sábado, 28 de diciembre de 2024
viernes, 27 de diciembre de 2024
Domingo de la Sagrada Familia
La Sagrada Familia no es un modelo de perfección inalcanzable, sino un ejemplo de amor y fe en medio de las situaciones cotidianas. ¿Qué tal si tomamos este domingo para mirar a nuestras familias con gratitud y para renovar nuestra confianza en Dios, incluso cuando las cosas no salen como esperamos?
martes, 24 de diciembre de 2024
¡Feliz Navidad!
Y lo más impresionante: esa luz no se impone, sino que espera ser recibida. A quienes le abren su corazón, les regala el privilegio de ser hijos de Dios. Esto no depende de lo que hagamos o merezcamos, sino de creer en Él, de confiar en su amor. Hoy, en la Natividad, contemplamos a ese Dios que no se queda lejos ni indiferente, sino que "acampa entre nosotros". En todos los momentos de nuestra vida Dios está presente. Este Jesús recién nacido nos invita a acogerlo, a dejar que su gracia transforme nuestras vidas y a caminar siempre iluminados por su verdad. ¿Te animas a dejarlo entrar hoy?
domingo, 22 de diciembre de 2024
sábado, 21 de diciembre de 2024
domingo, 15 de diciembre de 2024
III Domingo de Adviento C
Sin embargo, el mensaje de Juan no se queda en la ética: apunta a algo más grande. Él se define como el precursor, el que prepara el camino para el verdadero Salvador. Su bautismo es solo un signo de conversión, pero anuncia a quien bautizará "con Espíritu Santo y fuego". Esa referencia al fuego puede sonar inquietante, pero es un símbolo de purificación y fuerza. Jesús, a quien Juan señala, no solo viene a marcar normas, sino a transformar los corazones con el poder del Espíritu. Este evangelio nos interpela a preguntarnos cómo estamos viviendo esa expectativa del Mesías y nos invita a renovar nuestra esperanza en Aquel que no solo cambia nuestras acciones, sino que también transforma nuestra vida desde lo más profundo.
sábado, 14 de diciembre de 2024
lunes, 9 de diciembre de 2024
sábado, 30 de noviembre de 2024
I Domingo de Adviento, C
Sin embargo, Jesús nos advierte sobre el peligro de la distracción y la tibieza espiritual. Las "inquietudes de la vida" y la superficialidad pueden embotar nuestro corazón y alejarnos del propósito verdadero de nuestra existencia: vivir en comunión con Dios y con los demás. Por eso, este tiempo es también un llamado a la vigilancia activa y a la oración constante, para que nuestra vida esté alineada con el Reino de Dios. En este Adviento, cultivemos un corazón despierto y abierto al encuentro con el Señor, renovemos nuestra fe y vivamos con esperanza, sabiendo que el Hijo del Hombre viene con poder y gloria para restaurar todas las cosas.
viernes, 22 de noviembre de 2024
Jesucristo, rey del Universo
Celebrar a Cristo como Rey del Universo nos desafía a vivir como ciudadanos de su reino, guiados por los valores de justicia, paz, verdad y misericordia. Su trono es la cruz, y su victoria es el amor que vence al pecado y la muerte. En esta solemnidad, estamos llamados a preguntarnos si Cristo reina verdaderamente en nuestra vida. Reconocerlo como nuestro Rey no es solo un acto de fe, sino un compromiso concreto para construir su reino aquí y ahora, siendo testigos de la verdad en nuestras palabras, acciones y decisiones cotidianas.
Hoy, mientras proclamamos a Cristo como Rey del Universo, preguntémonos: ¿Es Él el rey de nuestro corazón? ¿Vivimos como ciudadanos de su reino, sembrando amor y verdad en nuestras familias, comunidades y en el mundo?
domingo, 17 de noviembre de 2024
viernes, 15 de noviembre de 2024
¡Gracias por hacerlo posible!
domingo, 10 de noviembre de 2024
sábado, 9 de noviembre de 2024
Domingo XXXII del Tiempo Ordinario, B
El evangelio de este domingo nos presenta una de esas escenas en las que Jesús desenmascara las apariencias y va directo al corazón. Nos invita a fijarnos no solo en lo que se da, sino en cómo y desde dónde se da. Los escribas, tan pendientes de la imagen y del estatus, han olvidado la esencia de la fe: servir, no servirse. La viuda, por otro lado, da desde la generosidad pura, sin reservas ni necesidad de ser vista. Con ese pequeño acto, ella nos enseña que Dios ve más allá de lo que el mundo considera importante y valora la entrega sincera.
