domingo, 16 de abril de 2023

Hoy celebramos también el Domingo de la Divina Misericordia


La Fuerza del Señor que vive hace que su Bondad no encuentre límites para llegar al corazón de todos los hombres. Hoy, segundo Domingo de Pascua y último día de la Octava Pascual, seguimos viviendo el Misterio del Señor Resucitado. Como en el Domingo de Resurrección, la Iglesia recuerda la incorporación a Cristo por el Bautismo, con el rito de la aspersión del agua, mientras el Cirio seguirá encendido a lo largo de toda la Cincuentena Pascual, hasta el 28 de mayo, Solemnidad de Pentecostés.

Este día también se llama “Domingo in Albis”. Esta palabra viene del latín “albis” que significa blancura. El motivo es que en la antigüedad este día los neófitos – los recién bautizados en la Noche Santa de Pascua - entraban a la Iglesia con las vestiduras blancas recibidas en el Bautismo Pero esta jornada, viene marcada también por la Fiesta de la Divina Misericordia, que fue instaurada en el año 2000 por el Papa San Juan Pablo II.

Dicha festividad se basa en las revelaciones del Señor a la monja polaca Santa Faustina Kowalska, encargada de difundir esta devoción por todo el mundo. En sus encuentros místicos con la religiosa, Cristo le mostró el corazón como Fuente de misericordia, pidiéndole que se celebrase una Realidad tan sublime. No en vano, el propio Pontífice San Juan Pablo II, dedicó la Encíclica Rico en Misericordia a este Misterio.

Los apóstoles de la Divina Misericordia, son sacerdotes, religiosos y laicos unidos para vivir el amor misericordioso de Dios desde la verdadera unidad fraterna y su proyección a los más necesitados, los pecadores. Esta familia espiritual, a la que el Señor pidió que hiciesen al menos una obra de misericordia diaria, obtuvo aprobación en Cracovia el año 1996, y actualmente se encuentra en 29 países. Así concluye la Semana Grande de la Resurrección.

II Domingo de Pascua

Hoy escucharemos el relato de una de las apariciones de Jesús después de la resurrección. En ella, el apóstol Tomás, uno de los Doce, de los que habían estado más cerca de Él, uno de los que habían oído y visto todo lo que había hecho Jesús, dice ni más ni menos esta frase: “si no lo veo no lo creo”. Es la frase del escéptico, de la persona a la que le falta la fe, de aquel que sólo acepta como cierto lo que ve y toca, lo demás todo lo pone entre interrogantes. Precisamente todo lo contrario de lo que Jesús les había pedido a las suyos.

Por otra parte, Tomás, con esta conducta se muestra como el más humano de los doce. Posiblemente sea esta forma de actuar en la que más veces nos podemos ver reflejados los seguidores de Jesús de entonces y de ahora. Cada vez que a mi me gustaría sentir de una forma más evidente al Señor, cada vez que yo digo, ay Señor si yo te tocara y notara tu presencia a mi lado, si hicieras un milagro para demostrar a todos que existes, si te notara mas cerca en los momentos difíciles, cada vez que pienso esto o algo parecido, Jesús me dice: “Francisco, María, Carmen, José…” aquí podemos poner nuestro nombre “Dichosos los que crean sin haber visto”.

Misas e intenciones de la parroquia de Iria Flavia

 

domingo, 9 de abril de 2023

¡¡CRISTO HA RESUCITADO!!


Jesús ha resucitado, ¡aleluya!, es desde aquel primer momento el mensaje que la Iglesia ha seguido proclamando y que hoy solemnemente proclama otras vez a nuestra fe. De esta buena noticia de los ángeles y de las mujeres nació la Iglesia y ésta sigue siendo su esencia y su identidad. Como dice San Pablo, si Jesús no hubiera Resucitado vana sería nuestra fe. El centro de nuestra vida cristiana es nuestra fe en Jesucristo Resucitado. Dejémonos invadir por el gozo con que esta buena nueva llega hoy a nuestra fe. JESÚS VIVE, por tanto su mensaje de amor y de justicia tiene todo el apoyo de Dios.

Esta resurrección del Señor que hoy celebramos, es ante todo el fundamento de nuestra fe y de nuestra confianza en Dios. Nuestra esperanza se alimenta hoy de una forma definitiva, porque Jesús resucitado ya no puede morir. Dejemos que esta fe produzca un mensaje salvador en nuestro interior. Cada uno de nosotros experimenta cansancio, dudas, problemas, frustraciones normales en toda vida humana, la fe en la resurrección es la energía y el sentido para afrontar con esperanza la realidad conflictiva de la vida y el trabajo comprometido por lograr un mundo mejor. En nuestros tiempos esta resurrección es la fuente de nuestra verdad sobre Dios, de nuestro sentido de la vida y de la muerte y de nuestro compromiso por transformar este mundo según el evangelio de Jesús. En nuestros tiempos, el contemplar al resucitado es el fundamento de nuestra esperanza, una esperanza sin límites ni barreras.

