especial dignidad.
Tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda. Así el obispo debe poseer vida, ciencia, doctrina y poder. Se relaciona también con las cuatro virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión de Cristo. En la parte anterior se representa la justicia: el prelado debe velar para dar a cada cual lo suyo. En la parte posterior, la prudencia: el prelado debe cuidarse de dudas y pensamientos nocivos. A la izquierda, el coraje, para no sucumbir en la adversidad. A la derecha, la templanza, para no descontrolarse en la prosperidad.
MITRA: La mitra es la toca alta y apuntada con la que se cubren la cabeza los obispos y otras personas eclesiásticas que tienen derecho a ello durante las celebraciones litúrgicas.
Su origen lo encontramos en el judaísmo antiguo, en el que los miembros del Sanedrín usaban un ornamento para la cabeza llamado Mitznefet. De ahí derivó la mitra que usan los obispos, y que se les impone durante su consagración episcopal.
A lo largo de la historia se les ha permitido usar la mitra a algunos ordinarios que no son obispos, como algunos abades o abadesas, a los que se les conoce como abad mitrado o abadesa mitrada.
ANILLO PASTORAL: En todos los tiempos y en prácticamente todos los pueblos, el anillo personificó el símbolo de autoridad, de dignidad y de preeminencia: él es para la mano lo que es la corona para la cabeza. De igual modo, el anillo episcopal contiene estas características, una vez que él refleja la eminente autoridad, la dignidad y la preeminencia del prelado que lo porta. Además, también es él un símbolo de la alianza espiritual que une al Obispo con su Iglesia.
BÁCULO: El báculo es el bastón con extremo curvado que usan los obispos en las celebraciones litúrgicas. Puede ser de madera, de marfil o de algún metal. Consta de dos partes: el palo o asta, que es el tronco principal; y el cayado o voluta, que es la curvatura superior.
El báculo representa la función de corregir, sostener y empujar que tienen los obispos, como se desprende de las palabras que se le decían al obispo recién consagrado cuando se le entregaba: “Recibe el báculo del oficio pastoral, para que seas piadosamente severo en la corrección de los vicios, para que mantengas el juicio sin ira, para que estimules los ánimos de los oyentes en el fomento de las virtudes, para que no abandones la censura de la severidad en la tranquilidad.”
Los obispos solo pueden usar el báculo en el territorio de su diócesis. Pero puede usarlo en cualquier lugar en donde celebra solemnemente con el consentimiento del ordinario del lugar (CE 59), aunque en ciertas celebraciones todos los obispos pueden usar el báculo, como en las ordenaciones. Si en una misma celebración hay varios obispos presentes, solo usa báculo el obispo que preside.
El obispo porta el báculo en la mano izquierda, con la curvatura dirigida hacia el pueblo.
Los abades y abadesas llamados “mitrados”, tienen derecho a usar el báculo. Ellos, sin embargo, lo portan en la mano derecha y no en la izquierda, para distinguirse de los obispos.
Habitualmente, se usa el báculo en las procesiones, para escuchar la proclamación del Evangelio, en la homilía, y para bendecir a las personas, salvo que deba de imponer las manos.
SOLIDEO: El solideo es un casquete de seda que portan en la cabeza los obispos (cubre la parte de atrás de la cabeza) y otros clérigos. Los obispos lo usan morado; los cardenales rojo, y el papa blanco.
El nombre deriva de la expresión “soli Deo”, es decir, solo ante Dios. Por ello, siempre lo deben de quitar ante el Santísimo Sacramento. En la Misa, se lo deben quitar al inicio del prefacio y se lo vuelven a poner tras la Comunión.
Los cardenales y obispos se quitan también el solideo en el momento en que saludan al Santo Padre, como un símbolo de respeto.
CRUZ PECTORAL: La cruz pectoral es aquella que usan los obispos y algunos abades colgada al cuello como signo de su dignidad.
Los obispos la usan colgada de una cadena.
La cruz pectoral debe usarse también cuando los obispos se revisten para celebrar una función litúrgica. En estos casos, es indiferente si la colocan por encima o por debajo de la casulla, o de la capa pluvial.
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