Señor Jesús,
haznos entrar dentro de nosotros mismos.
Nosotros estamos tentados,
solicitados por el exterior.
Todo nos llama,
nos invita a salir de casa
y a vivir a la intemperie
donde no hay calor de hogar
ni palabras de profundidad.
Ven, Tú, Señor
a habitar en nuestra casa
y ayudarnos a vivir reconciliados en paz
y en cercanía con nosotros y contigo.
Ven, Tú, Señor
y pronuncia palabras de perdón
para que las transmitamos a los demás
y el mundo viva la reconciliación
que nace del amor
que Tú nos tienes.
Ven, Tú, Señor,
y juntos comeremos el pan
que da fuerzas para caminar
hacia el país de la Promesa
donde Tú nos han convocado
y donde el Padre, desde siempre,
ha preparado para nosotros
una mesa caliente y un vino amigo
y unos hermanos de corazón nuevo.
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