La Resurrección nos da fuerzas para seguir pidiendo los unos por los otros, nos debe acercar más los unos a los otros, derribando muros y fronteras que nos dividen y que hacen que no seamos hermanos. La resurrección debe darnos fuerzas para seguir realizando nuestra tarea en la parcela de la Iglesia que cada uno tiene encomendada. La resurrección hace que ante la realidad de la vida, nuestra primera reacción siempre sea la de mirar hacia delante, poniendo de nuestra parte todo lo que tenemos que poner. Con la alegría de la resurrección nos disponemos a cambiar aquello de nuestra vida que es necesario cambiar.

 



sábado, 8 de abril de 2023

Sábado Santo...


El Sábado Santo es el tercer día del Triduo Pascual y la Iglesia está de luto en espera junto al sepulcro. Jesús yacía en su tumba para el desconsuelo de los apóstoles que estaban convencidos de que todo había acabado. En él, se vela para expresar que los fieles siguen en la espera, en la vigilancia y en la esperanza de la venida del Señor, del cumplimiento del nuevo y definitivo paso con Él. Es, por tanto, un día de esperanza, la que tuvo la Virgen María que sabía que su Hijo era Dios. Una esperanza que nos prepara para el momento más importante de la historia: la Resurrección.

La celebración de la Vigilia Pascual en la noche del Sábado Santo, es la más importante de todas las celebraciones cristianas, porque conmemora la Resurrección de Jesucristo.

Los sagrarios de las iglesias de todo el mundo están vacíos. Es el único día del año en el que no se celebra la Eucaristía. Solo queda la oración, la tristeza y la reflexión. Lo que acaba de acontecer es tan duro, que merece un día así.

viernes, 7 de abril de 2023

Viernes Santo


El Viernes Santo es una jornada crucial en la liturgia cristiana, en la que se conmemora la muerte de Cristo en la Cruz. Tras el encarcelamiento de Jesús, es sometido a un juicio donde sufre torturas aberrantes.

Es en ese mismo momento donde Jesús recibe la corona de espinas sobre su cabeza y le cargan la cruz. De esta manera Jesús recorre la ciudad de Jerusalén con la Cruz en dirección al Calvario. Más tarde es crucificado y, para certificar su muerte, le clavan una lanza. Ya durante la noche, los fieles desclavan el cuerpo de Cristo y lo entregan a su madre, para finalmente enterrarlo en el sepulcro.

Ese mismo día Judas, arrepentido de su traición, se ahorca y acaba con su vida.

En la celebración litúrgica de Viernes Santo: Comienza en silencio y de rodillas:

Ya se empieza significativamente: en adorante y sobrecogedor silencio, el obispo y sacerdotes postrados en tierra mientras que el resto de fieles están de rodillas. En este día se proclama la Pasión entera, igual que Domingo de Ramos.

También, se realiza una lectura del profeta Isaías: “Lo arrancaron de los vivos, le hirieron y le dieron sepultura". Vivió mucho antes que Jesucristo, pero hablaba sobre el sufrimiento que el Señor iba a sufrir.

Adoración de la Cruz: Es el único día del año en el que la cruz se adora, no se venera. La Cruz recibe el obsequio de nuestra genuflexión. Doblamos la rodilla ante ella. Esta cruz es mostrada al pueblo siendo despojada del velo que la cubre a la aclamación “Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo. Venid, a adorarlo”. Tras esto, los fieles adoran la cruz con una genuflexión y un beso.

Una colecta especial: La colecta de este día es especial, pues está destinada al sostenimiento de los Santos Lugares en Tierra Santa.

jueves, 6 de abril de 2023

¿Qué celebramos el Jueves Santo?

 
La Última Cena. Fue su última celebración de la Pascua judía, pero orientó la celebración hacia la Nueva Pascua, hacia la Eucaristía, celebrada por mandato suyo y en conmemoración suya.

El Lavatorio de los pies y el Mandamiento Nuevo del Amor. Con este gesto tan significativo Jesús nos recuerda que el servicio a los hermanos es la mejor manera de servirle y de ser grandes, pues Él no ha venido a ser servido sino a servir, y era Dios hecho hombre. La humildad, el servicio y el amor se entrelazan aquí para mostrarnos el camino efectivo al cielo.

