miércoles, 23 de noviembre de 2016

Transmitir la fe de la Iglesia (I)



La catequesis es una tarea pública dentro de la Iglesia. El catequista la realiza en nombre de la Iglesia. Un catequista, tú cuando haces la catequesis, habla en nombre de la Iglesia. Por tanto, no puedes proponer la fe que te parezca simplemente bien. Debes transmitir la fe de la Iglesia. Es decir, aquellas profundas convicciones que hoy y siempre ha profesado y confesado la Iglesia.
Conviene ya desde el principio afirmar que la fe de la Iglesia no son solamente palabras, convencimientos, credos,… Es también vida, testimonio, ejemplo, transformación de la sociedad… Por eso decimos que confesamos y profesamos la fe… Porque somos creyentes somos practicantes, profesionales de la fe…
¿Qué entendemos entonces, por la fe de la Iglesia? 
Resumiendo de un modo simple, con el riesgo de ser imprecisos e incompletos, podríamos decir que, la fe de la Iglesia es el resultado final de la suma de los siguientes componentes:
  • La revelación de Dios que se recoge por escrito en las Sagradas Escrituras (la Biblia), destaca el mensaje de Jesús: lo que dijo e hizo.
  • La Tradición es la transmisión de la revelación de Dios, tal y como la percibieron, expresaron y vivieron, desde los Apóstoles, a través de los tiempos, de generación, los seguidores de Jesús de Nazaret. A veces, pensamos que hablar de tradición es quedarnos en el pasado, cuando lo que representa es todo lo contrario: el esfuerzo por actualizar permanentemente los contenidos de la fe.
  • El depósito de la revelaciónel magisterio: El conjunto de convicciones profundas que se han venido teniendo en la Iglesia, la recta interpretación de lo que dice la Sagrada Escritura y la Tradición se confía en la Iglesia a sus pastores: el Papa y los Obispos. Así, la Sagrada Escritura y la Tradición correctamente interpretadas son comparadas a un “depósito” o patrimonio que se les confía para que lo custodien fielmente. Este ejercicio es el propio de la jerarquía de la Iglesia, los sucesores de los Apóstoles: el Papa y los Obispos, a quienes se les denomina “el magisterio de la Iglesia”.
En resumen, podríamos decir que, la fe de la Iglesia, es la revelación de Jesucristo, que llega a nosotros a través de la tradición de los Apóstoles y de la Sagrada Escritura, conservadas, ambas, en la Iglesia, y transmitidas e interpretadas fielmente por ella a lo largo de los siglos.
Todo este conjunto de convicciones profundas forman el patrimonio o depósito de la fe, custodiado por el Magisterio, y constituye la fe de la Iglesia.
Una visión de conjunto…
Ya desde los comienzos, los seguidores de Jesús de Nazaret (la Iglesia), a la hora de leer y meditar las Sagradas Escrituras se fijaban en cuatro grandes aspectos que resumen la fe de la Iglesia:
– Lo que se ha de creer: El credo
– Lo que se ha de celebrar: Los sacramentos
– Lo que se ha de orar: El padrenuestro
– Lo que se ha de obrar: Mandamientos/Bienaventuranzas

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