sábado, 17 de mayo de 2025

V Domingo de Pascua, ciclo C

Este domingo escuchamos a Jesús hablar desde lo más profundo de su corazón: “Ahora es glorificado el Hijo del hombre…”. Él ve la cruz no como una derrota, sino como el momento en que el amor llega hasta el extremo. En medio de la traición y el sufrimiento, Jesús no habla de venganza ni de miedo, sino de amor. Nos da su mandamiento más importante, el que resume todo el Evangelio: amar como Él nos ha amado.

Ese amor no es sentimentalismo ni palabras bonitas. Es un amor que se arrodilla para lavar los pies, que abraza al pecador, que carga con la cruz de los demás. Amar así nos cuesta, pero no estamos solos. El Espíritu Santo nos ayuda a vivirlo cada día, en casa, en el trabajo, en la parroquia… Si queremos que el mundo crea, no bastan discursos; hace falta que nuestras comunidades cristianas sean verdaderas escuelas de amor. Solo así reconocerán que seguimos a Jesús.

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