martes, 6 de octubre de 2015

El Sínodo no es un parlamento, sino una expresión eclesial

“El Sínodo no es un parlamento sino una expresión eclesial, es decir, la Iglesia que camina junta para leer la realidad con los ojos de la fe y con el corazón de Dios; es la Iglesia que se interroga sobre la fidelidad al depósito de la fe”, que "es una fuente viva de la cual la Iglesia apaga su sed, para apagar la sed e iluminar el depósito de la vida”: fueron palabras del Papa Francisco al introducir los trabajos del Sínodo ordinario sobre la familia que comenzó el lunes 5 de octubre en el Vaticano, inaugurado el domingo con una misa solemne en la Basílica de San Pedro. 

“Caminar juntos con espíritu de colegialidad y de sinodalidad”, “poniendo siempre ante nuestros ojos el bien de la Iglesia, de las familias, la Salus animarum” dijo Francisco a los padres sinodales recordándoles que en este camino es necesario adoptar “valerosamente la parresia y el celo pastoral y doctrinal”. 

El Pontífice recordó que el Sínodo podrá ser un espacio de la acción del Espíritu Santo sólo si sus participantes “se revisten de coraje apostólico, de humildad evangélica y de oración confiada”. 

Francisco explicó que la oración confiada es la acción del corazón cuando se abre a Dios, cuando se hacen callar todos nuestros humores para escuchar la voz de Dios que habla en el silencio. “Sin escuchar a Dios, todas nuestras palabras – dijo – serán solamente palabras que no sacian y no sirven. Sin dejarse guiar por el Espíritu Santo, todas nuestras decisiones serán solamente decoraciones que en lugar de exaltar el Evangelio lo recubren y lo esconden”.

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