sábado, 24 de agosto de 2024

Fiesta de la Virgen de Belén

Hoy, en la parroquia de Iria, celebramos la fiesta de la Virgen de Belén, fiesta que se celebra desde hace más de 200 años.

 

La imagen representa a la Virgen María con el niño Jesús en sus brazos amorosamente envuelto en pañales (enfajado), poco después de nacer. 

Aquí os dejamos algunas imágenes...





















 

domingo, 4 de agosto de 2024

Fotos de la fiesta del Sacramento en Iria

























 

Fiesta del Sacramento en Iria Flavia

Hoy, celebramos la fiesta del Sacramento en la parroquia de Iria. La Misa solemne será a las 12:00 h seguida de la Procesión.

En ella, un grupo de matrimonios presentan su ofrenda al Señor, representada en los Ramos que portan en sus manos, en señal de gratitud al Señor por los años de felicidad y fidelidad compartidos juntos. También, un grupo de niños y niñas, celebran su Primera Comunión.

Domingo XVIII del Tiempo Ordinario, B

En el pasaje del Evangelio según San Juan que leemos hoy, Jesús nos confronta con una enseñanza profunda sobre la esencia de nuestra fe. Él revela a sus seguidores, y a nosotros hoy, que la verdadera búsqueda no debe centrarse en las necesidades terrenales y temporales como el pan que sacia momentáneamente el hambre. Más bien, nos invita a anhelar y trabajar por el "pan del cielo" que ofrece sustento eterno. Esta exhortación nos llama a reflexionar sobre nuestras propias motivaciones: ¿Buscamos a Jesús por lo que puede ofrecernos aquí y ahora, o por el deseo genuino de una comunión eterna con Él? Esta pregunta no es solo retórica; es un desafío a vivir una fe que trasciende lo material y se enfoca en lo espiritual y eterno.

En nuestra vida diaria, fácilmente podemos caer en la trampa de buscar signos y milagros que validen nuestra fe, olvidando que la fe verdadera no necesita constantes demostraciones externas para ser real y viva. Jesús nos llama a una fe que no depende de lo que podemos obtener de Él, sino de una relación profunda y personal que se nutre de su enseñanza y de nuestra confianza en su palabra. A medida que seguimos su camino, enfrentamos los desafíos y las dificultades de la vida no con un espíritu de temor o desesperanza, sino con la certeza de que, al igual que el maná sostuvo a los israelitas en el desierto, la presencia y la palabra de Jesús nos sostienen y guían hacia la vida eterna. Esta es la fe que debemos cultivar, una fe que nos permite reconocer a Jesús como el verdadero pan de vida, cuya presencia sacia nuestra más profunda hambre y sed.