viernes, 15 de noviembre de 2024

¡Gracias por hacerlo posible!

El pasado 27 de octubre, en la Iglesia celebramos el Día del Domund. El Domund es el día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones de todo el mundo.
 
Queremos agradecer de corazón a todas las personas que colaboraron desde las parroquias de la Unidad Pastoral de Padrón. ¡Gracias a vuestra generosidad, hemos logrado recaudar un total de 1.927,25 € para esta noble causa! 
 
Estos recursos ayudarán a llevar esperanza, amor y el mensaje de Cristo a los rincones más necesitados de nuestro planeta. 
 
Recuerda que aún puedes seguir colaborando rezando por los misioneros que entregan su vida al servicio de los demás.
 
¡Sigamos siendo una Iglesia en salida, comprometida y misionera!
 

 

sábado, 9 de noviembre de 2024

Domingo XXXII del Tiempo Ordinario, B

 El evangelio de este domingo nos presenta una de esas escenas en las que Jesús desenmascara las apariencias y va directo al corazón. Nos invita a fijarnos no solo en lo que se da, sino en cómo y desde dónde se da. Los escribas, tan pendientes de la imagen y del estatus, han olvidado la esencia de la fe: servir, no servirse. La viuda, por otro lado, da desde la generosidad pura, sin reservas ni necesidad de ser vista. Con ese pequeño acto, ella nos enseña que Dios ve más allá de lo que el mundo considera importante y valora la entrega sincera.

Jesús aprovecha esta escena para hacernos reflexionar sobre nuestras propias motivaciones y nuestra relación con lo material. Muchas veces damos lo que nos sobra, como si eso bastara para cumplir, pero nos cuesta ofrecer desde el corazón. La viuda nos inspira a confiar y dar lo mejor de nosotros, aunque parezca poco, porque para Dios, no se trata de la cantidad, sino del amor y la entrega con los que compartimos. ¿Y tú, qué estás dispuesto a dar, incluso en tu necesidad?

Pasatiempos XXXII Domingo del Tiempo Ordinario, B

 

 

Ahora las soluciones:



 

sábado, 2 de noviembre de 2024

Domingo XXXI del TO B

Este Evangelio nos recuerda que el amor es el centro de la vida cristiana, y Jesús lo sintetiza en dos mandamientos inseparables: amar a Dios con toda el alma, el corazón y las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo. Cuando el escriba, un experto en la Ley, escucha esta respuesta, queda impresionado, no porque sea una novedad en sí, sino porque Jesús coloca estos dos mandamientos en igualdad de importancia y en una relación indisoluble. Amar a Dios y amar al prójimo no son actos separados, sino que juntos conforman la esencia de una vida verdaderamente cristiana. Jesús, con su vida y sus palabras, nos enseña que este amor no se reduce a palabras o a sacrificios externos, sino que implica una conversión profunda del corazón. Este mensaje, que escuchamos desde pequeños, es siempre un reto porque nos exige una coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, y nos impulsa a vivir cada día con sinceridad y autenticidad.

El mensaje de Jesús también nos interpela sobre cómo vivimos nuestro amor en lo cotidiano. El amor a Dios y al prójimo es algo práctico, tangible, y se concreta en gestos, palabras y en la forma en que tratamos a quienes nos rodean, especialmente a los más necesitados. Como cristianos, somos llamados a ser instrumentos de este amor y a vivirlo con paciencia, sin caer en una rutina superficial o en acciones que no reflejen una verdadera conversión interior. La Eucaristía y el Espíritu Santo son nuestros medios para sostenernos en este camino, fortaleciendo nuestra fe y dándonos el impulso para crecer en madurez espiritual. Así, como seguidores de Jesús, estamos invitados a seguir su ejemplo con humildad, constancia y entrega, buscando hacer del amor una verdadera unidad entre Dios y los hermanos.

Pasatiempos XXXI del Tiempo Ordinario, B

 


Y ahora las soluciones:


sábado, 26 de octubre de 2024

Domingo 30º del Tiempo Ordinario, B

En este pasaje de Marcos, la figura de Bartimeo nos invita a reflexionar sobre la fe que no se rinde frente a la adversidad. Su ceguera simboliza no solo la falta de visión física, sino también las oscuridades y obstáculos que pueden limitar nuestro propio camino espiritual. Bartimeo, al reconocer en Jesús al "Hijo de David", muestra una fe profunda, una certeza que lo impulsa a clamar con insistencia, sin dejarse silenciar por aquellos que intentan disuadirlo. Su grito desesperado es un acto de confianza y humildad, que revela el anhelo de un encuentro con aquel que puede transformar su vida.

El diálogo que Jesús mantiene con Bartimeo es revelador, pues el Señor le pregunta: "¿Qué quieres que haga por ti?". A través de esta pregunta, Jesús respeta la libertad y el deseo profundo del hombre, animándolo a expresar su necesidad. Bartimeo, por su parte, pide ver, y su petición se convierte en una súplica universal que trasciende lo físico, señalando el anhelo humano de claridad y comprensión en medio de la vida. Así, al recobrar la vista, Bartimeo no solo queda sanado, sino que decide seguir a Jesús. ¿Cuántas veces, como Bartimeo, buscamos en nuestra vida la luz para poder discernir mejor nuestro camino y nuestra relación con Dios?

 

sábado, 19 de octubre de 2024

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario B

Este pasaje del Evangelio de Marcos nos revela una enseñanza clave sobre el auténtico discipulado en el seguimiento de Jesús. Santiago y Juan, impulsados por el deseo de reconocimiento y poder, piden ocupar los lugares de honor en la gloria del Señor, lo que refleja una comprensión equivocada de su misión. Jesús, sin condenar su ambición, les recuerda que seguirle implica compartir su destino, un destino de entrega total y sacrificio. La referencia al "cáliz" y al "bautismo" alude a su pasión y muerte, un camino que los discípulos también deberán recorrer si quieren ser verdaderamente grandes en el Reino de Dios. La gloria, en el Reino de Jesús, no se alcanza mediante el poder o el privilegio, sino a través del servicio y la disposición a dar la vida por los demás.

Jesús aprovecha la ocasión para instruir a todos sus discípulos sobre el verdadero liderazgo. En contraposición al modelo de poder terrenal, basado en la dominación y la opresión, el Maestro propone un liderazgo que surge desde el servicio y la humildad. "El que quiera ser grande, sea servidor" es una frase revolucionaria en su contexto cultural y lo sigue siendo hoy en día. El Hijo del Hombre, modelo supremo del amor y del servicio, ha venido a entregar su vida por la humanidad. Este acto de entrega total es el que da sentido a su misión y es también la invitación para cada cristiano: vivir desde el servicio, renunciando al egoísmo y al deseo de grandeza, para encontrar en el sacrificio la verdadera grandeza del Reino de Dios. ¿Estás dispuesto tú también a seguir a Jesús por el camino del servicio y la entrega?