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sábado, 29 de septiembre de 2018

14 cosas que quizás desconozcas de la vida de Pablo VI

Un libro publicado en Colombia sostiene que el nuevo santo que será canonizado el próximo 14 de octubre fue un Papa tan excepcional como san Juan Pablo II.

Hernán Olano García, abogado constitucionalista, canonista, profesor universitario e historiador reconocido, dedicó sus últimos veinte meses de trabajo al estudio profundo de Pablo VI, uno de los papas menos estudiados de la historia reciente, pero uno de los más influyentes en la Iglesia católica contemporánea.

Su pasión por el cardenal Montini “es una especie de deuda familiar que viene del vientre materno” ya que debido al embarazo de su madre, ella ni su padre pudieron viajar de Tunja a Bogotá para conocer, en agosto de 1968, al primer papa que visitó a un país latinoamericano.

Las razones para las que Olano García, que también es comentarista eclesiástico de radio y televisión, admire a Pablo VI van más allá de la anécdota del frustrado viaje de sus padres: “Además de ser el Papa del año de mi nacimiento y de haber hecho lo que hizo en quince años de pontificado, siempre me causó gran admiración el hecho de que fuera un niño muy enfermo, formado por su madre y su abuela, y al que no aceptaron inicialmente en el seminario por su debilidad física”.

El profesor Olano García dijo a Aleteia que además de su personal afecto hacia el llamado ‘Papa viajero’, su libro San Pablo VI, el defensor de la vida ―publicado por el Instituto Misionero Hijas de San Pablo― “pretende llenar un vacío acerca de la vida de un santo contemporáneo que hizo muchas cosas similares a las que desarrolló Juan Pablo II”.

En la obra, el autor aborda la vida del pontífice que dirigió la Iglesia entre el 21 de junio de 1963 y el 6 de agosto de 1978 en cuatro capítulos muy bien documentados, en un lenguaje sencillo, sin academicismos, y en los cuales se puede entender el pensamiento y el legado de un hombre caracterizado por su timidez, pero también por la profundidad de sus conceptos.

En particular, Olano García se adentra en el papel protagónico de Pablo VI cuando al morir san Juan XXIII asumió el papado y direccionó, en medio de controversias, incomprensiones y duras críticas, el Concilio Vaticano II, la gran asamblea de obispos y expertos de la Iglesia que entre 1962 y 1965 le dio un giro fundamental al catolicismo en un momento clave de la civilización occidental.

A pocos días de ser elevado a la dignidad de los altares, Aleteia seleccionó 14 aspectos destacados incluidos en el libro y que caracterizaron la vida y el trabajo pastoral del Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini.

- En proporción a la duración de su pontificado, Pablo VI viajó mucho más que Juan Pablo II.

- Un pintor boliviano llamado Benjamín Mendoza y Amor Flores, con graves desequilibrios mentales, intentó asesinarlo en el Aeropuerto de Manila, Filipinas, en noviembre de 1970.

- Pablo VI vendió su tiara pontificia en un millón de dólares y donó el dinero a santa Teresa de Calcuta.

- Los títulos nobiliarios que desde tiempos remotos concedía el Vaticano fueron abolidos por este papa.

- El alba que utilizó el joven Giovanni Battista para su ordenación sacerdotal fue confeccionada con el vestido de novia de su madre, Giuditta Alghisi.

- Debido a su frágil salud, algunos de sus profesores recomendaron que no fuera ordenado sacerdote. Un obispo salvó su ordenación al decir: “Bien. Ordenaremos al joven Battista para el cielo”.

- Pablo VI fue secretario de dos papas, el venerable Pío XII y san Juan XXIII.

- Él fue el primer pontífice en viajar como tal a América. Primero lo hizo a Estados Unidos en 1964 y cuatro años después a Colombia.

- Montini fue el primer jefe de la Iglesia católica en hablar personalmente ante la Asamblea General de la ONU, en 1964.

- El país que “menos” quiso el llamado ‘Papa Peregrino’ fue Polonia. Allí vivió solo seis meses.

- De las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II, Pablo VI asistió a la primera como cardenal y a las tres siguientes lo hizo en calidad de vicario de Cristo.

- El papa Francisco fue quien decidió llamar a Pablo VI como el ‘Santo de la vida humana’.

- El nuevo santo fue el primer papa en ordenar que su funeral no tuviera el boato acostumbrado en el Vaticano cuando se producía el deceso del pontífice.

