sábado, 20 de julio de 2024

Domingo XVI del Tiempo Ordinario B

En el evangelio de hoy, vemos a Jesús como el Pastor compasivo que, al ver a la multitud que le sigue, se conmueve profundamente. La imagen de las "ovejas sin pastor" es poderosa y refleja la desesperación y el anhelo de guía que siente el pueblo. Jesús, a pesar de haber planeado un tiempo de descanso con sus discípulos, no duda en atender a las necesidades de la multitud, enseñándoles con calma y dedicación. Este acto nos muestra la prioridad del servicio y la misericordia en la misión cristiana. La compasión de Jesús contrasta con la negligencia de los malos pastores criticados por el profeta Jeremías, quienes dispersan y dañan al rebaño. Jesús, en cambio, es el Buen Pastor que guía, protege y nutre a sus ovejas.

Las lecturas de hoy nos invitan a reflexionar sobre cómo nuestra fe debe trascender las celebraciones litúrgicas y manifestarse en nuestras acciones diarias. La enseñanza de Pablo a los Efesios resalta cómo el amor y la entrega de Jesús en la cruz destruyen el odio y la división, llamándonos a ser agentes de paz y reconciliación en nuestro entorno. Vivir nuestra fe implica llevar el mensaje de amor y unidad de Jesús a todas nuestras interacciones, superando las barreras que nos separan. En un mundo lleno de divisiones y conflictos, el ejemplo de Jesús nos urge a ser pastores buenos, comprometidos con el bienestar y la dignidad de todos, haciendo realidad en nuestra vida cotidiana la promesa de justicia y derecho que Él encarna.

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