Hasta el
siglo IV, la Iglesia no comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor.
Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace en Oriente
como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de
sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es
decir, la santa luz.
Esta fiesta nacida en Oriente ya se
celebraba en la Galia a mediados del siglo IV. Esta celebración es ligeramente
posterior a la de Navidad.
Los Reyes Magos
Mientras en Oriente la Epifanía es
la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la
revelación de Jesús al mundo pagano, es decir, al mundo entero, la verdadera
Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración que el Niño Jesús recibió
por parte de los tres Reyes Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento
del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.
De acuerdo a la tradición de la
Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y
sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que
por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la
naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del
pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo
trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos
dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltasar. Hasta el año 474
AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante
en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164
fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta
nuestros días.
El hacer
regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la
generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos
tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me
lo hacéis" (Mt 25, 40); a los niños haciéndoles vivir hermosa y
delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de
amor y fe a Cristo recién nacido.
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