- Al contrario de otros papas que murieron en las habitaciones del Vaticano, Pablo VI falleció en Castel Gandolfo, la localidad italiana en donde está ubicada la residencia de verano de los pontífices.

sábado, 2 de junio de 2018

Un poco de historia

El 30 de mayo de 1919, en el Cerro de los Ángeles (Getafe), centro geográfico de España, se congregaron las autoridades religiosas, civiles y militares, con gran multitud de fieles, junto al recién construido monumento al Sagrado Corazón de Jesús.

El nuncio de Su Santidad, Francesco Ragonesi, lo bendijo. Luego, el arzobispo de Madrid, Prudencio Melo, presidió la santa misa. Antes de la bendición final se leyó un telegrama del papa Benedicto XV. El nuncio impartió la bendición papal y, a continuación, se expuso solemnemente el Santísimo Sacramento. Estando entonces arrodillados todos los presentes, el rey Alfonso XIII, de pie, en nombre del pueblo español, hizo lectura solemne de la oración mediante la cual se expresaba públicamente la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús: “España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones, se postra hoy reverente ante ese trono de tus bondades que para Ti se alza en el centro de la Península… Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de las ciencias y de las letras y en nuestras leyes e instituciones patrias”.

En la columna que sostiene la imagen de Jesucristo se leen las siguientes palabras: Reino en España. Se daba así cumplimiento a la promesa hecha por el Sagrado Corazón de Jesús al beato Bernardo de Hoyos –“Reinaré en España”–, a la vez que se materializaba en nuestra nación la petición del papa León XIII al consagrar el género humano al Corazón de Cristo (11 de junio de 1889), expuesta en la encíclica Annum sacrum.

En el 2019, celebraremos el primer centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. La validez de cuanto tuvo lugar aquel 30 de mayo de 1919 ha quedado confirmada por los innumerables frutos de santidad, no exentos de persecución, que se han producido en este tiempo.

sábado, 2 de mayo de 2015

Historia de la Iglesia para niños (I)

Tres días después de su muerte, Jesús resucitó y se apareció en Jerusalén a sus discípulos: primero a María Magdalena, luego a Pedro y a los demás apóstoles.

En Galilea, Jesús volvió a aparecerse a sus discípulos. Los visitó varias veces, conversó con ellos y finalmente les dijo: "Se me ha dado poder en el cielo y en la tierra; id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado". Con estas palabras, Cristo dio a su Iglesia autoridad para predicar y le ordenó hacer discípulos en todo el mundo.

La Iglesia comienza su predicación alrededor del año 30, el día de Pentecostés, en Jerusalén. Doce hombres anuncian a su paisanos y a los peregrinos reunidos con motivo de la fiesta que Jesús, el enviado de Dios, crucificado como un delincuente, está vivo. Así los apóstoles comienzan el anuncio del Evangelio: primero en Jerusalén y solo a los judíos; después, cuando los discípulos tienen que huir de Jerusalén, el Evangelio llegará hasta Antioquía y se predicará a judíos y gentiles. En Antioquía es donde los discípulos de Cristo reciben el nombre de cristianos. Antioquía se convierte en el punto de partida de la evangelización del Imperio Romano. Desde allí partirá Pablo en su primer viaje misionero.

Los viajes de San Pablo

En el segundo viaje, que emprende a través de Asia, decide evangelizar Macedonia; así, el Evangelio llega a Europa sobre el año 50. Nacen las comunidades de Filipos, de Tesalónica, de Corinto... y Pablo llega hasta Atenas, capital de la cultura. Mientras, Juan ha extendido el Evangelio por toda Grecia con las iglesias que aparecen en el Apocalipsis.

En el tercer viaje, Pablo visita de nuevo las comunidades de Asia y de Europa. 

El cuarto viaje conduce a Pablo a Roma, pero esta vez como prisionero. Allí, durante dos años de libertad vigilada, Pablo proclama el Reino de Dios y enseña lo relativo a Jesús.

En muy pocos años, las comunidades cristianas se extienden desde Jerusalén hasta Roma e incluso llegaron a los confines del mundo conocido, al Finis terrae, allí donde se consideraba que terminaba la tierra. Hasta aquí llegó el Apóstol Santiago, nuestro Patrón.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Breve historia de Palestina en tiempos de Jesús (III)

PALESTINA. EL SENTIDO BÍBLICO DE LA TIERRA

Palestina es una estrecha franja de tierra situada en Asia occidental. Está enmarcada entre los montes del Líbano y del Antilíbano al norte; el área del desierto del Negueb al sur; el Mediterráneo al oeste y el desierto de Siria al este.

