lunes, 26 de junio de 2023
sábado, 17 de junio de 2023
Domingo XI del Tiempo Ordinario
Sin embargo, el encargo no es pequeño: les manda a remediar todo lo que los judíos de su tiempo consideraban más despreciable: curar a los leprosos, resucitar a los muertos y echar demonios. La lepra, la muerte y los demonios eran los motivos más fuertes de exclusión que una persona podía sufrir, las más fulminantes causas de abandono y de marginación.
Los apóstoles no estaban preparados para lo que se les pedía. Si supieron responder es porque la persona de Jesús les había arrebatado el corazón, y comprendieron a tiempo, casi todos, que si querían construir el nuevo reino de Dios pasaba por ser personas nuevas. Sintieron dentro de sí que el mensaje de Jesús tenía sentido si salía de ellos hacia el exterior y los llevaba a una entrega fiel y sin límites a lo que habían recibido.
Lo mismo que Jesús mandó a aquellos doce, nos envía también a nosotros, cada bautizado es un enviado, un discípulo, un testigo, un apóstol. Y debemos comenzar nuestra misión por lo más cercano que tengamos junto a nosotros, y lo más cercano que tengo junto a mí, ¿qué es? ¿mi vecino?, ¿el que está sentado junto a mí? No, el más cercano soy yo mismo. Tengo que comenzar por mí, cambiar lo que tengo que cambiar y ser más fiel a lo que Jesús me pide.
viernes, 16 de junio de 2023
Sagrado Corazón...
deseo exaltar y glorificar
la presencia de tu Cuerpo y Sangre
y de tu Divinidad!
¡Ayúdame a creer más en Tí, Señor!
Por eso te pido que aumentes mi fe.
¡Señor, no sólo eres el pan vivo
que me alimenta,
eres mi refugio, mi esperanza,
mi fortaleza y mi consuelo!
¡Bendito y alabado seas por siempre,
Señor y Dios mío!
Elementos del Corazón de Jesús
Hoy, 16 de junio, celebramos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
En otras imágenes, se encuentran además:
Una cruz: Instrumento de redención que nos trae la salvación.
Herida y sangre: Su costado traspasado y la Sangre derramada por nuestra redención.
domingo, 4 de junio de 2023
Rosario Solemne en la parroquia de Iria
El miércoles pasado, en la parroquia de Iria Flavia, tuvo lugar la celebración de un rosario solemne, bajo el lema ‘Con María hacia la Asamblea Sinodal’ como preparación de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos.
Una convocatoria con la que la Iglesia que peregrina en Santiago se suma a todas las diócesis españolas como respuesta a la invitación realizada desde la Secretaría General del Sínodo para “orar por el Camino Sinodal para hacernos todos conscientes de la importancia de este proceso y continuar acompañándolo con la plegaria comunitaria”.
La celebración fue presidida por el vicario de Santiago, José Antonio Seoane, acompañado del párroco Roberto Martínez y de otros sacerdotes de la zona.
Los misterios del Rosario, fueron encomendados a las distintas vocaciones, estados y carismas vividos en la Iglesia. Así el primer misterio, fue encomendado a los sacerdotes. El segundo a dos representantes de la vida consagrada. El tercer misterio a unos jóvenes laicos. Mientras que el cuarto fue encomendado a una familia y el quinto a las personas mayores.
Domingo de la Santísima Trinidad
La revelación del Dios de Jesús no se ha hecho de forma repentina, sino que se ha dado a conocer de una forma progresiva a lo largo de la historia de los hombres. Es el Dios de Jesús el que se manifiesta como Padre, como Padre amoroso, que nos quiere, nos conoce y nos espera. Es el Dios de Jesús el que se manifiesta como Hijo, que se hace uno de nosotros, comparte todo lo nuestro, y entrega su vida por amor para darnos ejemplo. Y es el Dios de Jesús el que se manifiesta como Espíritu que acompaña a la Iglesia, la impulsa y la fortalece en la dificultad. Sin embargo a todo lo anterior, las tres personas de Dios no actúan por separado las unas de las otras. En cada acción de Dios están el Padre, el Hijo y el Espíritu.
¿Por qué Dios, siendo Uno y Trino, se ha tomado tantas molestias por nosotros?, ¿por qué nos ha creado?, ¿por qué se nos ha dado a conocer? ¿Será que nos necesita para algo? Dios no nos busca porque o para que podamos servirle. No nos busca para sacar algo de nosotros. Nos busca solo porque nos ama. El amor que Dios nos tiene no depende en ningún momento de la correspondencia de nosotros hacia Él. Aunque nosotros lo rechacemos, aunque nosotros lo neguemos, Él nos seguirá amando, no retirará ni una pizca de su gran Amor. Y esto es una gran noticia para nosotros, su amor está por encima de nuestros fracasos. El Dios cristiano, no es una idea carente de realidad objetiva, es un Dios personal.