Evangelio según Mateo 25, 14-30: En este pasaje, Jesús presenta la conocida parábola de los talentos, donde un hombre, antes de partir, confía a sus empleados diferentes cantidades de dinero, según sus capacidades. Los dos primeros empleados invierten y duplican sus talentos, siendo elogiados y recompensados por su fidelidad al retornar su señor. En contraste, el tercero, motivado por el miedo, esconde el talento y no lo hace fructificar. Al regreso del señor, este empleado es reprobado y castigado.
Explicación: La lectura sugiere una mentalidad comercial entre los contemporáneos de Jesús, donde la relación con Dios se veía como un negocio basado en la observancia de la ley. Jesús desafía esta perspectiva al presentar a Dios como un Padre amoroso que busca una relación fundamentada en el amor, no en transacciones comerciales. La parábola destaca la responsabilidad de desarrollar los dones dados por Dios y trabajar en armonía con su amor. Jesús busca alejar la sensación de culpa, proponiendo una visión de Dios como un Padre misericordioso que se complace en nuestras acciones, más que como un juez implacable. La parábola nos invita a comprender que nuestra labor no es solo un deber, sino una experiencia necesaria para nuestro desarrollo personal, en respuesta al amor divino que hemos experimentado.
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