El primer texto que nos habla de la "tierra prometida" es Gen 12, 1. Después de haber prometido a Abrahán una descendencia numerosa, el Señor le garantiza un país para que la posteridad pueda ocuparlo. La tierra es entregada en función de la descendencia.

Esta última tendrá que convertirse en el pueblo del Señor, el elegido. Un descendiente de este pueblo, el Hijo de David, será el Mesías de Israel, el Emmanuel.

El sentido de tierra, de una geografía para un pueblo, según los textos bíblicos, es muy profundo. El Señor es el que crea el universo y es su soberano y su propietario: toda la tierra le pertenece. Él distribuye el territorio a los pueblos. La tierra de Canaán, la tierra prometida, es morada del Altísimo, su herencia (Sal 79). Israel sólo dispone de su usufructo para cumplir la misión que Dios le ha confiado.

PALESTINA, CANAÁN, ISRAEL, TIERRA SANTA

El nombre de Palestina, de "filisteos", aparece por primera vez como adjetivo y como sustantivo en Herodoto (s. V a.C.) y es introducido como denominación oficial de la provincia siro-filistea por los romanos tras la rebelión judía (132-135 d.C.). Como el país estaba habitado por los cananeos antes de ser ocupado por Josué, otro nombre ocurrente es la tierra de Canaán. La tercera denominación Israel, es asumida por el patriarca Jacob, el cual, después de haber luchado con Dios en el vado de Yacob, recibe este nombre de él. Su etimología es explicada por el mismo autor sagrado: "Te has peleado con Dios" (Gen 32, 23-31). Tierra Santa es una denominación más moderna empleada por los cruzados. Indica la porción de tierra donde ocurrieron los acontecimientos de salvación narrados por los evangelios.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

La Virgen María en la contemplación de la Iglesia primitiva (III)

Los Padres ven y presentan a la Virgen María inseparablemente "unida a su divino Hijo con un vínculo estrecho e indisoluble y asociada a su obra salvífica" (LG, 53; SC 103), en la referencia más estrecha con él, como creatura con su Creador, elevada a la dignidad insigne de Madre de Dios, redimida por su Hijo de un modo único y perfecto, y colmada con todas las gracias y carismas que es capaz de recibir una creatura. Virgen sin mancha, que por un privilegio inaudito e irrepetible dio a luz sin perder su integridad. Una madre dio a luz al Rey que tiene un nombre eterno y el gozo de su maternidad va unido con el honor de la virginidad; no ha existido ninguna semejante a ella, ni la habrá después canta la liturgia de Navidad, resumiendo la enseñanza de los Padres.
 
También presentan a María como:
  • la segunda Eva, que, a diferencia de aquélla, nos comunicó el fruto de la vida. "Por una mujer vino la muerte -escribe san Agustín- y por otra, la vida; por Eva, la destrucción, por María la salvación". 
  • tipo y modelo de la Iglesia. Afirma San Ambrosio: "Con razón se dice que (María) estaba desposada y que era virgen, pues era tipo de la Iglesia, que es inmaculada, pero desposada". 
  • Madre amante, llena de misericordia para con nosotros, pecadores. "El pecador que toca esta Arca (María) se torna justo; ...el leproso que la toca, sana. Ella no rechaza a nadie, a ninguno desdeña. Ella distribuye la salvación" (Sermón atribuido a san Metodio de Olimpo). 
  • baluarte inexpugnable contra el enemigo del género humano y sus secuaces. "Alégrate, Virgen María, tú sola has destruido todas las herejías en todo el mundo" Esta antífona expresa la idea central de muchos textos patrísticos de Oriente y Occidente. 
  • Maestra de vida espiritual que, según expresa la Exhortación Marialis Cultus: enseña a los cristianos a "hacer de la propia vida un culto a Dios". Pablo VI evoca a este respecto la preciosa frase de san Ambrosio: "Que el alma de María esté en cada uno para alabar al Señor; que su espíritu esté en cada uno para que se alegre en Dios" (MC 21)
El Papa recuerda también que los Padres pusieron en relieve la acción del Espíritu Santo en la vida de María, y la llamaron "Sagrario del Espíritu Santo", "expresión que subraya el carácter sagrado de la Virgen, convertida en mansión estable del Espíritu de Dios"
     
 
 

miércoles, 14 de agosto de 2013

La Asunción de María


La Asunción de María (película)


La Asunción de María, verdad de fe. Catequesis de Juan Pablo II

1. En la línea de la bula Munificentissimus Deus, de mi venerado predecesor Pío XII, el concilio Vaticano II afirma que la Virgen Inmaculada «terminada el curso de su vida en la tierra fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo»(Lumen gentium, 59).
 
