El Arzobispo de Santiago de Compostela, en compañía de nuestro párroco, presidió este domingo la Misa en la parroquia de Padrón para conmemorar la Jornada Nacional de Manos Unidas, una iniciativa dedicada a promover el desarrollo y la solidaridad bajo el inspirador lema "El efecto ser humano: la única especie capaz de cambiar el planeta". Durante la celebración, el prelado compartió una profunda reflexión sobre la importancia de la compasión, la solidaridad y el cuidado mutuo, inspirándose en las enseñanzas de Jesús sobre la acogida y sanación de los marginados y enfermos.
En su homilía, el Arzobispo destacó cómo Jesús se acercó y sanó a un leproso, resaltando el valor de recuperar la dignidad y el amor a través de actos de cuidado y atención. Hizo hincapié en la necesidad de vivir con un corazón sensible y acogedor, y recordó "las tres palabras mágicas" según el Papa Francisco para una convivencia armoniosa: por favor, gracias y perdón. Asimismo, subrayó la misión de Manos Unidas en fomentar oportunidades de desarrollo y educación para los más necesitados, y llamó a la comunidad a ser solidarios y cuidar de nuestro planeta y de cada uno, recordando que nuestras acciones tienen un impacto significativo tanto positivo como negativo en el mundo que nos rodea.
Esta jornada se presenta como un recordatorio poderoso de la capacidad del ser humano para generar cambios significativos a través del amor, la solidaridad y el cuidado del prójimo y del medio ambiente. El mensaje del Arzobispo nos invitó a reflexionar sobre nuestra responsabilidad individual y colectiva en la construcción de una sociedad más justa y un mundo sostenible, haciendo eco de la esencia de la campaña de Manos Unidas: transformar el planeta a través de la humanidad y la compasión.
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