domingo, 29 de mayo de 2022

56ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales


 

Solemnidad de la Ascensión del Señor

El relato de la Ascensión enlaza, en cuatro líneas, una serie de realidades que van totalmente ligadas:

- Recuerda la pasión y muerte de Jesús como camino necesario para la Vida ("el Mesías tenía que morir");

- Expresa la resurrección como la entrada de Jesús en la vida de Dios ("fue llevado al cielo") y entronización como Señor, como aquel que da pleno sentido a nuestra vida (le adoraron);

- Muestra la misión de la Iglesia: haver todo lo posible para que el mundo haga un giro y se encamine hacia lo que Dios había soñado, elimiando todo aquello ("hay que anunciar a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone los pecados");

- Afirma rotundamente que en esta misión tendremos siempre la presencia activa del Espíritu ("lo que mi Padre prometió", "el poder que viene de Dios").

Todo esto tendría que estar presente en nuestra vida de seguidores, de testigos de la resurrección: poner en el centro de nuestra vida a Jesús el Señor, poniéndonos a disposición para la misión que se nos encomienda, entregando gratuitamente nuestra vida, desde la convicción de que Dios tendrá la última palabra y que se hace presente en nuestra vida a través del Espíritu. Y, como los discípulos, haciendo camino "muy contentos".

Hoy celebramos la LVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

 «Se comunica de verdad cuando se escucha de corazón»

Este es el título que encabeza el mensaje de los obispos españoles para la 56ª Jornada de las Comunicaciones Sociales que se celebra este domingo 29 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor, bajo el lema ‘Escuchar con los oídos del corazón’. Con esta celebración, la Iglesia «destaca el papel imprescindible de la comunicación para la vida plena: Hay una buena noticia que debe ser comunicada y conocida para el bien de todos».

En su mensaje para esta jornada, los obispos españoles apelan al papel comunicador de todos los miembros de la Iglesia, y recuerdan la importancia tanto de hablar como de escuchar: «no se comunica quien sólo escucha, ni comunica quien sólo habla. De hecho, se precisan mutuamente; para escuchar es preciso que alguien hable, que alguien transmita, pero para hablar con fundamento es preciso antes haber escuchado. Sólo así se produce el diálogo que vivifica la sociedad y la hace crecer»

La escucha sinodal, referente para la sociedad

También en este contexto de «la escucha» sitúan el proceso sinodal. Y puntualizan, «no solo la escucha de quienes participan en la vida de la Iglesia, de los que son miembros, o de los que reciben su ayuda sino, más allá, la escucha de todos». Una escucha «con corazón abierto para encontrar en esas palabras los signos de los tiempos y la acción del Espíritu que quiere renovar la faz de la tierra».

«La propuesta de la Iglesia es, más que nunca, una escucha con el corazón que cuando habla no insulta, no calumnia, no engaña, no manipula, no viene a imponer ni a traicionar, sino que viene a aportar su grano de arena en la construcción del bien común», señala el mensaje de la Conferencia Episcopal Española.

A quién escuchar

En esta propuesta de la Iglesia para escuchar con el corazón, los obispos señalan dos imprescindibles: «la escucha de Dios y la escucha de los tiempos, de la sociedad en que vivimos». Y añaden que «la escucha de Dios no solo sostiene la vida personal, sino que la ilumina, le da horizonte y sentido, la llena de esperanza y de futuro».

La última parte de este mensaje se dedica a agradecer «con el corazón la escucha de aquellos comunicadores que, en el ejercicio de la profesión, también han escuchado con el corazón. Son aquellos que ofrecen un periodismo sin prejuicios, un periodismo que escucha con sinceridad la verdad, que se asoma a la vida cotidiana de las personas, que escucha la voz de la justicia que se hace presente en tantos acontecimientos y que, a través de ellos, es ofrecida y conocida».

Y también a recordar «con igual agradecimiento a todos aquellos muertos por comunicar, por ejercer la noble e imprescindible profesión del periodista, en Ucrania, en México y en los muchos conflictos olvidados de este mundo».

Mensaje del Papa Francisco

En su mensaje para esta 56ª Jornada Mundial de la Comunicaciones Sociales, el Papa Francisco decía: «El año pasado reflexionamos sobre la necesidad de “ir y verpara descubrir la realidad y poder contarla a partir de la experiencia de los acontecimientos y del encuentro con las personas». Siguiendo en esta línea, «deseo ahora centrar la atención sobre otro verbo, “escuchar”, decisivo en la gramática de la comunicación y condición para un diálogo auténtico».

domingo, 22 de mayo de 2022

Sacramento de la Unción de los Enfermos en la parroquia de Padrón

Como todos sabemos, los sacramentos son siete. Tres de iniciación: Bautismo (que es la puerta), Eucaristía (Dios nos alimenta con su Cuerpo y con su Sangre) y Confirmación (nos ofrece la plenitud de los dones del Espíritu Santo), dos de sanación: Penitencia (Dios nos reconcilia consigo mismo, dándonos su perdón) y Unción de los Enfermos; y otros dos de envío o de misión: Orden sacerdotal y Matrimonio (a través de los cuales Dios nos envía para ser testigos suyos en medio del mundo).

Tanto la Penitencia como la Unción de los Enfermos, nos sanan interiormente, nos devuelven la salud del alma y tantas veces también la salud del cuerpo.

Necesitamos que el Espíritu Santo nos fortalezca, necesitamos que el Espíritu nos devuelva todo aquello que la vida nos ha ido quitando con el paso de los años, necesitamos vivir la ancianidad y la enfermedad, no como una maldición, sino como una ocasión propicia que el Señor nos concede para experimentar su presencia en nuestras vidas y para saber que nunca nos deja solos.

Este sacramento ha de recibirse, a ser posible, con conciencia plena de lo que significa y por eso, con libertad, para ser conscientes de lo que estamos recibiendo, de lo que significa.

En este sacramento, Jesús nos coge de la mano, Jesús nos levanta, Jesús nos da su gracia, es decir, se nos da a sí mismo en el don del Espíritu Santo que es fortaleza en nuestra debilidad.

Hoy celebramos el VI Domingo de Pascua

Hoy, en el sexto domingo de Pascua, Jesús nos habla del amor, del Espíritu y de la paz. Sólo sabemos transmitir amor si conocemos y seguimos la palabra que nos dejó Jesús y como Él nos dijo y nosotros desimos a diario, es la Palabra de Dios.

Jesús nos dice a continuación que para saber amar no estamos solos. El Espíritu de Dios está con y en nosotros y en todo aquello donde se esconde la presencia de Dios: la naturaleza, las personas, los acontecimientos.

Y por último, nos habla de paz. Nos deja y nos da su paz, la de los corazones serenos y sin miedo. Aquella paz que nos hace ser felices, aquella paz que se lee en nuestras actitudes, en nuestro rostro, en el tono de la voz, en las risas o sonrisas que regalamos a los otros.