Desde que en 1926, el papa Pío XI instaura la Jornada Mundial de las Misiones, el Domund -acrónimo de Domingo MUNDial- ha acompañado a la sociedad española, convirtiendo el mes de octubre en el mes misionero por excelencia. Obras Misionales Pontificias, institución pionera en el uso de los medios de comunicación de la época, ha empapado de Misión la sociedad, y ha fomentado la necesidad de conocer y ayudar el trabajo de los misioneros.
Pero, lo que el Papa hizo fue asumir algo que ya existía desde 1622: la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Doscientos años más tarde, Paulina Jaricot, fundaba la Obra de Propagación de la Fe. Y así seguiría hasta el 1926, año en el que el Papa fundaba esta Jornada Mundial de las Misiones. En España, se empezaría a celebrar ese mismo año.
La Iglesia Católica, misionera por naturaleza, apoya con especial solicitud a las zonas del mundo donde la Iglesia es de reciente implantación y no tiene posibilidad para subsistir: son los Territorios de Misión, el 37% de la Iglesia Católica.
La Congregación para la Evangelización de los Pueblos -el “ministerio” misionero de la Iglesia-, vela para que estos territorios tengan los recursos humanos y económicos necesarios para llevar a cabo la evangelización y la promoción humana en estas zonas, que suelen ser los lugares más pobres del planeta. Lo hace a través de Obras Misionales Pontificias.
El Domund se celebra anualmente en todo el mundo para recordar, rezar, homenajear y ayudar a la actividad misionera de la Iglesia Católica. En este 2016, se cumple su 90 aniversario.
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