sábado, 5 de noviembre de 2022

Domingo XXXII del Tiempo Ordinario C

Cuando los cristianos confesamos nuestra fe en la resurrección, cuando confesamos nuestra fe en ese Dios bondadoso que nos acoge después de la muerte ¿sabemos lo que decimos, y a lo que nos compromete? Jesús en el evangelio de hoy rompe los esquemas de aquellos que intentaron pillarle. Hoy también quiere romper los nuestros y nos pide que vivamos nuestra vida con tal intensidad que no nos aflijamos ante la muerte como los hombres sin esperanza. Nos pide que miremos su cruz y que no olvidemos la resurrección que el nos quiso regalar.

Señor aumenta nuestra fe también en esos momentos en los que nos cuesta mas descubrirte, en los que nos cuesta tanto reconocerte, en los que nos cuesta más sentirte a nuestro lado, en los momentos de dolor, soledad y muerte. Se lo pedimos al Señor, y lo hacemos los unos para los otros, y lo hacemos sin olvidar a los que menos tienen, a los que sufren, están enfermos, a los que están solos o los que carecen de todo, incluso de sentirse queridos por alguien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario