A mediados de julio, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, envió una carta a los obispos de todo el mundo.
EL PAN DEBE SER ÁZIMO
Se trata de un documento con el título Sobre el pan y el vino para la Eucaristía (que retoma las normas sobre la materia eucarística ya establecidas en el Código de Derecho Canónico y en el Misal Romano) en el que se señalan una serie de normas que afectan al momento más profundo de cada misa: en el que recibimos la Sagrada Forma de manos del sacerdote.
Este documento se centra, particularmente, en los ingredientes que se utilizan para las hostias. Se lee: "El pan que se emplea en el santo Sacrificio de la Eucaristía debe ser ázimo, de sólo trigo y hecho recientemente, para que no haya ningún peligro de que se corrompa. Por consiguiente, no puede constituir la materia válida, para la realización del Sacrificio y del Sacramento eucarístico, el pan elaborado con otras sustancias, aunque sean cereales, ni aquel que lleva mezcla de una sustancia diversa del trigo, en tal cantidad que, según la valoración común, no se puede llamar pan de trigo".
Además, hay una prohibición explícita sobre el uso de otros elementos: "Es un abuso grave introducir, en la fabricación del pan para la Eucaristía, otras sustancias como frutas, azúcar o miel". Se presta atención, también, a la forma de preparar las hostias y se recuerda que "es claro que las hostias deben ser preparadas por personas que no sólo se distingan por su honestidad, sino que además sean expertas en la elaboración y dispongan de los instrumentos adecuados".
Hay un aspecto, más delicado, que ha llevado a cierta confusión, y es el relacionado con las formas sin gluten para los celíacos. "Las hostias sin nada de gluten son materia inválida para la Eucaristía. Son materia válida las hostias con la mínima cantidad de gluten necesaria para obtener la panificación sin añadir sustancias extrañas ni recurrir a procedimientos que desnaturalicen el pan".
NORMAS SOBRE EL VINO CONSAGRADO
En el texto también se hacen algunas indicaciones sobre el vino para la consagración que debe ser "natural, del fruto de la vid, puro y sin corromper, sin mezcla de sustancias extrañas" (...) Téngase diligente cuidado de que el vino destinado a la Eucaristía se conserve en perfecto estado y no se avinagre. Está totalmente prohibido utilizar un vino del que se tiene duda en cuanto a su carácter genuino o a su procedencia, pues la Iglesia exige certeza sobre las condiciones necesarias para la validez de los sacramentos. No se debe admitir bajo ningún pretexto otras bebidas de cualquier género, que no constituyen una materia válida"
CÓMO CONSERVAR EL VINO
También se especifica como debe conservarse el vino para la consagración y que puede utilizarse el mosto: "Es materia válida para la Eucaristía el mosto, esto es, el zumo de uva fresco o conservado, cuya fermentación haya sido suspendida por medio de procedimientos que no alteren su naturaleza (por ejemplo el congelamiento)"
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