La institución de la Eucaristía y del Sacerdocio. Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación. Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Para poder celebrar la Eucaristía es necesario el sacramento del Orden, para que in persona Christi el pan y el vino se conviertan por la acción del Espíritu Santo en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Jesús les otorga el gran don del sacerdocio a los apóstoles y la potestad de continuarlo por la imposición de manos y la oración.

La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní. Tras la Última Cena Jesús va a Getsemaní a orar junto con los 11 (Judas había abandonado el Cenáculo para ir a entregarlo). Allí reza para pedir fuerzas a su Padre del cielo y poder cumplir su voluntad, lo que exigirá su entrega total. Allí ya empieza a sentir el abandono de sus discípulos, que no pueden estar en vela ni una sola hora.

miércoles, 5 de abril de 2023

Miércoles Santo

El Miércoles Santo es el día donde se reúne el Sanedrín, el tribunal religioso judío para condenar a Jesús. Hoy es el primer día de luto de la iglesia, con esto se llega al fin de la Cuaresma; se anticipa el Jueves Santo y entramos en el corazón de la Semana Grande.

¿De qué habla la Sagrada Escritura este día? En el Evangelio del Miércoles Santo, Jesús anticipa a sus discípulos la traición de Judas y manda a los discípulos a preparar lo necesario para la "cena de Pascua".

"En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?» Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
Él contestó: «ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»

"Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce.

Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.» Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?»

"Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.» Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?» Él respondió: «Tú lo has dicho.»  (Mt 26,14-25)

martes, 4 de abril de 2023

Misa Crismal en la Catedral Compostelana

La misa crismal es una celebración presidida por el obispo, y a la que asisten (o deben asistir) todos los sacerdotes de la diócesis. Y es que uno de los ritos incluido en esta celebración a partir de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, es el de la renovación de las promesas sacerdotales.
 
Tras la homilía, en lugar de pronunciarse el Credo, el obispo invita a los sacerdotes presentes en la celebración a prometer solemnemente unirse más de cerca a Cristo, ser sus fieles ministros y conducir a otros a él, renovando su consagración a Cristo y dedicación a la Iglesia.
 
Otra manifestación del relieve que tiene este rito es que los textos de la celebración presentan un marcado carácter catequético sobre el sacerdocio. Tras esto, llega el momento de la consagración del Santo Crisma y la bendición de los Santos Óleos: el óleo de los catecúmenos, que se usa para ungir a los que serán bautizados; el óleo de los enfermos, que se usa para ungir a quien recibe el sacramento de la Unción de Enfermos; y el Santo Crisma, con el que se unge a los recién bautizados, a los confirmandos y a quien recibe las sagradas órdenes, además de derramarse sobre los altares cuando se consagran.
 

 

domingo, 2 de abril de 2023

El P. Benjamín Picado cfm, cofrade mayor honorario

 








Domingo de Ramos


 Con el Domingo de Ramos comenzamos la Semana Santa, es el domingo de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. El pueblo aclama al Señor como el Mesías, como el Salvador: «Bendito el que viene en nombre del Señor», hemos leído en la lectura de antes de la procesión, pero con muy buen criterio la liturgia nos propone para nuestra reflexión en este día la pasión de Jesús, por eso, acabamos de escuchar el relato trágico de su muerte. Es la paradoja de Jesús, es la paradoja de toda su vida y de todo su existir. Que contradicción entrada triunfal y condena a muerte. En el fondo no hay tal contradicción Jesús va a Jerusalén a culminar su misión, a terminar lo que había comenzado, y la culminación pasará por el calvario y terminará en el sepulcro vacío.

En Jesucristo, el Hijo amado de Dios, se cumplen las promesas hechas por Dios a la humanidad. Jesús no se limita a hablarnos del amor de Dios, lo cual hizo muchas veces a lo largo de su vida pública: sino que Él es el amor de Dios. Jesús, Es la demostración mas clara del amor de Dios. La cruz, aunque nos cueste creerlo, es sencilla y llanamente el amor de Dios a todos.

Jesús nos invita a acompañarlo un año mas en su pasión, muerte y resurrección, ¿hasta donde estoy dispuesto a llegar?, ¿me atreveré a ayudarlo como el Cirineo?, ¿limpiaré su rostro como la Verónica?, ¿estaré al lado de la cruz?, o ¿lo miraré de lejos, y escondido entre la multitud para pasar desapercibido?, ¿me dará vergüenza confesar delante de todos que soy discípulo suyo?