sábado, 21 de octubre de 2023

XXIX Domingo del Tiempo Ordinario

En el texto de la carta de san Pablo a los tesalonicenses de hoy, encontramos los tres pilares fundamentales de la Iglesia de ayer, de hoy y de siempre: fe, esperanza y caridad. La fe en Jesucristo resucitado, la caridad como sello de nuestra acción, y la esperanza como estímulo y estilo de nuestra vida.

En el Evangelio escucharemos a Jesús decir: “dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. Damos, al Cesar lo que es del Cesar, porque no nos queda otro remedio... pero ¿damos a Dios lo que es de Dios?, podría preguntarnos hoy Jesús a nosotros.

Se puede vivir de espaldas a Dios de muchas maneras, lo hacen los que reniegan de El, los que viven con una indiferencia absoluta ante lo religioso, pero también podemos hacerlo nosotros, cuando nuestra vivencia no es lo suficientemente auténtica, cuando vivimos con rutina, y sin profundizar en lo que creemos. Cuando lo que hacemos lo hacemos sólo por cumplir. Por eso es importante bajar a lo concreto, y ver qué es lo que yo le estoy dando a Dios.

Los 13.000 misioneros españoles repartidos por todo el mundo nos piden hoy que recemos por ellos, quieren que nos acordemos de ellos, para que sean fieles a su misión. El lema de este año “Corazones ardientes, pies en camino” nos pone ante una tesitura complicada. Tengo que tener mucha fe para que mi corazón arda de amor y así ponerme en camino.

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