domingo, 28 de julio de 2024

Domingo XVII del Tiempo Ordinario, B

El Evangelio de hoy, que nos narra la multiplicación de los panes y los peces, nos invita a reflexionar sobre la profunda necesidad humana de saciar no solo el hambre física, sino también las carencias espirituales y emocionales. Jesús, consciente de la multitud hambrienta, no solo ofrece alimento para el cuerpo, sino que también simboliza el sustento divino que puede llenar nuestras vidas en todas sus dimensiones. Al tomar los cinco panes y los dos peces, bendecirlos y repartirlos, Jesús nos muestra que, en sus manos, lo poco que tenemos puede convertirse en abundancia, no solo material, sino también de amor y esperanza.

Este milagro nos desafía a mirar más allá de nuestras propias necesidades y a ser sensibles a las carencias de los demás. En un mundo donde, gracias a la tecnología y los avances científicos, se pueden producir suficientes alimentos para todos, es inaceptable que aún haya quienes mueran de hambre. Jesús nos llama a compartir, a no desperdiciar, y a ser generosos con nuestros recursos. Nos invita a ser sus discípulos en la práctica de la solidaridad, ayudando a quienes nos rodean y saciando las diversas hambres que existen: de compañía, de apoyo, de comprensión. Que este domingo sea una oportunidad para renovar nuestro compromiso con el prójimo, convirtiéndonos en instrumentos de su amor y providencia.

miércoles, 24 de julio de 2024

Fiesta de Santiago Apóstol

Como cada 25 de julio, la Iglesia celebra la festividad del Apóstol Santiago el Mayor. En nuestro país, esta fiesta cobra una especial relevancia, ya que Santiago es poseedor del título de Patrón de España, de Galicia y de Padrón.
 
Santiago, llamado Jacob, era hermano de Juan. Eran pescadores junto con su padre Zebedeo. En un momento dado, Jesús los eligió para formar parte de los doce discípulos. Desde entonces, Santiago acompañó a Jesús y estuvo presente en varios de los momentos más destacados de la vida del Señor, como la Transfiguración o la oración en el Huerto de los Olivos antes del comienzo de la Pasión de Nuestro Señor. Del mismo modo, presenció la aparición de Cristo después de Su Resurrección.
 
Justo antes de la Ascensión, Jesús les dijo a los Apóstoles que fueran por todo el mundo a predicar el Evangelio. Cada apóstol fue a un lugar. Santiago, dado su gran temperamento, decidió ir al "fin del mundo" conocido por aquel momento. Y así es como llegó a nuestras tierras.
 
Según pía tradición, el apóstol debía ser enterrado allí donde estuvo predicando, y por eso, una vez que lo mataron en Jerusalén, lo trajeron hasta aquí en un barco, que transportaba piedras, entre otras cosas, y que fue amarrado al Pedrón. A aquella ara romana dedicada al dios Neptuno.
 
Santiago apóstol puede ser representado de tres maneras diferentes: a caballo, como maestro y como peregrino. En nuestra iglesia poseemos las tres representaciones. Es más, de Santiago peregrino poseemos dos. Una de ellas, "O Parrandeiro", sube cada 25 de julio hasta la ermita del Santiaguiño a hombros de los jóvenes por las escaleras del Vía Crucis. 
 
Mañana, fiesta del Apóstol Santiago, tendremos misa a las 10:00 h en la iglesia parroquial. Finalizada esta, el parrandeiro, saldrá en procesión por las calles del pueblo y, a continuación, subirá hasta el Santiaguiño, donde celebraremos misa a las doce y a la una.
 
A las 19:00 h bajaremos en procesión con Santiago, el "Parrandeiro" y sobre las ocho, tendremos la Misa en la iglesia parroquial.

sábado, 20 de julio de 2024

Domingo XVI del Tiempo Ordinario B

En el evangelio de hoy, vemos a Jesús como el Pastor compasivo que, al ver a la multitud que le sigue, se conmueve profundamente. La imagen de las "ovejas sin pastor" es poderosa y refleja la desesperación y el anhelo de guía que siente el pueblo. Jesús, a pesar de haber planeado un tiempo de descanso con sus discípulos, no duda en atender a las necesidades de la multitud, enseñándoles con calma y dedicación. Este acto nos muestra la prioridad del servicio y la misericordia en la misión cristiana. La compasión de Jesús contrasta con la negligencia de los malos pastores criticados por el profeta Jeremías, quienes dispersan y dañan al rebaño. Jesús, en cambio, es el Buen Pastor que guía, protege y nutre a sus ovejas.

