La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros
tiempos de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el corazón abierto
de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese corazón nació la Iglesia y por
ese corazón se abrieron las puertas del cielo.
Dos son los actos esenciales la devoción al Sagrado Corazón de
Jesús: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y
desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada
Eucaristía.
Oración:
Te pedimos, Dios todopoderoso y eterno, que, al celebrar la grandeza del amor que resplandece en el corazón de tu Hijo, recibamos de esta fuente divina gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Te pedimos, Dios todopoderoso y eterno, que, al celebrar la grandeza del amor que resplandece en el corazón de tu Hijo, recibamos de esta fuente divina gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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