martes, 8 de abril de 2025

Domingo de Ramos

El Evangelio del Domingo de Ramos nos presenta la Pasión del Señor según san Lucas. Comienza con Jesús entrando en Jerusalén aclamado como rey, pero termina en la cruz, solo y rechazado. Este contraste es fuerte, pero nos dice que Jesús no es un rey de poder y apariencias, sino un Rey que ama hasta el extremo, que se entrega por nosotros. Su humildad no es debilidad, es amor verdadero. Y en medio de tanto sufrimiento, no deja de perdonar, de mirar con compasión, como lo hace con el buen ladrón: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".

Este Evangelio nos invita a no quedarnos solo en los ramos, en el entusiasmo superficial. Nos llama a seguir a Jesús también en el camino de la cruz, en lo concreto de cada día. Él no nos promete una vida sin dolor, pero sí una vida con sentido, acompañada, redimida. Si hoy estás pasando por momentos difíciles, mira al Crucificado: no estás solo. El Evangelio nos muestra que no hay dolor, traición ni fracaso que Jesús no haya asumido por amor a nosotros. Jesús conoce el dolor, lo ha cargado, y lo ha transformado. Este Domingo de Ramos no es una derrota, sino el inicio de la mayor victoria: la del amor que no se rinde. Por eso, te animo a que esta Semana Santa te acerques a Él con un corazón sincero. No importa cuán lejos hayas estado: su mirada sigue buscando la tuya, como buscó la de Pedro tras negarlo, no para reprocharte, sino para levantarte y decirte: “Estoy contigo, siempre”.

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