martes, 31 de octubre de 2017

Dos clases de inclinación de cabeza

En el rito romano actual hay dos clases de inclinación: de cuerpo o profunda, y de cabeza.

A) La inclinación profunda se hace doblando todo el tronco superior, desde la cintura, hacia delante.

Esta inclinación se hace:

1.- Al altar, todos los que se acercan al presbiterio, o se retiran, o pasan delante.

2.- En la oración “Purifica mi corazón”, que se dice antes de proclamar el Evangelio, si lo dice el sacerdote; o el diácono mientras recibe la bendición antes de proclamarlo.

3.- En las palabras “Y por obra del Espíritu Santo…” del Credo.

4.- El sacerdote en la oración “Acepta, Señor, nuestro corazón contrito” durante el ofertorio.

5.- El sacerdote en el Canon Romano, durante las palabras “Te pedimos humildemente”.

6.- El sacerdote, además, debe pronunciar las palabras del Señor, durante la Consagración, haciendo una inclinación.

7.- Los acólitos hacen la inclinación antes de acercarse a prestarle un servicio al celebrante (acercarle el misal, lavarle las manos, ponerle la mitra).

8.- También se requiere la inclinación profunda al Obispo, antes y después de la incensación.

Además, habrá que hacerla cada vez que los distintos libros litúrgicos lo ordenan expresamente.

B) En la inclinación de cabeza, únicamente se mueve la cabeza desde el cuello, sin que se mueva el tronco.

La inclinación de cabeza se realiza cuando se mencionan las tres Personas Divinas a la vez (por ejemplo, en la primera parte del Gloria) el nombre de Jesús, el nombre de María o el santo en honor a quien se celebra la misa. Textualmente dice la Instrucción General del Misal Romano en el núm. 275: “La inclinación de cabeza se hace cuando se nombran al mismo tiempo las tres Divinas Personas, y al nombre de Jesús, de la bienaventurada Virgen María y del Santo en cuyo honor se celebra la Misa.”

Cuando concurren el nombre de la Virgen María o al santo del día junto con el nombre de Jesús (por ejemplo, en la Plegaria Eucarística I), se sugiere hacer más profunda la inclinación al nombre de Jesús.

En principio esto es una obligación de los celebrantes; pero la Instrucción no lo menciona como obligación única de los sacerdotes. Por tanto, creo que los fieles también podemos y debemos hacerlo, como un signo de reverencia al Nombre de Jesús y de María, y a la Trinidad, lo que además nos ayudará a estar más atentos.

En la forma extraordinaria, además de hacer una inclinación de cabeza ante los nombres de Jesús, de María, del santo del día, o al mencionar juntas a las tres Personas Divinas, tiene que hacerse también cuando se menciona el nombre del pontífice reinante.


Esta práctica la usa Mons. Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia y secretario del papa emérito Benedicto XVI. Eso se puede apreciar en el siguiente vídeo de una misa en la que concelebra con el papa Francisco y que, al decir su nombre, inclina la cabeza.


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