Los padres conciliares quisieron reafirmar que María, a diferencia de los demás cristianos que mueren en gracia de Dios, fue elevada a la gloria del Paraíso también con su cuerpo. Se trata de una creencia milenaria, expresada también en una larga tradición iconográfica, que representa a María cuando «entra» con su cuerpo en el cielo.
 
El dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue glorificado después de su muerte. En efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio.
 
2. El 1 de noviembre de 1950, al definir el dogma de la Asunción, Pío XII no quiso usar el término«resurrección» y tomar posición con respecto a la cuestión de la muerte de la Virgen como verdad de fe. La bula Munificentissimus Deus se limita a afirmar la elevación del cuerpo de María a la gloria celeste, declarando esa verdad «dogma divinamente revelado».
 
¿Cómo no notar aquí que la Asunción de la Virgen forma parte, desde siempre, de la fe del pueblo cristiano, el cual, afirmando el ingreso de María en la gloria celeste, ha querido proclamar la glorificación de su cuerpo?
 
El primer testimonio de la fe en la Asunción de la Virgen aparece en los relatos apócrifos, titulados«Transitus Mariae», cuyo núcleo originario se remonta a los siglos II-III. Se trata de representaciones populares, a veces noveladas, pero que en este caso reflejan una intuición de fe del pueblo de Dios.
 
A continuación se fue desarrollando una larga reflexión con respecto al destino de María en el más allá. Esto, poco a poco, llevó a los creyentes a la fe en la elevación gloriosa de la Madre de Jesús en alma y cuerpo, y a la institución en Oriente de las fiestas litúrgicas de la Dormición y de la Asunción de María.
 
La fe en el destino glorioso del alma y del cuerpo de la Madre del Señor, después de su muerte, desde Oriente se difundió a Occidente con gran rapidez y a partir del siglo XIV, se generalizó. En nuestro siglo, en vísperas de la definición del dogma, constituía una verdad casi universalmente aceptada y profesada por la comunidad cristiana en todo el mundo.
 
3. Así, en mayo de 1946, con la encíclica Deiparae Virginis Mariae, Pío XII promovió una amplia consulta, interpelando a los obispos y, a través de ellos a los sacerdotes y al pueblo de Dios, sobre la posibilidad y la oportunidad de definir la asunción corporal de María como dogma de fe. El recuento fue ampliamente positivo: sólo seis respuestas, entre 1.181, manifestaban alguna reserva sobre el carácter revelado de esa verdad.
 
Citando este dato, la bula Munificentissimus Deus afirma: «El consentimiento universal del Magisterio ordinario de la Iglesia proporciona un argumento cierto y sólido para probar que la asunción corporal de la santísima Virgen María al cielo (...) es una verdad revelada por Dios y por tanto, debe ser creída firme y fielmente por todos los hijos de la Iglesia» (AAS 42 [1950], 757).
 
La definición del dogma, de acuerdo con la fe universal del pueblo de Dios, excluye definitivamente toda duda y exige la adhesión expresa de todos los cristianos.
 
Después de haber subrayado la fe actual de la Iglesia en la Asunción, la bula recuerda la base escriturística de esa verdad.
 
El Nuevo Testamento, aun sin afirmar explícitamente la Asunción de María, ofrece su fundamento, porque pone muy bien de relieve la unión perfecta de la santísima Virgen con el destino de Jesús. Esta unión, que se manifiesta ya desde la prodigiosa concepción del Salvador, en la participación de la Madre en la misión de su Hijo y, sobre todo en su asociación al sacrificio redentor no puede por menos de exigir una continuación después de la muerte. María, perfectamente unida a la vida y a la obra salvífica de Jesús, compartió su destino celeste en alma y cuerpo.
 
4. La citada bula Munificentissimus Deus, refiriéndose a la participación de la mujer del Protoevangelio en la lucha contra la serpiente y reconociendo en María a la nueva Eva, presenta la Asunción como consecuencia de la unión de María a la obra redentora de Cristo. Al respecto afirma: «Por eso, de la misma manera que la gloriosa resurrección de Cristo fue parte esencial y último trofeo de esta victoria, así la lucha de la bienaventurada Virgen, común con su Hijo, había de concluir con la glorificación de su cuerpo virginal» (AAS 42 [1950], 768).
 
