Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas agustinas en Mont Cornillón. Cuando creció, hizo su profesión religiosa, y más tarde, fue superiora de la comunidad en la que vivía.
Desde joven tuvo gran veneración por el Santísimo Sacramento. Y siempre tuvo anhelos de que, el Santísimo Sacramento, tuviera una fiesta propia, una fiesta en su honor.
Papa Urbano IV |
Santa Juliana, tenía visiones y así se lo comunicó al obispo de Lieja, Roberto de Thorete y más tarde al Papa Urbano IV.
En aquellos tiempos, los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, así que el obispo Roberto ordenó que, al año siguiente, se celebrara en su diócesis esa fiesta. Se celebró por primera vez en el año 1247, el jueves después de la fiesta de la Santísima Trinidad.
Pasado un tiempo, un obispo alemán conoció la costumbre y la extendió por toda la actual Alemania.
Años más tarde, se produjo el "Milagro de Bolsena": un sacerdote que celebraba la Santa Misa, tuvo dudas de que la Consagración fuera algo real, y al momento de partir la Hostia consagrada, vio salir de ella sangre con la que se fue empapando el corporal.
La reliquia fue llevada en procesión a Orvieto, donde residía entonces el Papa Urbano. El Papa movido por el milagro, y a petición de varios obispos, hace que se extienda la fiesta del Corpus a toda la Iglesia.
Juan XXII, en el 1317, promulga una recopilación de leyes, y así se extiende la fiesta a toda la Iglesia.
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