jueves, 28 de marzo de 2024

Jueves Santo...


En la vastedad del tiempo y creencia,
donde los ecos de la fe resuenan,
surge un jueves teñido de penitencia,
donde la pasión sagrada se ordena.

Con pluma en mano, hoy escribo,
de este día, una oda a la devoción,
donde el hombre, con el alma en grito,
busca en la fe su más pura redención.

La sangre derramada, el cuerpo en cruz,
son el recuerdo de un sacrificio eterno,
que en este Jueves Santo, trae luz,
iluminando el camino del amor fraterno.

Jueves Santo, día de misterio y pasión,
donde la humanidad se detiene a reflexionar,
sobre el amor, el sacrificio, la redención,
y en cada corazón, su eco resuena sin cesar.

La fe se desgrana, como perlas del rosario,
en un día que guarda el misterio del Calvario.
Es día de memoria, de sagrado recuerdo,
que en el altar de los siglos, se mantiene eterno.

En templos y plazas, el eco resuena,
con súplicas y oraciones, la fe se llena.
Es jueves de misterios, de pan compartido,
en memoria de Aquel, por nosotros ungido.

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