La Asunción es, por consiguiente, el punto de llegada de la lucha que comprometió el amor generoso de María en la redención de la humanidad y es fruto de su participación única en la victoria de la cruz.
 
2 de julio de 1997

La fiesta de la Asunción

Existe una gran incertidumbre respecto al origen de esta fiesta. Probablemente se trate del aniversario de la dedicación de alguna Iglesia, más que la fecha real del aniversario de la muerte de Nuestra Señora. Que se originara en tiempos del Concilio de Éfeso, o que San Dámaso la introdujera en Roma, son sólo hipótesis.
 
De acuerdo a la vida de San Teodosio (m. 529) se celebraba en Palestina antes del año 500, probablemente en Agosto (Baeumer, Brevier, 185). En Egipto y Arabia, por otra parte, se mantuvo en Enero, y dado que los monjes de las Galias adoptaron muchos usos de los monjes egipcios (Baeumer, Brevier, 163), hallamos esta fiesta en las Galias en el siglo sexto, en Enero [mediante mense undecimo (Greg. Turon., De gloria mart., I, ix)]. La Liturgia Gala la fija el 18 de Enero, bajo el título: Depositio, Assumptio, or Festivitas S. Mariae (confrontar las notas de Jean Mabillon en la Liturgia Gala, P. L., LXXII, 180). Esta costumbre permaneció en la Iglesia de las Galias hasta el momento de la introducción del Rito Romano. En la Iglesia Griega, parece que algunos mantuvieron la fiesta en Enero, como los monjes egipcios; otros en Agosto, con aquellos de Palestina; por lo cual el Emperador Mauricio (m. 602), si es correcto el relato de "Liber Pontificalis"(II, 508), fijó la fiesta para el Imperio Griego el 15 de Agosto.
 
En Roma (Batiffol, Brev. Rom., 134) la única y más antigua fiesta de Nuestra Señora era el 1 de Enero, la octava del nacimiento de Cristo. Celebrada primeramente en Santa María la Mayor, más tarde en Santa María de los Mártires. Las otras fiestas son de origen Bizantino. Louis Marie Olivier Duchesne piensa (Origines du culte chr., 262) que antes del séptimo siglo ninguna otra fiesta se guardaba en Roma, y en consecuencia, la Fiesta de la Asunción, hallada en los sacramentales de Gelasio y Gregorio, es un agregado apócrifo hecho en el siglo séptimo u octavo. De todos modos, Probst brinda (Sacramentarien, 264 sqq) fuertes y buenos argumentos que prueban que la Misa de la Santísima Virgen María, hallada el 15 de Agosto en el rito Gelásico, es genuina, desde el momento que no hace mención a la Asunción corporal de María; esto muestra, por lo tanto, que la fiesta era celebrada en la Iglesia de Santa María la Mayor en Roma, por lo menos en el siglo sexto. Él prueba, más aún, que la Misa Sacramental Gregoriana, tal como la tenemos, es de origen Gálico (dado que la creencia en la Asunción corporal de María, bajo la influencia de los escritos apócrifos, es más antigua en Galia que en Roma), y que ésta suplantó la antigua Misa Gelásica. Para la época de Sergio I (700) esta fiesta era una de las principales festividades en Roma; la procesión comenzaba en las puertas de la Iglesia de San Adrián. Siempre fue un doble de la primera clase y un Día Sagrado de precepto.
 
La octava fue agregada en 847 por León IV; en Alemania esta octava no se celebraba en varias diócesis en la época de la Reforma. La Iglesia de Milán no la aceptó hasta la actualidad (Ordo Ambros., 1906). La octava es privilegiada en la diócesis de las provincias de Sienna, Fermo, Michoacán, etc.
 
La Iglesia Griega continua esta fiesta hasta el 23 de agosto inclusive, y en algunos monasterior del Monte Athos se prolonga hasta el 29 de agosto (Menaea Graeca, Venice, 1880), o así lo era antiguamente. En la diócesis de Bavaria el día treintavo de la Asunción (una especie de recuerdo del mes) se celebraba durante la Edad Media, el 13 de septiembre, con el Oficio de la Asunción (doble); en la actualidad, sólo la Diócesis de Augsburgo ha mantenido esta vieja costumbre.
 
