Este pasaje es una llamada a revisar nuestras prioridades. En nuestra vida diaria, muchas veces nos parecemos a Marta: corremos, servimos, nos ocupamos de mil cosas, incluso en la Iglesia. Pero Jesús nos recuerda que lo más importante es cultivar la relación con Él. No es una oposición entre hacer y orar, sino un orden interior: lo primero es Dios, y desde ahí brota un servicio más sereno y fecundo. María representa a quien ha descubierto que estar con el Señor es fuente de sentido, de paz y de alegría verdadera. Esa “parte mejor” no es privilegio de unos pocos, es una invitación para todos: jóvenes y mayores, sabios y sencillos, curas y laicos. Jesús sigue entrando en nuestras casas y corazones... y espera que también nosotros lo escuchemos.
sábado, 19 de julio de 2025
Domingo 16 del Tiempo Ordinario
Este Evangelio nos presenta una escena muy cercana y familiar: Jesús es acogido en casa de dos hermanas, Marta y María. Marta se preocupa por los detalles de la hospitalidad, mientras María se sienta a los pies del Señor y escucha su palabra. A simple vista, podría parecer que Jesús desprecia el trabajo de Marta, pero no es así. Lo que Jesús señala es una inquietud excesiva, un activismo que puede hacernos olvidar lo esencial: estar con Él. Marta hace algo bueno, pero María ha elegido lo mejor. Y eso mejor no es otra cosa que poner a Dios en el centro, darle tiempo, escucharlo con el corazón.
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