viernes, 24 de enero de 2025

III Domingo del Tiempo Ordinario C

Este pasaje del evangelio de Lucas nos invita a reflexionar profundamente sobre la misión de Jesús y su cumplimiento de las promesas de Dios. Cuando Jesús proclama en la sinagoga que “hoy se cumple esta Escritura”, no solo está reafirmando que Él es el Ungido, sino que también pone en el centro de su misión a los más vulnerables: los pobres, los cautivos, los ciegos y los oprimidos. Su mensaje es una declaración de esperanza; una invitación a reconocer que el Reino de Dios no es un futuro lejano, sino una realidad que comienza aquí y ahora. Esto nos interpela a vivir nuestra fe como una respuesta activa a la llamada de Jesús a ser agentes de ese año de gracia, promoviendo la justicia, la paz y la solidaridad allí donde estemos.

Por otro lado, la reacción de los oyentes, que tenían los ojos fijos en Él, refleja una mezcla de asombro y expectativa. Nosotros, como discípulos de Cristo, también estamos invitados a mirar fijamente a Jesús para comprender qué significa su mensaje en nuestras vidas. Su Palabra nos reta a preguntarnos: ¿cómo estamos contribuyendo a anunciar el Evangelio a los más necesitados? Este domingo, la liturgia nos recuerda que la fe no es solo algo personal, sino comunitario y transformador. Siguiendo el ejemplo de Jesús, estamos llamados a llevar esperanza donde hay desesperanza, luz donde hay oscuridad, y a construir un mundo donde la dignidad humana sea siempre defendida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario