Pero Jesús también nos invita a mirar dentro: ¿no vivimos a veces como ese juez, cerrando el corazón al clamor de los demás? La oración auténtica nos despierta a la justicia, nos hace sensibles al que sufre y nos impulsa a actuar. Perseverar en orar es perseverar en amar: sostener al enfermo, acompañar al que está solo, perdonar en casa, trabajar con honestidad, defender al débil. Al final, la pregunta de Jesús —“cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”— no es una amenaza, sino una llamada cercana: mantén encendida la pequeña llama de la fe con gestos concretos y confianza tenaz. Dios no se olvida; su respuesta a veces tarda a nuestros ojos, pero llega a su tiempo y siempre es más grande que nuestras expectativas.
Blog de la Parroquia de Padrón
viernes, 17 de octubre de 2025
Domingo 29º del Tiempo Ordinario C
Pero Jesús también nos invita a mirar dentro: ¿no vivimos a veces como ese juez, cerrando el corazón al clamor de los demás? La oración auténtica nos despierta a la justicia, nos hace sensibles al que sufre y nos impulsa a actuar. Perseverar en orar es perseverar en amar: sostener al enfermo, acompañar al que está solo, perdonar en casa, trabajar con honestidad, defender al débil. Al final, la pregunta de Jesús —“cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”— no es una amenaza, sino una llamada cercana: mantén encendida la pequeña llama de la fe con gestos concretos y confianza tenaz. Dios no se olvida; su respuesta a veces tarda a nuestros ojos, pero llega a su tiempo y siempre es más grande que nuestras expectativas.
domingo, 12 de octubre de 2025
El Arzobispo invita a “ser artesanos de reconciliación” en el Jubileo del Arciprestazgo de Iria–Santiago
La comunidad del Arciprestazgo de Iria–Santiago peregrinó este sábado desde la parroquia de Padrón hasta la iglesia de Santa María la Mayor de Iria, antigua sede episcopal, donde el Arzobispo de Santiago presidió la Misa jubilar.
En su homilía, el prelado centró el Jubileo en la certeza paulina de que “la esperanza no defrauda”. Recordó que Cristo es puerta, camino y meta de la vida cristiana, y llamó a acoger este “año de gracia” como tiempo de sanación y perdón: “Necesitamos dejarnos alcanzar por la misericordia para curar heridas y reconstruir la comunión”.
Pidió a los fieles “ser artesanos de reconciliación”, evitando rutinas, prejuicios y divisiones, y traduciendo la fe en gestos concretos de caridad, especialmente con los más olvidados. “El Señor nos espera muy cerca: en el hermano”, subrayó.
La celebración culminó con la Eucaristía —“el mejor acto de gracias, pan para el camino”— y con la encomienda a la Virgen María, Estrella de la Esperanza, para seguir caminando como Iglesia diocesana, testigos de un Evangelio que ilumina y da sentido a la vida.
Tras la Eucaristía, los asistentes se desplazaron al Hotel Scala, para una comida de confraternización.
viernes, 10 de octubre de 2025
Domingo 29º del Tiempo Ordinario, C
La escena nos deja una pregunta muy directa: ¿somos agradecidos con Dios o nos acostumbramos a sus bendiciones como si fueran algo automático? En un mundo donde todo parece deberse y nada se agradece, este evangelio nos recuerda que la fe verdadera incluye el reconocimiento de lo que Dios hace por nosotros. Y ese reconocimiento no se queda en palabras bonitas, sino que se expresa en gestos concretos: volver a Jesús, adorarlo, y vivir con un corazón agradecido. Ahí es donde empieza la salvación, no solo en lo que pedimos, sino en cómo respondemos.
miércoles, 8 de octubre de 2025
martes, 30 de septiembre de 2025
Domingo 27º del Tiempo Ordinario, C
La segunda parte del texto nos habla del servicio humilde: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que teníamos que hacer». No significa que nuestra vida no valga, sino que todo es gracia: lo que somos y lo que hacemos procede primero del amor de Dios. Por eso, el discípulo sirve sin reclamar privilegios, sin buscar aplausos, y descubre la alegría de amar gratuitamente como Jesús. En la Iglesia, en la parroquia, en casa, el camino es el mismo: fidelidad en lo pequeño, mansedumbre en el trato, perseverancia cotidiana. Así, con fe confiada y servicio humilde, el Señor realiza obras grandes en nosotros y a través de nosotros.
jueves, 25 de septiembre de 2025
Domingo 26º del Tiempo Ordinario, C
La segunda enseñanza es urgente: el tiempo de convertirse es ahora. “Tienen a Moisés y a los profetas”, dice Abraham; hoy tenemos la Palabra, la voz de la Iglesia y, sobre todo, a Cristo resucitado. No necesitamos señales extraordinarias para empezar a cambiar; necesitamos escuchar y poner por obra. ¿Cómo hacerlo? Abriendo los ojos —y la puerta— a los “Lázaros” de nuestro entorno, revisando nuestros hábitos de consumo, compartiendo con generosidad y cultivando una oración que ensanche el corazón. Así, cuando llegue el encuentro definitivo con Dios, no encontraremos un abismo, sino los brazos del Padre, que reconoce en nosotros el rostro de su Hijo, hecho pobre para enriquecernos con su amor.