martes, 14 de septiembre de 2021

"Victoria, Tú reinarás", Coro Alba

El cristiano no es masoca

La Cruz es la señal del cristiano, lo cual no significa que los cristianos debamos buscar el sufrimiento... no somos masocas. Pero el cristiano mira la cruz de forma diferente, porque la Cruz es la culminación máxima y la realización más perfecta de la obra de Cristo por nosotros. Es el icono de la obra de Cristo para el hombre y para el mundo. Cruz dolorosa de la Pasión; Cruz triunfante de la resurrección. 

La Cruz, por otra parte, nos hace presentes a los crucificados de hoy: los pobres, los enfermos, los parados que buscan trabajo con desesperación, los detenidos justa o injustamente, los que padecen soledad, los que viven sin fe... Todos ellos son para nosotros un reclamo. Jesucristo los quiere resucitados con Él y solicita nuestra colaboración para realizar esta resurrección en el mundo. Trabajar por el que sufre es desclavar a Jesucristo de la cruz y nadie puede rehuir el realizar esta obra de amor.

Y hoy, en este día especial en el que conmemoramos la recuperación de la Santa Cruz por parte de los cristianos, podríamos pedirle a María que nos acompañe a cargar nuestra cruz. Es ella quien acompañó a Jesús a cada paso, sin dudar, guardando en su corazón un inmenso sufrimiento. Entonces, quién mejor que ella para acompañarnos en nuestro sacrificio diario, con nuestras mini cruces, o con las cruces grandes que marcan nuestras vidas. 

Madre, acompáñanos en nuestro día a día, en nuestros sacrificios, para que sepamos vivirlos con amor, y veamos en esas cruces el rostro de tu Hijo, nuestro Señor. 

Un poquito de historia sobre la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz

Resulta que, en el siglo IV, Santa Elena, la madre del emperador Constantino -el mismo que autorizó el culto al cristianismo en Roma-, fue hacia Jerusalén en romería, para conocer los lugares santos de la vida de Jesucristo. Gracias a su insistencia, los grandes templos paganos se convertirían en templos cristianos, como es el caso del Templo de Afrodita, que de acuerdo con la tradición estaba construido sobre la tumba de nuestro Señor, y se convirtió en la Basílica del Santo Sepulcro.

Según cuenta la tradición, durante la excavación para la construcción de esta Basílica, se encontraron tres cruces, y por medio de una sanación milagrosa de una señora moribunda, se detectó cuál era la cruz en la que falleció Jesucristo. Cruz que ha sido venerada desde que se encontró, e inclusive fue tratada como motín de guerra por los persas, quienes en el año 614 se llevaron la cruz después de haber conquistado Jerusalén.

Fue el emperador Heraclio quien recuperó la cruz de los persas 15 años después de haberla perdido, un día 14 de septiembre de 628, y fue él quien quiso entrar en Jerusalén en peregrinación con la cruz en sus hombros. Sin embargo, cuenta la historia, que no pudo hacerlo hasta despojarse de todas sus vestiduras lujosas y sus joyas imperiales. 

Esta historia nos muestra que la vida del seguidor de Cristo debe comenzar siempre desde la humildad, para poder cargar con la Cruz como lo quiere Dios.