Con sus antiguos uniformes que perfuman de historia, fidelidad y amor al Papa, la Guardias Suiza sigue ofreciendo hoy un precioso servicio hecho de devoción y espiritualidad. Francisco, al reunirse con ellos antes del juramento que realizaron, destacó la "cortesía y disponibilidad" que muestran a quienes se acerquen a ellos con una petición, una pregunta o un simple saludo.
"Aprecio mucho su capacidad para combinar los aspectos profesionales y espirituales, expresando así su devoción y fidelidad a la Sede Apostólica".
Un pequeño ejército
Treinta y cuatro nuevos reclutas prestaron juramento en el patio de San Dámaso en presencia de Monseñor Edgar Peña Parra, en representación del Papa. En el Piazzale dei Protomartiri Romani se colocó primero una corona para conmemorar la heroica muerte de los 147 soldados suizos que cayeron en defensa del Papa Clemente VII durante el Saqueo de Roma en 1527.
Debido a la situación sanitaria actual, el acto se desarrolló sin público y de acuerdo con la normativa anti-Covid vigente, que pudo verse por streaming.
La Guardia Suiza, fue fundada por el Papa Julio II en 1506, y actualmente está dirigida por el coronel Christoph Graf. Su tarea es vigilar las entradas del Vaticano, realizar servicios de orden y representación durante las ceremonias papales y las recepciones de Estado, así como custodiar al Colegio Cardenalicio durante la Sede Vacante.
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