Algunas de las diócesis de Baviera y las de Brandenburgo, Mainz y Frankfort mantienen el 23 de septiembre como la “Fiesta de la Segunda Asunción”, o los “Cuarenta Días de la Asunción” (doble) creyendo, de acuerdo a las revelaciones de Santa Elisa de Schönau (m. 1165) y de San Bertrand, O. C. (m. 1170), que la Santísima Virgen María fue llevada al cielo a los cuarenta días luego de su muerte (Grotefend, Calendaria 2, 136). Las Brigidinas guardan la fiesta de la “Glorificación de María” (doble) el 30 de agosto, desde que Santa Brígida de Suecia dijo (Revel., VI, l) que María fue llevada al cielo quince días después de su partida (Colvenerius, Cal. Mar., 30 Aug.). En América Central, se celebra una fiesta especial, “La Coronación de María en el Cielo” (doble mayor) el 18 de agosto. La ciudad de Gerace, en Calabria mantiene 3 días sucesivos el rito de doble de primera clase, conmemorando el 15 de agosto la muerte de María, y el 16 de agosto, su Coronación.
 
En Piazza, en Sicilia, hay una conmemoración de la Asunción de María (doble de segunda clase) el 20 de febrero, que es el aniversario del terremoto de 1743. Una fiesta similar (doble mayor con octava) se sigue en Martano, Diócesis de Otranto, en Apulia, el 19 de Noviembre.

domingo, 4 de agosto de 2013

La Virgen María en la contemplación de la Iglesia Primitiva (II)

Se deduce que, como nuestros propios padres son los predecesores que nos han enseñado, así también los padres de toda la Iglesia son especialmente los primeros maestros, quienes la instruyeron en las enseñanzas de los Apóstoles durante su infancia y primeros años. Es difícil definir la primera época de la Iglesia, o la época de los Padres. Es hábito común detener el estudio de la Iglesia primitiva en el Concilio de Calcedonia en el año 451. "Los Padres" deben sin duda incluir en Occidente a San Gregorio I (Magno) (m. 604), y en Oriente a San Juan Damasceno (murió aproximadamente en el año 754).

Los escritos marianos de los Padres constituyen un filón valiosísimo para cuandos desean conocer verdaderamente a la Virgen. ¿Por qué? En primer lugar, porque son un reflejo d ela palabra misma de Dios, de la que los Padres se alimentaban constantemente, y gracias a la cual, lograron un perfecto equilibrio entre doctrina y piedad. En efecto, el gran amor que profesaban a María nunca los hizo olvidar su condición de creatura, y en las exultantes alabanzas que tributaron a la Madre de Dios, Reina y Señora de todo lo creado, evitaron cuidadosamente toda exageración que pudiera inducir a error (exageración en que cayeron en épocas posteriores varios escritores, y cuyas lamentables consecuencias perduran hasta hoy). Los Padres, al fomentar entre sus fieles -mediante una recta doctrina- la veneración y la piedad hacia la Virgen, contribuyeron a que esa piedad se desarrollara "en armónica subordinación al culto de Cristo" y gravitara "en torno a él como su natural y necesario punto de referencia" (Exhortación Apostólica Marialis cultus introducción).

sábado, 3 de agosto de 2013

Breve historia de Palestina en tiempos de Jesús (II): Principales invasores

En la Biblia, Asiria significó opresión; Babilonia, poder.
 
Asiria y Babilonia atacan a los dos reinos hasta que Jerusalén (587 a. C.), sitiada durante más de 18 meses, es tomada; el rey Sedecías fue apresado y cegado, los objetos sagrados del Templo profanados y llevados a Babilonia. Jerusalén y el Templo fueron destruidos y los israelitas deportados. Sólo quedaron los muy pobres para cultivar la tierra (2 Re 25, 1-21).
 
Cuando los persas conquistaron Babilonia, los hebreos pudieron regresar a su patria, y con la ayuda del rey Ciro reconstruyeron Jerusalén.
 
En las conquistas de Alejandro Magno, Palestina pasó de nuevo a manos del Imperio de Macedonia, es decir, al rey de Siria. Muchas veces los hebreos trataron de rebelarse a la dominación de los reyes sirios, pero jamás llegaron a tener independencia.
 
Hacia el año 65 a.C., las legiones romanas llegan hasta los confines del país y lo conquistan. En el 63 a.C. Pompeyo conquista la región y la organiza en unidades territoriales: Judea (independiente, más en la teoría que en la práctica), Samaria y las ciudades libres.
 
