No podemos hablar de Jesús, sin pensar en María, ni buscar a la Madre sin encontrar también al Hijo...
Para llegar a Jesús hay que recorrer el camino de María, amar al Hijo, implica amar a la mujer que le dio la vida; sentirnos su hermano es sabernos hijos muy amados de nuestra madre del cielo, la Virgen María…
María tiene un lugar muy especial dentro de la Iglesia por ser la Madre de Jesús.
Sólo a Ella Dios le concedió el privilegio de haber sido preservada del pecado original, como un regalo especial para la mujer que sería la Madre de Jesús y madre Nuestra.
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