sábado, 8 de marzo de 2025

I Domingo de Cuaresma

El Evangelio de este primer domingo de Cuaresma (Lucas 4,1-13) nos muestra a Jesús siendo tentado en el desierto. Después de cuarenta días de ayuno y oración, el diablo intenta apartarlo del camino de Dios con tres propuestas engañosas: saciar el hambre con pan, buscar el poder a cualquier precio y poner a prueba a Dios. Pero Jesús responde con firmeza, recordándonos que no solo de pan vive el hombre, que solo Dios merece adoración y que la fe no es cuestión de poner a prueba a Dios, sino de confiar plenamente en Él. Con esto, Jesús nos muestra que la verdadera fuerza está en la fidelidad al Padre, no en los atajos fáciles que el mundo nos ofrece.

Este pasaje nos interpela en nuestra vida diaria. También nosotros enfrentamos tentaciones que nos invitan a buscar seguridad en el dinero, el éxito o el control en lugar de confiar en Dios. Pero Jesús nos enseña que la clave para vencer las pruebas es aferrarnos a la Palabra de Dios, alimentar nuestra relación con Él y vivir con coherencia nuestra fe. La Cuaresma es un tiempo para revisar nuestro corazón, fortalecer nuestra vida espiritual y recordar que, como Jesús, estamos llamados a confiar en el Padre en todo momento, especialmente en medio de las dificultades.

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