viernes, 2 de octubre de 2015

“Madurar con discernimiento y encontrar soluciones a los desafíos de las familias”. XIV Sínodo de los Obispos

Este domingo, XXVII del Tiempo Ordinario, con la celebración de la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, iniciará la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar del 4 al 25 de octubre, y tratará el tema: “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”. 

Este “caminar juntos” (sínodo) de pastores y pueblo de Dios, se inspira en la tarea confiada por el Papa Francisco a la Iglesia universal de «madurar, con verdadero discernimiento espiritual, las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar» y en continuidad con las reflexiones de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos de octubre de 2014, que trató el tema: “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. 

De este modo, el camino sinodal que estamos por iniciar contempla tres momentos íntimamente relacionados: “la escucha de los desafíos que afronta la familia; el discernimiento de la vocación familiar y la misión de la familia hoy”. Este camino es el fruto de un proceso de reflexión y profundización de todo el Pueblo de Dios, al que contribuyó el Santo Padre, con sus catequesis semanales sobre la familia en las Audiencias generales, y con la participación de los Sínodos de las Iglesias Orientales Católicas sui iuris, de las Conferencias Episcopales, de los Dicasterios de la Curia Romana y de la Unión de los Superiores Generales; reservando a una amplia atención a la familia no sólo en ambientes eclesiales, sino también de parte de la sociedad civil. 

Conservando el valioso fruto de la Asamblea anterior y de la mano del Obispo de Roma, el nuevo paso que espera a la Iglesia, parte de la escucha de los desafíos que debe afrontar la familia para dirigir la mirada a su vocación y misión en la Iglesia y en el mundo contemporáneo. “La familia, además de tener que responder a las problemáticas actuales, ante todo está llamada por Dios a tomar conciencia, siempre nueva, de su identidad misionera de Iglesia doméstica, también ella en salida. En un mundo a menudo marcado por la soledad y la tristeza, el Evangelio de la familia es verdaderamente una buena noticia".

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