sábado, 28 de enero de 2023

IV Domingo del Tiempo Ordinario

En las bienaventuranzas, Jesús nos invita a ser sencillos y desprendidos, a vivir en la bondad y en la misericordia, a buscar la paz y la justicia y a trabajar por ellas.

Las bienaventuranzas, son la mejor demostración del mensaje novedoso de Jesús, ellas representan el vino nuevo, frente al añejo; son imagen del nuevo estilo de Jesús frente a la tradición judía, frente a todo lo que se había escrito y dicho hasta ese momento. Teniendo en cuenta que las Bienaventuranzas Jesús las predica al comienzo de su vida pública, por lo que son claramente un mensaje programático de todo lo que va a decir y hacer a partir de ahora.

Si vamos repasando cada una de la Bienaventuranzas, ¿nos vemos reflejados en ellas?, ¿nos situaríamos nosotros en alguna? Dichosos los pobres… Dichosos los que lloran… los que pasan hambre… dichosos cuando os insulten por mi causa… dichosos los que trabajan por la paz… dichosos los limpios de corazón. El mensaje de las Bienaventuranzas es un mensaje que más que invitar a hablar, invita a practicarlo, tienen que ser las obras las que hablen de él, y normalmente los que las cumplen, los que las cumplen de verdad, suelen ser personas que se distinguen por hablar poco.

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