En el año 37 a. C., Herodes, llamado el Grande, obtiene de los romanos el título de rey de Judea. A su muerte, el reino se divide entre sus hijos: Arquelao reinó en Judea, Samaria e Idumea; Filipo fue rey de Iturea y Traconítide; Herodes Antipas, rey de Galilea y Perea. Hacia el año 6 d.C., los romanos se ven obligados a destituir a Arquelao y convertir sus territorios en provincia romana, con un Procurador romano al frente. En el tiempo de Jesús, cuando es condenado a muerte, el procurador romano era Poncio Pilato que estuvo en el cargo del 26 al 36 d.C. Pilato fue quien entregó a Jesús a los judíos para que los crucificaran.
 
Durante la ocupación romana, el consejo judío, Sanedrín, intentó conservar la paz con los romanos para proteger su propia posición. Los recaudadores aprovecharon la ocasión para enriquecerse. En estas circunstancias, muchos esperaban la salvación, como Simeón, que se encontraba en el Templo cuando los padres de Jesús lo llevaron para presentarlo al Señor. Jesús debía estar atento para no ser confundido con un libertador político.
 
El espíritu de resistencia al opresor romano lo alimentaban los celotes (una especie de grupo de guerrilla); ese espíritu fue el que provocó los altercados que en el año 70 d.C. llevarían a la guerra y con ello la destrucción de Jerusalén y de su Templo por Tito. Los hebreos fueron desperdigados por el mundo (diáspora) y sólo después de la II Guerra Mundial retornan a su patria constituyendo el moderno Estado de Israel.
 

miércoles, 31 de julio de 2013

La Capilla Sixtina: visita virtual

En menos de cuatro años (1508-1512), Miguel Ángel pintó,casi en solitario, una bóveda de mil metros cuadrados con trescientas figuras llenas de color y tensión. Hoy está considerada como la obra cumbre de la pintura universal.
 
Tras la primera serie de pinturas aplicadas en las paredes de la Capilla, el Papa Julio II(Giuliano della Rovere) encargó a Miguel Ángel la decoración de la bóveda, los tímpanos sobre las ventanas, los lunetos y las pechinas de los ángulos. De los tres ciclos de pinturas murales de la Capilla, éste fue el más ambicioso y de mayores dimensiones. A pesar de la envergadura de la obra, en la que aparecen representados unas trescientas figuras, Miguel Ángel realizó la obra en un breve plazo de tiempo, entre mayo de 1508, en que firma el contrato, y octubre de 1512, en que se da por concluida la obra.
 
Al mismo tiempo que se pintaba la bóveda de la Capilla Sixtina, Rafael comenzaba la decoración de las Estancias Vaticanas, que completaba el programa de pinturas impulsadas por Julio II y que convertiría a Roma en un centro pictórico privilegiado.
 
Miguel Ángel, cuando recibió el encargo oficial de realizar estas pinturas era un joven escultor de 33 años que ya contaba con una notable reputación y grandes obras (“Madonna della scala”, “Baco”, “Piedad”,  “Virgen de Brujas” y el “David”).
 
Nada más recibir el encargo, Miguel Ángel comenzó a realizar los dibujos preparatorios para las diferentes figuras y composiciones. Dada la envergadura de la obra y el número de figuras del conjunto, el florentino tuvo que realizar un impresionante número de dibujos preparatorios de los que nos ha llegado poco más de cincuenta. Hay que tener en cuenta que la bóveda medía 36 metros de longitud y 13 metros de anchura.
 
Comienza la visita aquí cuando quieras:

domingo, 28 de julio de 2013

La Virgen María en la contemplación de la Iglesia primitiva

"Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo nacido de una mujer" (Gal 4,4). Desde los primeros tiempos del cristianismo, los creyentes escrutaron, maravillados, esta sencilla y deslumbradora frase del Apóstol San Pablo, que explicita, por decirlo así, la solemne afirmación del prólogo del evangelio de San Juan: "El Verbo se hizo carne". Procuraron penetrar en aquella mujer que suministró su carne al Verbo de Dios, de aquella creatura que llevó en su seno al Creador. En esta meditación orante y admirada, que no nacía de una simple curiosidad, sino del amor, la Iglesia se preguntó una y otra vez: ¿Quién es esta mujer, mencionada junto al Salvador en los pasajes más decisivos de la Sagrada Escritura? ¿Esta mujer cuya victoria sobre el demonio se predice desde las primeras páginas (cf. Gen 3,15) -en el momento más sombrío de la historia humana- y cuya dignidad insigne atestiguan los escritores sagrados del Antiguo y Nuevo Testamento? ¿Esta mujer a quien un Arcángel saluda con profunda deferencia, a quien Isabel en el colmo del asombro proclama: Madre de mi Señor, bendita entre todas las mujeres, a quien el evidente del Apocalipsis contempla revestida de sol, con la luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de doce estrellas?
 
