A) La inclinación profunda se hace
doblando todo el tronco superior, desde la cintura, hacia delante.
Esta inclinación se hace:
1.- Al altar, todos los que se
acercan al presbiterio, o se retiran, o pasan delante.
2.- En la oración “Purifica mi
corazón”, que se dice antes de proclamar el Evangelio, si lo dice el sacerdote;
o el diácono mientras recibe la bendición antes de proclamarlo.
3.- En las palabras “Y por obra del
Espíritu Santo…” del Credo.
4.- El sacerdote en la oración
“Acepta, Señor, nuestro corazón contrito” durante el ofertorio.
5.- El sacerdote en el Canon
Romano, durante las palabras “Te pedimos humildemente”.
6.- El sacerdote, además, debe
pronunciar las palabras del Señor, durante la Consagración, haciendo una
inclinación.
7.- Los acólitos hacen la
inclinación antes de acercarse a prestarle un servicio al celebrante (acercarle
el misal, lavarle las manos, ponerle la mitra).
8.- También se requiere la
inclinación profunda al Obispo, antes y después de la incensación.
Además, habrá que hacerla cada vez
que los distintos libros litúrgicos lo ordenan expresamente.
B) En la inclinación de cabeza,
únicamente se mueve la cabeza desde el cuello, sin que se mueva el tronco.
La inclinación de cabeza se realiza
cuando se mencionan las tres Personas Divinas a la vez (por ejemplo, en la
primera parte del Gloria) el nombre de Jesús, el nombre de María o el santo en
honor a quien se celebra la misa. Textualmente dice la Instrucción General del
Misal Romano en el núm. 275: “La inclinación de cabeza se hace cuando se
nombran al mismo tiempo las tres Divinas Personas, y al nombre de Jesús, de la
bienaventurada Virgen María y del Santo en cuyo honor se celebra la Misa.”
Cuando concurren el nombre de la
Virgen María o al santo del día junto con el nombre de Jesús (por ejemplo, en
la Plegaria Eucarística I), se sugiere hacer más profunda la inclinación al
nombre de Jesús.
En principio esto es una obligación
de los celebrantes; pero la Instrucción no lo menciona como obligación única de
los sacerdotes. Por tanto, creo que los fieles también podemos y debemos
hacerlo, como un signo de reverencia al Nombre de Jesús y de María, y a la
Trinidad, lo que además nos ayudará a estar más atentos.
En la forma extraordinaria, además
de hacer una inclinación de cabeza ante los nombres de Jesús, de María, del
santo del día, o al mencionar juntas a las tres Personas Divinas, tiene que
hacerse también cuando se menciona el nombre del pontífice reinante.
Esta práctica la usa Mons.
Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia y secretario del papa emérito
Benedicto XVI. Eso se puede apreciar en el siguiente vídeo de una misa en la
que concelebra con el papa Francisco y que, al decir su nombre, inclina la
cabeza.
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