domingo, 27 de enero de 2019

Hogar El Buen Samaritano: el VIH tratado con misericordia

En Ciudad de Panamá se encuentra la Casa Hogar El Buen Samaritano: un pequeño lugar de esperanza para los enfermos de VIH- SIDA sin apoyo familiar, ni recursos económicos para poder enfrentar esta enfermedad, que no sólo los destruye físicamente sino que también daña su espíritu al sufrir, en la mayoría de los casos, el rechazo social, el abandono y la marginación. 

Se trata de un tema complejo que en muchas partes del mundo continúa siendo tabú y cuya cifra de enfermos en este país, según fuentes sanitarias de 2018, asciende a 29.000 aunque hay que tener en cuenta que la mayoría de los casos no se registra.




Acompañar a los enfermos
Este proyecto surgió con una labor pastoral realizada desde la Parroquia Santa María del Camino que inició con la acogida a personas que vivían con VIH- SIDA, dándoles orientación espiritual y ayuda en alimentos secos. 

Con el paso del tiempo la obra fue creciendo hasta convertirse, en una auténtica familia, ya que sus residentes, además de recibir los cuidados médicos correpondientes, encuentran allí un hogar donde refugiarse y no sentirse juzgados.

La enfermedad vista con misericordia
Por falta de espacio pueden vivir en el Hogar sólo 18 pacientes: 12 hombres y 6 mujeres. Los tratamientos son totalmente gratis y se intenta siempre que el paciente viva este período de su vida de la manera más digna posible.

El Papa Francisco visitará esta obra de caridad que busca ver la enfermedad con un rostro misericordioso como el de Dios que no rechaza a nadie.  La cita tendrá lugar el domingo 27 de enero en el marco de su Viaje Apostólico a Panamá con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

Vatican News estuvo en estas instalaciones, días previos a la llegada del Santo Padre y entrevistó a su administrador, Eric Rodríguez, quien explica qué significa para ellos la venida del Sucesor de Pedro.



Esperando la visita del Papa

Además conversamos con Samuel, perteneciente a la comarca Ngäbe Buglé, quien ha encontrado en Casa Hogar El Buen Samaritano, un lugar de amor, afecto y esperanza. El joven nos cuenta ilusionado que tendrá la oportunidad de saludar al Papa y compartir su testimonio: "Para Dios no hay nada imposible y jamás nos abandona. Aquí he conocido una nueva vida".

"No importa el pasado que hayamos tenido- expresa con los ojos llenos de emoción- el Señor mira nuestros corazones y los transforma. Estoy feliz de saber que el Papa viene a vernos, cuando aquí a veces no vienen ni nuestros familiares. Él se ha fijado en nosotros, que somos pequeños, y eso conmueve mi corazón", concluye.

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