El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, abrió esta tarde la Puerta Santa de la Catedral compostelana, dando así comienzo al Año Jubilar Jacobeo de 2021, un “tiempo de gracia y de bendición” para la Iglesia que peregrina en Compostela y para toda la Iglesia. “Ya ha comenzado el Año Santo”, dijo el arzobispo, “en unas circunstancias especiales que hemos de afrontar con la esperanza cristiana que “es audaz y sabe mirar más allá de la comodidad personal de las pequeñas seguridades y compensaciones que acortan el horizonte para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más digna”. Monseñor Barrio, en una ceremonia litúrgica plena de simbolismo, indicó en su homilía que “la Casa del Señor Santiago abre sus puertas a todas las gentes” y que “el Año Santo no es una huida espiritualista sino un compromiso para discernir cristianamente la realidad, en medio de la crisis antropológica, espiritual, cultural y sanitaria en la que se han visto radicalmente sacudidas las certezas fundamentales que conforman la vida de los seres humanos. Hacer presente a Dios es un bien para la sociedad”. En su homilía agradeció también el mensaje del Papa Francisco.
“¡Santo Apóstol!,”, exclamó el arzobispo en su homilía de la Eucaristía con que se inició el Año Jubilar, “haz que desde aquí se fortalezca la esperanza que ayuda a superar la preocupación angustiosa por el presente, y el escepticismo que dificulta el ejercicio de la caridad. Es tiempo para rezar, amar, salir al encuentro de los demás con obras de misericordia, revitalizando la fraternidad que “permite reconocer, valorar y amar más allá de la cercanía física”, procurando que las personas pobres y las más vulnerables tengan siempre la preferencia”.
Con la presencia del Nuncio de Su Santidad, monseñor Bernardito Auza, la del cardenal emérito de la capital española, monseñor Antonio María Rouco Varela, así como la de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Santiago, además de otros arzobispos y obispos, entre ellos el ex auxiliar de Santiago y actual titular de la Diócesis de Astorga, monseñor Jesús Fernández González, el arzobispo de Santiago procedió ayer a la apertura de la Puerta Santa. Tras la procesión ceremonial, monseñor Barrio golpeó con un martillo la Puerta Santa para entrar en la Basílica compostelana y presidir en el Altar Mayor la Eucaristía.“Hace unos momentos he tenido el gozo de abrir la Puerta Santa, un gesto cargado de simbolismo. He llamado a la puerta de la misericordia, convencido de que al que llama se le abre”, indicó el arzobispo. Monseñor Barrio señaló, además, que “la verdad nos posibilita el ser servidores de la fe en este Año Santo, tiempo de gracia y bendición para los que sufren y han perdido la esperanza, y tiempo de sanación y de encuentro, en el que hemos de “aprender a cultivar una memoria penitencial, capaz de asumir el pasado para liberar el futuro de las propias insatisfacciones, confusiones o proyecciones” (FT 226), apoyándonos en la tradición apostólica que fundamenta nuestra fe”.El arzobispo destacó la entraña espiritual del Año Santo, más allá de cualquier otra consideración: “En esta experiencia de fe acogemos este don del Año Santo para despertar en nosotros la capacidad de ver lo esencial en medio de lo prescindible y descubrir la grandeza del amor y de la misericordia de Dios que nos busca y acoge a cada uno, nos llama a convertirnos y a superar el miedo que no es propio de quien se siente amado”.Así, monseñor Barrio resaltó el papel de la ciudad del Apóstol y de la Iglesia en la construcción de un mundo con finalidad plena: “La Casa del Señor Santiago abre sus puertas a todas las gentes, siendo “un hogar para testimoniar al mundo actual la fe, la esperanza y el amor al Señor y a aquellos que Él ama con predilección” (FT 276) y para ser signo de la Iglesia, que afianza la cohesión de la sociedad y procura a la actividad cotidiana del hombre un sentido más profundo, al impregnarla de una significación más elevada (cf. GS 40). De esta manera la Iglesia contribuye a humanizar la familia humana y su historia, y llama a responder a la vocación a la santidad para no frustrar la gracia de Dios en nosotros, evitando el debilitamiento de los valores espirituales, y el deterioro de la moral y del sentido de responsabilidad”.
Agradecimiento al Papa Francisco
Monseñor Barrio no olvidó dar las gracias al Papa Francisco y a las autoridades: “Moitas grazas ao Santo Pai pola súa mensaxe e polas súas benevolentes atencións a esta Igrexa compostelán. Agradezo a colaboración de todas as institucións e persoas en orde a unha fructuosa celebración do Ano Santo e a unha agarimosa acollida do peregrino. A cidade de Santiago e Galicia han de ser un fogar dos peregrinos. Acabamos de escoitar no Evanxeo que os pastores volveron glorificando e louvando a Deus por canto viran e oíran. Deus queira que vivamos esta mesma experiencia no Anno Santo. Que Santiago de Compostela sexa “unha cidade de innumerables referencias para innumerables pobos”. Así o espero da axuda do Señor Santiago, de San Xosé e da Virxe Peregrina. Baixo o seu amparo poñemos todas as persoas e todos os acontecementos deste Ano Santo”.
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