Jesús aprovecha esta escena para hacernos reflexionar sobre nuestras propias motivaciones y nuestra relación con lo material. Muchas veces damos lo que nos sobra, como si eso bastara para cumplir, pero nos cuesta ofrecer desde el corazón. La viuda nos inspira a confiar y dar lo mejor de nosotros, aunque parezca poco, porque para Dios, no se trata de la cantidad, sino del amor y la entrega con los que compartimos. ¿Y tú, qué estás dispuesto a dar, incluso en tu necesidad?
sábado, 2 de noviembre de 2024
Domingo XXXI del TO B
Este Evangelio nos recuerda que el amor es el centro de la vida cristiana, y Jesús lo sintetiza en dos mandamientos inseparables: amar a Dios con toda el alma, el corazón y las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo. Cuando el escriba, un experto en la Ley, escucha esta respuesta, queda impresionado, no porque sea una novedad en sí, sino porque Jesús coloca estos dos mandamientos en igualdad de importancia y en una relación indisoluble. Amar a Dios y amar al prójimo no son actos separados, sino que juntos conforman la esencia de una vida verdaderamente cristiana. Jesús, con su vida y sus palabras, nos enseña que este amor no se reduce a palabras o a sacrificios externos, sino que implica una conversión profunda del corazón. Este mensaje, que escuchamos desde pequeños, es siempre un reto porque nos exige una coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, y nos impulsa a vivir cada día con sinceridad y autenticidad.
El mensaje de Jesús también nos interpela sobre cómo vivimos nuestro amor en lo cotidiano. El amor a Dios y al prójimo es algo práctico, tangible, y se concreta en gestos, palabras y en la forma en que tratamos a quienes nos rodean, especialmente a los más necesitados. Como cristianos, somos llamados a ser instrumentos de este amor y a vivirlo con paciencia, sin caer en una rutina superficial o en acciones que no reflejen una verdadera conversión interior. La Eucaristía y el Espíritu Santo son nuestros medios para sostenernos en este camino, fortaleciendo nuestra fe y dándonos el impulso para crecer en madurez espiritual. Así, como seguidores de Jesús, estamos invitados a seguir su ejemplo con humildad, constancia y entrega, buscando hacer del amor una verdadera unidad entre Dios y los hermanos.
sábado, 26 de octubre de 2024
Domingo 30º del Tiempo Ordinario, B
El diálogo que Jesús mantiene con Bartimeo es revelador, pues el Señor le pregunta: "¿Qué quieres que haga por ti?". A través de esta pregunta, Jesús respeta la libertad y el deseo profundo del hombre, animándolo a expresar su necesidad. Bartimeo, por su parte, pide ver, y su petición se convierte en una súplica universal que trasciende lo físico, señalando el anhelo humano de claridad y comprensión en medio de la vida. Así, al recobrar la vista, Bartimeo no solo queda sanado, sino que decide seguir a Jesús. ¿Cuántas veces, como Bartimeo, buscamos en nuestra vida la luz para poder discernir mejor nuestro camino y nuestra relación con Dios?
domingo, 20 de octubre de 2024
sábado, 19 de octubre de 2024
Domingo XXIX del Tiempo Ordinario B
Jesús aprovecha la ocasión para instruir a todos sus discípulos sobre el verdadero liderazgo. En contraposición al modelo de poder terrenal, basado en la dominación y la opresión, el Maestro propone un liderazgo que surge desde el servicio y la humildad. "El que quiera ser grande, sea servidor" es una frase revolucionaria en su contexto cultural y lo sigue siendo hoy en día. El Hijo del Hombre, modelo supremo del amor y del servicio, ha venido a entregar su vida por la humanidad. Este acto de entrega total es el que da sentido a su misión y es también la invitación para cada cristiano: vivir desde el servicio, renunciando al egoísmo y al deseo de grandeza, para encontrar en el sacrificio la verdadera grandeza del Reino de Dios. ¿Estás dispuesto tú también a seguir a Jesús por el camino del servicio y la entrega?