Las lecturas de hoy nos invitan a reflexionar sobre cómo nuestra fe debe trascender las celebraciones litúrgicas y manifestarse en nuestras acciones diarias. La enseñanza de Pablo a los Efesios resalta cómo el amor y la entrega de Jesús en la cruz destruyen el odio y la división, llamándonos a ser agentes de paz y reconciliación en nuestro entorno. Vivir nuestra fe implica llevar el mensaje de amor y unidad de Jesús a todas nuestras interacciones, superando las barreras que nos separan. En un mundo lleno de divisiones y conflictos, el ejemplo de Jesús nos urge a ser pastores buenos, comprometidos con el bienestar y la dignidad de todos, haciendo realidad en nuestra vida cotidiana la promesa de justicia y derecho que Él encarna.

Primeras Comuniones en Padrón

Hoy, sábado 20 de julio, se celebraba la segunda tanda de comuniones en la parroquia. Por ello, la iglesia parroquial de Padrón se vistió de gala para recibir a un grupo de once niños que recibieron la Primera Comunión en una emotiva ceremonia. Los pequeños, vestidos para la ocasión, sabían que no sólo iban a recibir grandes regalos, sino que también experimentaron el profundo significado de recibir a Jesús por primera vez. Durante la homilía, se les recordó la importancia de mantener a Jesús como su amigo incondicional, aquel que los acompañará en cada paso de sus vidas, ofreciéndoles consuelo en los momentos de tristeza y compartiendo sus alegrías.

El párroco destacó que, aunque los niños tengan muchos amigos, ninguno puede estar siempre a su lado como lo hace Jesús. "Jesús es el amigo que nunca os abandona; os conoce personalmente y camina con vosotros cada día", afirmó, instando a los pequeños a hacer un pacto de amistad con Jesús y ser sus mensajeros en todos los aspectos de sus vidas. La ceremonia culminó con un llamado a los niños a ser testigos gozosos del amor de Jesús, llevando su mensaje a sus familias, amigos y a toda la comunidad.
 

 

domingo, 14 de julio de 2024

Domingo XV del Tiempo Ordinario, B

Jesús envía a sus discípulos en esta lectura del Evangelio con una misión clara y específica: predicar la conversión y curar a los enfermos, ya que una consecuencia de su vocación es anunciar a los demás lo que han visto y oído. Lo notable de este pasaje es la instrucción de Jesús para que vayan de dos en dos, porque sabe que nuestro entusiasmo inicial tiende a enfriarse. Sabe que igual que le prometemos eterna fidelidad, le negamos cuando las cosas se ponen difíciles.

Ser cristiano implica aceptar el llamado a la misión con responsabilidad y entrega, siguiendo el ejemplo de los primeros discípulos. Es asumir que en nuestra vida deben estar presentes las actitudes y el modo de ser de Jesús, porque Él nos envía a hacer lo mismo que Él hizo. Esa es nuestra máxima responsabilidad. Desde el momento en que fuimos bautizados, somos elegidos por el Señor para ser continuadores de su obra de amor en el mundo. A todos nos envía, pero ¿cuántos estamos dispuestos a serle fieles? ¿Cuántos nos hemos preocupado por descubrir lo que significa estar bautizados? La misión de ser discípulos de Cristo nos desafía a vivir de manera coherente con el Evangelio. Jesús nos envía para ser portadores de esperanza y anunciadores de un futuro que se hace realidad cuando somos capaces de salir de nuestra comodidad y escuchar la voz de Dios que nos llama desde las necesidades de los demás.



sábado, 13 de julio de 2024

Fiesta del Apóstol Santiago

Del 17 al 24, Novena a Santiago Apóstol en el Santiaguiño del Monte y el día 25 fiesta del Apóstol Santiago.

 
 

 

sábado, 6 de julio de 2024

Domingo XIV del Tiempo Ordinario, B

El evangelio de hoy nos muestra a Jesús regresando a su pueblo natal y enfrentando el escepticismo y la falta de fe de sus propios paisanos. A pesar de su sabiduría y los milagros que había realizado, sus vecinos no podían ver más allá de sus orígenes humildes como carpintero y miembro de una familia común. Este rechazo pone de manifiesto una verdad incómoda: muchas veces, nos resulta difícil reconocer la presencia y la acción de Dios en lo cotidiano y en las personas que nos son familiares. La falta de fe de la gente de Nazaret limitó los milagros que Jesús pudo realizar allí, demostrando cómo nuestra incredulidad puede obstaculizar la obra de Dios en nuestras vidas.

En nuestra vida diaria, esta lección es profundamente relevante. Nos invita a examinar nuestras propias actitudes y predisposiciones. ¿Cuántas veces hemos desestimado las palabras o acciones de aquellos cercanos a nosotros simplemente porque los conocemos bien o porque no cumplen nuestras expectativas de cómo debería actuar un mensajero de Dios? Este pasaje nos llama a abrir nuestros corazones y mentes, a reconocer que Dios puede actuar a través de las personas y circunstancias más inesperadas. Nos reta a dejar de lado nuestros prejuicios y a estar atentos a las manifestaciones de la gracia divina en lo ordinario. Al cultivar una fe genuina y receptiva, permitimos que Dios realice sus milagros en nuestras vidas y en nuestras comunidades.