viernes, 30 de mayo de 2025

Ascensión del Señor

En el Evangelio de este domingo (Lc 24, 46-53), Jesús se despide de sus discípulos, pero no lo hace con tristeza, sino con una misión y una promesa. Les recuerda que su pasión, muerte y resurrección eran parte del plan de Dios para salvarnos, y les encarga ser testigos de esta Buena Noticia. No los deja solos: les asegura que recibirán “la fuerza de lo alto”, es decir, el Espíritu Santo, que los sostendrá en esta tarea. Es importante notar que Jesús no asciende al cielo para alejarse, sino para abrirnos el camino y estar más cerca de todos, no limitado a un solo lugar o tiempo. Desde el cielo, sigue acompañando a su Iglesia y a cada uno de nosotros.

Los discípulos, después de ver ascender a Jesús, no se quedan paralizados ni tristes, sino que regresan a Jerusalén “con gran alegría”. Este detalle es clave: entienden que la Ascensión no es el final, sino el comienzo de una nueva etapa. Como ellos, también nosotros estamos llamados a ser testigos alegres de Cristo resucitado, con nuestra palabra y con nuestra vida. En la familia, en el trabajo, en la parroquia, podemos anunciar que Jesús vive, que está con nosotros y que su amor transforma. Y lo hacemos no por nuestras fuerzas, sino impulsados por el Espíritu Santo, que nos da valentía, alegría y fe para vivir como verdaderos discípulos misioneros.

sábado, 24 de mayo de 2025

VI Domingo de Pascua C

En este VI Domingo de Pascua, el Evangelio de Juan (14,23-29) nos recuerda algo fundamental: el amor verdadero a Jesús no se queda en palabras, se demuestra escuchándolo y viviendo como Él nos enseñó. Jesús promete que, si lo amamos así, el Padre y Él vendrán a vivir en nosotros. ¡Imagínate! No un Dios lejano, sino alguien que quiere hacer de tu corazón su casa. Además, nos promete al Espíritu Santo, que es como un amigo fiel que nos acompaña, nos da luz cuando no entendemos, y nos recuerda todo lo que Jesús dijo. Y en medio de todo esto, nos regala su paz: una paz que no depende de que todo esté bien afuera, sino de saber que Dios está con nosotros en cada paso. Este Evangelio es una invitación a abrirle la puerta a Dios, dejarlo entrar y confiar en que, con Él, nunca caminamos solos.

sábado, 17 de mayo de 2025

V Domingo de Pascua, ciclo C

Este domingo escuchamos a Jesús hablar desde lo más profundo de su corazón: “Ahora es glorificado el Hijo del hombre…”. Él ve la cruz no como una derrota, sino como el momento en que el amor llega hasta el extremo. En medio de la traición y el sufrimiento, Jesús no habla de venganza ni de miedo, sino de amor. Nos da su mandamiento más importante, el que resume todo el Evangelio: amar como Él nos ha amado.

Ese amor no es sentimentalismo ni palabras bonitas. Es un amor que se arrodilla para lavar los pies, que abraza al pecador, que carga con la cruz de los demás. Amar así nos cuesta, pero no estamos solos. El Espíritu Santo nos ayuda a vivirlo cada día, en casa, en el trabajo, en la parroquia… Si queremos que el mundo crea, no bastan discursos; hace falta que nuestras comunidades cristianas sean verdaderas escuelas de amor. Solo así reconocerán que seguimos a Jesús.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Comenzamos la novena a santa Rita de Casia

Cada 22 de mayo, la Iglesia celebra con alegría la memoria de santa Rita de Casia, una mujer que vivió con gran fe cada etapa de su vida: como esposa, madre, viuda y religiosa. Hoy, al comenzar su novena, te invitamos a conocer un poco más a esta santa tan querida por el pueblo cristiano y a unirte a la oración confiada por su intercesión.

Santa Rita no tuvo una vida fácil. Desde muy joven deseaba consagrarse a Dios, pero obedeciendo a sus padres se casó. Su matrimonio estuvo marcado por el sufrimiento, pero ella respondió siempre con paciencia y perdón. Tras la muerte de su esposo y de sus hijos, ingresó en el convento de las agustinas, donde vivió en oración, penitencia y caridad. Su vida es un testimonio de cómo la gracia de Dios puede transformar incluso las situaciones más dolorosas en camino de santidad.

Por eso se la conoce como la santa de lo imposible. No porque ella hiciera milagros por su cuenta, sino porque confió siempre en Dios, incluso cuando todo parecía perdido. Su fe sencilla y firme nos enseña a poner nuestra vida en manos del Señor, a no rendirnos ante las dificultades, y a vivir el Evangelio con amor concreto.

Durante estos nueve días, te animamos a rezar la novena a santa Rita con confianza. Pídele lo que necesitas, pero sobre todo, déjate acompañar por ella en tu camino de fe. Que su ejemplo nos ayude a perdonar, a confiar y a amar, como ella lo hizo.

Santa Rita, mujer fiel, intercede por nosotros ante Dios y ayúdanos a vivir con esperanza y amor cristiano cada día de nuestra vida.

sábado, 10 de mayo de 2025

IV Domingo de Pascua, ciclo C

El Evangelio del IV Domingo de Pascua (ciclo C), tomado del evangelio de san Juan, nos presenta a Jesús como el Buen Pastor que conoce a sus ovejas y les da vida eterna. En este breve pero profundo pasaje, Jesús nos asegura que nadie podrá arrebatarnos de sus manos. Es una imagen que transmite una ternura inmensa y una confianza total: no estamos solos, somos conocidos por Él, llamados por nuestro nombre y guiados con amor.

En un mundo que muchas veces nos llena de ruido, prisas e inseguridades, estas palabras de Jesús son un descanso para el alma. Nos recuerda que estamos en manos seguras, que tenemos un Pastor que no abandona, que no se desentiende. Él nos busca, nos cuida y nos promete una vida plena, que no se acaba. Basta con escuchar su voz y dejarnos conducir. No es complicado, solo hace falta abrir el corazón.

domingo, 4 de mayo de 2025

Tercer Domingo de Pascua, C

En este domingo de Pascua, el Evangelio nos lleva a la orilla del lago, donde Jesús resucitado se aparece a los discípulos mientras pescan. Después de una noche sin frutos, Jesús les indica dónde echar las redes, y el resultado es una pesca abundante. Esta escena nos recuerda que, cuando caminamos con Cristo y escuchamos su voz, todo cobra sentido y nuestros esfuerzos dan fruto. A veces nos sentimos vacíos, cansados, sin ver resultados… pero cuando dejamos que sea Él quien guíe nuestra vida, ésta se llena de esperanza y fecundidad. Jesús no se impone, sino que espera en la orilla, nos invita a confiar, y luego nos prepara el desayuno como un amigo cercano que cuida de nosotros.

Pero el momento más emocionante llega cuando Jesús le pregunta a Pedro tres veces: “¿Me amas?”. No lo hace para reprocharle su negación, sino para sanar su corazón y devolverle la confianza. Es un diálogo que también quiere tener con nosotros. Cuando nos sentimos frágiles o caemos, Jesús no nos rechaza: nos levanta, nos mira con amor, nos perdona y nos vuelve a enviar al mundo. A Pedro le da una misión, como también nos la da a cada uno de nosotros: cuidar a los que tenemos cerca, acompañar a los que sufren, ser testigos de su amor en la vida diaria... Hoy, Jesús te mira con ternura y te pregunta: “¿Me amas?”. Ojalá podamos decirle, como Pedro: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero”.