Los pastores de la Iglesia releyeron incansablemente y comentaron esas divinas palabras, que desplegaban su inagotable riqueza a medida que se las profundizaba. En sus escritos aparecerán delineados con creciente nitidez, con nuevos colores y facetas, los rasgos de aquella mujer que se llamaba María, y que desde el primer momento ocupó un lugar privilegiado en la vida y en el corazón de la Iglesia.

sábado, 27 de julio de 2013

Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia

La tradición asocia a Pedro y a Pablo a la Iglesia de Roma, de la que son columnas y fundamento. Roma es el lugar de su martirio y allí se conservan sus tumbas. Enseñaron juntos tanto en Corinto como en Roma y dieron testimonio con su muerte casi al mismo tiempo.
 
PEDRO.- La actividad misionera de Pedro comenzó en el momento de Pentecostés. Él es quien anuncia a los peregrinos judíos que Jesús, el que fue crucificado, ha resucitado. Es Pedro también el que hace el primer milagro, curando al cojo ante la puerta del Templo. Y es Pedro el primero en ser arrestado, junto con Juan, por el Sanedrín.

En el año 42, el rey Agripa I persigue a los cristianos y encarcela a Pedro, que es milagrosamente liberado y logra huir. Sobre su llegada a Roma hay muchos testimonios. Fue Pedro quien organizó allí la primera comunidad. Desde allí escribió las dos cartas que aparecen en el Nuevo Testamento.
 
En el año 64, Nerón atribuyó a los cristianos el incendio que destruyó la capital del Imperio, y condenó a los judíos cristianos a las penalidades más feroces, entregándolos a las fieras y transformándolos en antorchas vivientes. El historiador Tácito describe en sus Anales esta tragedia en la que perecieron millares de inocentes.

 En una carta a sus lejanos fieles, Pedro alude a su próxima muerte. Es probable que fuera crucificado en la colina en la que fue enterrado. Según Orígenes, Pedro pidió ser crucificado boca abajo, por no considerarse digno de hacerlo al revés. Sobre el lugar del martirio fue erigido por el Papa Anacleto un monumento, donde el Emperador Constantino hizo construir una Basílica y donde se alza hoy la Basílica de San Pedro.
 
PABLO.- Pablo llegó a Roma prisionero por su cuarto viaje en el otoño del año 60. Allí escribiría las cartas a colosenses, efesios y Filemón. Fue absuelto en el año 63, pero en el otoño del 66, Pablo está otra vez prisionero en Roma.
 
La antigua tradición cristiana testifica unánimemente que la muerte de san Pablo tuvo lugar como consecuencia del martirio sufrido aquí en Roma. Los escritos del Nuevo Testamento no recogen el hecho. Los Hechos de los Apóstoles terminan su relato aludiendo a la condición de prisionero del Apóstol, que sin embargo podía recibir a todos aquellos que lo visitaban (cf. Hch 28, 30-31). Sólo en la segunda carta a Timoteo encontramos estas palabras suyas premonitorias: "Porque yo estoy a punto de ser derramado en libación, y ha llegado el momento de desplegar las velas" (2 Tm 4, 6; cf. Flp 2, 17). Aquí se usan dos imágenes: la cultual del sacrificio, que ya había utilizado en la carta a los Filipenses, interpretando el martirio como parte del sacrificio de Cristo; y la marinera, de soltar las amarras: dos imágenes que, juntas, aluden discretamente al acontecimiento de la muerte, y de una muerte cruenta.
 
El primer testimonio explícito sobre el final de san Pablo nos viene de la mitad de los años 90 del siglo I y, por tanto, poco más de treinta años después de su muerte efectiva. Se trata precisamente de la carta que la Iglesia de Roma, con su obispo Clemente I, escribió a la Iglesia de Corinto. En ese texto epistolar se invita a tener ante los ojos el ejemplo de los Apóstoles e, inmediatamente después de mencionar el martirio de Pedro, se lee así: "Por los celos y la discordia, san Pablo se vio obligado a mostrarnos cómo se consigue el premio de la paciencia. Arrestado siete veces, exiliado, lapidado, fue el heraldo de Cristo en Oriente y en Occidente; y, por su fe, consiguió una gloria pura. Tras haber predicado la justicia en todo el mundo y tras haber llegado hasta el extremo de Occidente, sufrió el martirio ante los gobernantes; así partió de este mundo y llegó al lugar santo, convertido así en el mayor modelo de paciencia" (1 Clem 5, 2).