sábado, 29 de noviembre de 2014

Mensaje con motivo del Año de la Vida Consagrada



La Presidencia de CONFER ha hecho público un mensaje con motivo de este año:




A LOS SUPERIORES Y SUPERIORAS MAYORES DE CONFER
«UN AÑO DEDICADO…»

Queridas hermanas, queridos hermanos:

El 30 de noviembre de 2014 comienza el año dedicado a la vida consagrada, tal y como el papa Francisco ha declarado. Durará hasta el 2 de febrero de 2016. Desde CONFER queremos contribuir a este acontecimiento eclesial con espíritu de colaboración y de comunión.

Como ya hemos dicho en algunas ocasiones preparando este evento, no cabe en este año la autorreferencialidad, de la que somos rescatados por el amor de Dios (cf EG 8). No caben visiones prometeicas, puesto que estamos llamados a confiar más en Él que en nuestras propias fuerzas (cf EG 94). No caben miradas autocomplacientes y egocéntricas, puesto que hemos optado por el seguimiento de Cristo, tal y como lo propone el evangelio, como norma suprema de nuestra vida (cf EG 95; PC 2a). Por tanto, liberémonos de nostalgias, desesperanzas, pesimismos, quejas e inseguridades estériles.

El amanecer fecundo del Reino está cada vez más cerca y nuestra vida consagrada está llamada a mostrar ese futuro esperanzado y esperanzador desechando tinieblas y vistiéndose de luz (cf Rom 13, 12).

Acogiendo la invitación de la CIVCSVA hemos de celebrar este año como un tiempo de gracia para evangelizar la propia vocación, hacer memoria con gratitud, abrazar el futuro con esperanza y vivir el presente con pasión. Algo que bien podemos desarrollar en la vida cotidiana de cada comunidad.

Dentro de sus objetivos, puede ser un año para dar a conocer nuestra identidad y misión. Desde luego,un año para transmitir la alegría del encuentro con Cristo y su seguimiento con un modo distinto «de hacer, de actuar, de vivir». Una ocasión para compartir el don que hemos recibido con las otras formas de vida en la Iglesia, con personas de buena voluntad e intercongregacionalmente. Un año en el que despertemos y seamos gente inquieta y andariega —como Teresa de Jesús con cuyo año jubilar coincide este— para atisbar nuevas periferias, sacudirnos cualquier instalación acomodaticia y llegar a «otras orillas». Un año para apasionarnos por Dios y por la humanidad, puesto que tenemos suficientes motivos de gratitud y de esperanza. Tiene que ser un año dedicado no a nosotros, sino a Otro y a otros a través de nosotros. Así es nuestra vida.

Vivimos en una época difícil y compleja que no nos puede dejar indiferentes. Ante esta situación, el papa Francisco propone una Iglesia en estado permanente de misión, en salida. A los consagrados y consagradas nos ha pedido que nos desplacemos hacia las periferias geográficas y existenciales y que ofrezcamos acogida, consuelo y esperanza a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo. Nuestra recién concluida XXI Asamblea General de CONFER, confirmó la sintonía con el Santo Padre y su programa de vivir y transmitir la alegría del evangelio. Sabemos que somos menos, aunque todavía un buen número, y mayores, con sabiduría y actitud de entrega. Pero ante todo sabemos que nuestra fortaleza está en nuestra fe y en el encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que nos acompaña en la travesía. En comunión eclesial, queremos habitar periferias, orillas de este mundo, el centro en el que Dios nos convoca, para ofrecer el encuentro con Cristo — que transforma a la persona— y proponer su modo de vivir y actuar.

Desde nuestro ser y misión del Espíritu en la Iglesia, estamos invitados a vivir en salida, en estado permanente de misión. ¡Feliz travesía de este año dedicado a la vida consagrada, es decir, dedicado a Dios, a la Iglesia y a la humanidad!


Luis Ángel de las Heras, cmf(Presidente de CONFER) y
Mª Rosario Ríos, odn (Vicepresidenta de CONFER)
 

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