Cuando los domingos vamos a Misa,
muchos ya salimos de casa pensando que durante la próxima media hora - cuarenta
minutos, nos vamos a aburrir. Y eso es porque realmente no entendemos lo que
vamos a vivir. La gente se sienta, nosotros nos sentamos; la gente se levanta,
nosotros nos levantamos; la gente se arrodilla, nosotros nos arrodillamos… No
entendemos por qué lo hacemos… ¡Es un aburrimiento!
¡Sin embargo, nada más lejos de
la realidad! La Misa es como una ventanita en el tiempo que nos permite
trasladarnos, ni más ni menos, que más de 2000 años atrás, a un lugar llamado Calvario
donde se encuentra Jesús clavado en la Cruz. Sí, sí me traslada a los pies de
la cruz y esto es la realidad, no es ciencia ficción.
En aquella cruz, Jesús muere por
mí, por mis pecados… ¡y lo hace como si fueran los suyos!
Esto que ocurrió hace más de
veinte siglos, sigue ocurriendo hoy, todos los días, en cualquier lugar del
mundo en el que un sacerdote celebre la Misa. Muchos cristianos de todos los
tiempos comprendieron el verdadero sentido de su vida gracias a la Misa. ¿Y tú?
Fíjate en este vídeo…
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